Del bronceado al nude, el look beauty de Ana Fernández en Venecia

Nada como un bronceado posvacacional para conseguir que la piel irradie luminosidad y nada como una buena preparación, a prueba de larga jornada veneciana, para demostrarlo. La primera vez de Ana Fernández en el Festival de Cine de Venecia necesitaba de una cuidada producción en la que desde la inspiración hasta el outfit, sin olvidar el maquillaje o la peluquería, estuvieran cuidados al milímetro.

Para descubrir en propia piel cómo es la preparación para la mítica Mostra, nos colamos en la habitación de la actriz española en el hotel Hilton Molino Stucky, situado en la isla de Giudecca. Por supuesto, en el combo no falta Paula Soroa, una de las maquilladoras españolas preferidas entre las celebrities.

La primera noche en Venecia

Acelerada por el riguroso 'timming' de su agenda, Ana nos recibe culminando los detalles de su look para la cena del 150 aniversario de Shiseido en la Scuola Grande della Misericordia, para la que el look elegido es un mono de pedrería negra y manga larga de Carolina Herrera con el que la catalana luce sus bronceadas piernas. “Me gusta mucho marcar los ojos, pero como el mono era muy potente, Paula y yo decidimos que un moño pulido era la mejor opción”, nos cuenta mientras se remata la manicura, esperando a que llamen a su puerta para montarse en una glamurosa lancha veneciana.

Para la cena de gala, el maquillaje de Ana se centraba en un ojo muy enmarcado, perfilado con un delineado superior e inferior y en el que no faltaba un profuso trabajo de la línea de agua. Todo siempre en negro. Para conseguir el efecto de mirada gatuna, la maquilladora rasgó el ojo combinando sombras satinadas en tonos wineberry con otras bronce para crear un degradado con el que el ojo no quedara demasiado oscuro pero sí se lograra la intensidad que el mono de pedrería necesitaba.

La piel, como en cualquier look de alfombra roja, es la base de todo el look beauty. Un paso fundamental en la preparación de la actriz es el Lotion Soin Equilibrante Enrichie de Shiseido, con el que se sella la hidratación y se mejora la adherencia del maquillaje, manteniendo la jugosidad y la luminosidad.

La piel, por tanto, permaneció con la misma luz toda la noche, sin perder de vista el bronceado natural de la actriz, que fue acentuado en pómulos y frente, para marcar aún más sus angulados rasgos, pero sin crear un maquillaje recargado. Los labios, a petición de Ana Fernández, se mantenían también con un tono natural, “por ‘Las chicas el cable’ los llevé demasiado tiempo rojos, así que ahora optó por potenciar siempre la mirada”.

El estreno de 'Blonde'

Pero, tras la cena en la que la Shiseido celebraba sus 150 años como una de las firmas líderes de la cosmética mundial, en la que no faltaron ni actrices como Hiba Abouk o Valentina Zanere ni influencers internacionales de la talla de Leonie Hanne, Ana Fernández también tenía una cita con la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia. Para el estreno de la esperadísima cinta ‘Blonde’, en la que Ana de Armas da vida a Marilyn Monroe, Ana cambió completamente de registro, optando por un conjunto de crop top y falda rosa de Pedro del Hierro, en color nude y con diminutas estrellas bordadas, paleta cromática que Paula Soroa trasladaba a su maquillaje.

En esta ocasión, nude, marrón y champán se convertían en los colores base para crear el maquillaje. La impoluta piel de la actriz se resaltaba con un punto de contorno en pómulos y sienes para acentuar sus facciones y mantener su bronceado tono de piel, pero sin olvidar poner una sutil pero efectiva luz en el tabique de la nariz. La parte alta del pómulo de la actriz también recibía su dosis de iluminador, intensificando esa sensación de piel dorada.

Volviendo a los básicos en el maquillaje de Ana Fernández, los labios quedaban en un segundo plano al perfilarlos en nude y rellenarlos sutilmente con una barra de labios del mismo tono y así se ponía el foco en la mirada.

Con sombra de ojos champán, la maquilladora resaltaba la luz en el párpado móvil, manteniendo un punto de esta en el lagrimal. Para mantener la calidez en la mirada, pero conseguir ese ahumado muy sutil, entraban en juego las sombras de ojos en tonos marrones y muy satinadas, presentes tanto en el acento como en el párpado inferior para conseguir ese efecto entornado y muy sutilmente ahumado. Completaba el look un semirrecogido con el que Ana mantenía los hombros al descubierto y lucía una melena XL, ultraveraniega y ligeramente boho, muy fiel al estilo de la actriz, como todo el look completo.