Estos son los errores más comunes que hacen que tu base de maquillaje no tenga un acabado natural
Frescura y naturalidad son claves que debe tener la base de maquillaje, sobre todo después de haber cumplido unos años. Sin embargo, hay algunos errores que cometemos habitualmente, que hacen que su aspecto resulte opaco
Durante el verano, muchas mujeres prescinden de la base de maquillaje, ya que el moreno es de lo más favorecedor y el calor y el sudor pueden hacer que el resultado no sea siempre perfecto. Sin embargo, a la vuelta a la rutina de belleza diaria es posible cometer algún que otro error al recuperar el maquillaje que usábamos antes de las vacaciones… Optar por un tono que no se funde con el de la piel, elegir una fórmula que se cuartea o se desvanece enseguida o utilizar demasiado producto que provoca que el acabado sea algo artificial son algunos de los errores más comunes que existen en torno a ella; aunque tampoco hay que olvidar que el estado del cutis también es determinante para el resultado final, ya que si no está bien hidratado o si no te exfolias con asiduidad, tu makeup no lucirá tan bien como es de esperar.
Destripamos con la ayuda de dos maquilladores los fallos que solemos cometer cuando usamos la base de maquillaje, para que, gracias a sus ideas, consejos y trucos, tu rostro tenga un aspecto fresco y natural durante la rentrée (y también después de ella).
No preparas tu piel adecuadamente
“La piel es uno de los puntos más importantes a la hora de realizar un maquillaje, de ahí que su preparación sea fundamental”, sentencia Xabi Rodrigues, National Artist MAC Cosmetics Iberia. Así que lo primero es que conozcas bien el estado y tipo de la misma para aplicar productos que satisfagan sus necesidades. Comienza con una buena limpieza del rostro para retirar cualquier impureza y restos de maquillaje o suciedad. Apunta: “Si te lavas la cara con agua fría mejorará la circulación sanguínea, calmará la mirada cansada y tu piel”, añaden los expertos de Clinique.
“Continúa con un contorno de ojos para hidratar bien la zona –aplícalo en movimientos ascendentes desde la parte más cercana a la nariz hacia la sien, para hacer un pequeño masaje linfático y así mejorar aún más esta zona– y evitar que el maquillaje que apliques posteriormente se cuartee”, recomienda el experto. Después llega el momento de la crema hidratante, que debe ser la que más se adecúe a tus necesidades.
Y si eres de las que siguen una rutina de belleza exhaustiva, la loción, la esencia y el sérum serán más que bienvenidos, pues lograrán que la piel quede aún más radiante y tratada.
Prescindes del 'primer' o lo usas mal
¿Sabías que, al igual que debes esperar a que el sérum y la crema hidratante se absorban por completo antes de aplicar el protector solar, también debes hacer lo mismo con la prebase? Y aunque es cierto que para el día a día el 'primer' no es necesario (solo deberías recurrir a él a diario si tu piel es demasiado grasa), sí que es de lo más recomendable si vas a tener una cita especial y precisas de un look con una durabilidad extrema. “Elige uno que no tenga mucha cantidad de siliconas, ya que estas pueden afectar en la aplicación del maquillaje, provocando que aparezcan bolitas al difuminar”, declara Rodrigues. Desde Clinique añaden: “Un truco si tienes brillos en la zona T es usar una prebase matificante ahí y combinarla con otra iluminadora en el resto del rostro”.
No te exfolias con asiduidad
Es cierto que la limpieza e hidratación juegan un papel importante en el aspecto final, pero no debes de olvidar que la exfoliación también lo hace. ¿El motivo? Las pieles con acumulación de células muertas provocan que la base tenga un aspecto pastoso. Por tanto, no debes olvidarte de este paso, una vez a la semana si tu piel es mixta, seca o sensible, y aumentar la periodicidad a dos días si es grasa. Eso sí, ten en cuenta que si usas a diario un tónico enzimático no es necesario que cumplas con esta pauta semanalmente, o corres el riesgo de comprometer tu barrera cutánea, sensibilizando así tu piel.
