La versión Dior de los 'spanish eyes', el maquillaje de ojos más visto en Sevilla

Hablar de maquillajes dramáticos siempre conlleva hablar de un look centrado en la mirada, algo que Maria Grazia Chiuri domina y que se ha convertido en su imperturbable sello en todos los desfiles de la maison francesa. La directora creativa de Dior ha impregnado con su característico 'dark smokey eye' a todas las modelos, reinventándolo en cada pasarela de la mano de los mejores maquilladores.

Con Sevilla como escenario y sus vírgenes como inspiración, Peter Philips, el maquillador a cargo del beauty look del desfile Christian Dior Cruise 2023, convertía la versión más oscura de la mítica paleta de sombras de ojos 5 Couleurs Couture, la número 079 Black Bow, en el abanico metalizado con el que oscurecer los ojos.

La fuerza de la mirada

Para capturar la esencia sevillana clave en toda la colección, el maquillador solo se ha centrado en el párpado superior, como ya hiciera en anteriores pasarelas; el cambio aquí estaba en el cómo. Philips no quería un smokey eye al uso, sino que buscaba una mirada que mantuviera una forma rasgada, aportara oscuridad y dramatismo, pero no empequeñeciera el ojo. El lagrimal y el rabillo del ojo se convertían en zonas estratégicas, al estilo del eyeliner cisne.

El párpado se coloreaba con una sombra rosada de acabado metalizado, para mantener la calidez y naturalidad que contrastara con la línea de las pestañas, en un gris más oscuro. La nota dramática, como decíamos, se lograba con la sombra central de la paleta, un negro mate perfecto que arrastraba el color buscando el final de la ceja y repetía el movimiento en el otro lado, hasta alcanzar el lagrimal, logrando una mirada más salvaje e incluso felina, rozando el foxy eye pero en su versión más difuminada.

No es la primera vez que el lagrimal llama la atención de la maison. En el desfile de la colección otoño-invierno 2022, el único atisbo de maquillaje en la mirada lo ponía la sombra de ojos blanco perlado en el lagrimal, consiguiendo un impactante efecto iluminador.

El lápiz de ojos Diorshow 24H Stylo, en el color 091 Matte Black, era el encargado de oscurecer la línea de las pestañas, huyendo de los delineados de aspecto impoluto en pro de un acabado cremoso y fácil de difuminar. Se lograba así el degradado perfecto, sin líneas visibles y con un marcado sabor español, igual que toca la colección Crucero que también tomaba como referencia a la bailaora Carmen Amaya. Precisamente, en los ojos de la catalana también vemos el mismo efecto ahumado, tan trabajado que no existen los bordes y la mirada queda rasgada con naturalidad.

Máscara de pestañas y gel de cejas con color completaban el cincelado maquillaje de los ojos, para aportar aún más carácter al original ahumado del párpado superior y enmarcar la mirada con una máscara de cejas que permitiera que estas resistieran a las altas temperaturas de la ciudad hispalense sin moverse ni perder intensidad. Para ello, Peter Philips recurría al Diorshow On Set Brow.

Piel desnuda

Como viene siendo costumbre y para no robar fuerza al smokey gráfico de la mirada, el resto del rostro mantenía un tono níveo en el que no se querían potenciar más volúmenes. Ni pómulos ni mejillas eran marcados. Tan solo veíamos una piel intensamente bronceada y con un acabado dorado en las bailaoras o algunas de las músicas que completaban la cuidada escenografía de la plaza España de Sevilla. Este velo invisible no carecía, sin embargo, de luminosidad, trabajada con ayuda de la preparación de la piel y el fondo de maquillaje.

Para potenciar esa luz radiante pero discreta, los labios se maquillaban con el jugoso bálsamo labial Rouge Dior Satin Balm, en el tono 000, de acabado incoloro. Con este gesto, la boca parecía simplemente estar humedecida, aunque reflejaba la luz y mantenía la hidratación óptima, convirtiéndose en un punto de luz más en el rostro.

La reinvención del peinado centennial por excelencia

Una de las claves del arrollador éxito de Maria Grazia al mando de Christian Dior es haber sabido rejuvenecer la marca y convertirla en cercana y fácil de identificar. Además de haber seducido a los personajes del momento como Chiara Ferragni o Bella Hadid, célebres por su transgresor estilo, la marca mantiene una escucha activa que le permite estar al tanto de las tendencias y demandas de los más jóvenes.

Traducido al idioma capilar, se trata de la raya en medio y los recogidos bajos. Mientras medio globo terráqueo abraza los voluminosos peinados de los 90, Dior y Maria Grazia defienden la raya en medio y los cabellos tersos, adheridos al cuero cabelludo y encargados de aportar pulcritud a cualquier look. Sin embargo, y borrachos del espíritu de Amaya, en la colección Crucero 2013 también veíamos cabellos texturizados y crespos, como resultantes de un intenso baile flamenco.

Las coletas bajas mantenían fricción en la nuca, las sienes se llenaban de desdibujados caracolillos y las colas de caballo lucían ondas no definidas sino reforzando su forma natural. Entre los recogidos, siempre a la altura de la nuca, destacaban también los moños flojos y las coletas XXL, en gran parte creadas con extensiones. No faltaban tampoco las enormes lazadas que ya viéramos en su colorido desfile primavera-verano 2022.

Ahora los lazos pasaban de dar cuerpo y longitud a las coletas a hacer las veces de otro mechón ondeante, que potenciaba el movimiento del cabello, imitando los giros del cabello durante el baile flamenco, algo que quedaba evidenciado cuando las modelos pasaban al lado de los bailaores que acompañan el desfile.

Un homenaje, sin ningún tipo de dudas ni reproches, a los 'spanish eyes' que han protagonizado canciones y romances, pero sin perder de vista la fuerza de las "patadas al patriarcado" de Carmen Amaya que la artista visual a cargo de los carteles promocionales del desfile, María Ángeles Vila Tortosa, mencionaba en el making of del desfile crucero de Dior. España con garra, de los tejidos al maquillaje.