No has encontrado el tono adecuado
Dar con el tono perfecto para ti es una tarea casi tan ardua como encontrar a tu media naranja, por lo que te toca armarte de paciencia y probar hasta que aparezca EL ELEGIDO. Aunque para acortar esta misión (la de la base, la de la pareja ya es otro cantar), hay algunas pautas que puedes tener en cuenta: “Comienza averiguando cuál es tu subtono de piel. Si cuando te miras las muñecas tus venas son azuladas es frío, si son más verdosas es cálido y si no ves mucha pigmentación o color en las venas es neutro”, revela la maquilladora, quien también recomienda “aplicar la base elegida en el mentón (escoge tres tonalidades, de menos a más oscura), que es donde se aprecia más la diferencia entre el tono de tu piel y el del cuello, y esperar hasta que se seque, ya que algunas se oxidan un poco pasados unos minutos, lo que hace que el tono final se oscurezca un poco más”.
Pero lo que te salvará en cualquier momento es “comprar dos bases de maquillaje, una cuando tu cara esté en su tono más claro del año y otra en el punto más álgido de color. De esta manera, al mezclar ambas, podrás conseguir tu gama de color adaptada a los 365 días”, comparte el maquillador de MAC.
Usas demasiado producto y lo aplicas mal
Aquí también hay que seguir la máxima de ‘menos es más’, pues si aplicas demasiado producto el resultado puede resultar desigual y artificial, sobre todo si tu base tiene un acabado en polvo, ya que demasiadas capas de esta opción harán que tu piel se vea con textura. Por tanto, lo mejor es que “cojas muy poca cantidad de producto, difumínala con una brocha, y añade más y juega con la cobertura según las necesidades que tengas en cada área, aplicando un extra de producto solo donde haya imperfecciones”, aconseja el National Artist de MAC.
Comienza de dentro, hacia fuera del rostro, extendiendo muy bien la base con ayuda de una esponja o de una brocha de mofeta, que debes mover en círculo para conseguir un aspecto más liviano. No te olvides del cuello y, si llevas coleta, aplica también algo de maquillaje en las orejas y en la nuca para evitar que se vea corte”, advierte Domínguez.
No la fijas adecuadamente
Al igual que es importante un buen comienzo, también lo es un buen final. Y en cuestión de maquillaje, este último viene acompañado de polvos y spray fijadores, que harán que tu look permanezca inalterable durante más tiempo. Pero, cuidado, porque el exceso de polvos también puede producir un efecto máscara. Colócalos solo en las zonas del rostro en las que sean realmente necesarios (en las que haya exceso de grasa) y siempre después de haberle dado un buen golpecito a la brocha para deshacerte del exceso de producto.
Por último, aplica spray fijador de una manera sencilla: posiciona el bote a unos 20 centímetros de tu cara y rocíala con él tres veces, moviendo el producto desde la frente al cuello, empezando por un lado de la cara, después en la zona central y terminando en el lado contrario.
Durante el verano, muchas mujeres prescinden de la base de maquillaje, ya que el moreno es de lo más favorecedor y el calor y el sudor pueden hacer que el resultado no sea siempre perfecto. Sin embargo, a la vuelta a la rutina de belleza diaria es posible cometer algún que otro error al recuperar el maquillaje que usábamos antes de las vacaciones… Optar por un tono que no se funde con el de la piel, elegir una fórmula que se cuartea o se desvanece enseguida o utilizar demasiado producto que provoca que el acabado sea algo artificial son algunos de los errores más comunes que existen en torno a ella; aunque tampoco hay que olvidar que el estado del cutis también es determinante para el resultado final, ya que si no está bien hidratado o si no te exfolias con asiduidad, tu makeup no lucirá tan bien como es de esperar.