Parches de ojos reutilizables para potenciar el efecto de la crema y ahorrar producto: el salvavidas 'beauty' del año
Una de las tres R es la de reutilizar, un concepto muy extendido en la cosmética, pero que ahora da al salto al cuidado del contorno de ojos con un beneficio extra: el ahorro
El área de la mirada es quizá la zona del rostro donde antes aparecen los primeros signos de la edad, como esos diminutos y antiestéticos pliegues. Cuestión aparte son las bolsas o las ojeras, no relacionadas con el cansancio, como nos han hecho creer hasta la fecha, y con un componente genético contra el que poco se puede hacer. Si continuamos con este papel importante de la mirada en el rostro, más allá de las consecuencias de la mascarilla del covid que centraba la atención en los ojos, basta con analizar cuál es el primer producto de maquillaje que cae en nuestras manos: el corrector.
Siendo tan importante como es esta delicada área y su sinfín de necesidades, el contorno de ojos es un paso ineludible en el que tan importante como dar con el cosmético adecuado es aplicarlo con meticulosidad. La última innovación para potenciar el efecto de este necesario cosmético son los parches de ojos reutilizables.
Igual que ocurre con los 'eye patchs' tradicionales, se trata de pequeñas mascarillas de hidrogel o silicona que se adaptan a la zona creando una oclusión que favorece la penetración del producto. Si en los parches tradicionales, el tratamiento va impregnado en la mascarilla, en los parches de ojos reutilizables, el producto lo aplicas tú.
Su desarrollo se debe a las demandas de la industria cosmética por crear productos que se puedan reutilizar para reducir así la cantidad de desperdicios que generamos. El parche permite su lavado, pudiéndose utilizar una y otra vez e incluso en una mascarilla de noche. Para conservar los parches en perfectas condiciones, tras limpiarlo y secarlo, se guarda en el recipiente en el que se vende, sin necesidad de un cerrado hermético.
El funcionamiento de los parches reutilizables sobre la piel es sencillo. La recomendación más extendida es aplicar el contorno de ojos que estemos utilizando y extenderlo de la forma habitual. Pasados unos diez segundos de su aplicación, cuando la superficie de la piel quede pegajosa, se coloca encima el parche. La silicona de la que están hechos algunos de estos parches permite que las propiedades del contorno se absorban mejor al crear un ambiente oclusivo, igual que ocurre con las mascarillas de hidrogel.
Tras dejar actuar el parche el tiempo que consideres necesario, basta con retirarlo y tamborilear con los dedos sobre la superficie para favorecer la absorción del producto que pudiera quedar sobre la piel. Otra opción es aplicar el contorno directamente sobre el parche y colocarlo a continuación sobre la piel. En ambos casos, lo que conseguimos es reducir la cantidad de producto que utilizamos, por lo que el contorno de ojos durará más tiempo. Precisamente, una de las recomendaciones más habituales del uso de este tipo de cosméticos es no aplicar demasiado producto o su adherencia se verá comprometida.
¿Qué hacemos con el parche? Tan sencillo como retirar el exceso de producto y lavarlo con agua y jabón neutro. Y listo, el parche ya puede volver a utilizarse sin tener que desperdiciar un envoltorio ni generar residuos.
El diseño ergonómico de los parches de ojos permite que se adapten a varias zonas del rostro, siendo posible colocarlo en los surcos nasogenianos o incluso unos milímetros por encima de las cejas. Lo mismo ocurre con los parches reutilizables, otras zonas del rostro se pueden beneficiar de su poder oclusivo.
Actualmente, en el mercado español no es fácil conseguir parches de ojos reutilizables, tan solo la marca francesa Seasonly los comercializa en Sephora. Se trata de unos sencillos parches compuestos por silicona y aguacate con un diseño ergonómico. No falta tampoco el recipiente para guardarlos, redondo y pequeño para poder colarse en cualquier neceser. Parches reutilizables de Seasonly, 24,99€ en Sephora.
Otra opción, por desgracia, no a la venta en nuestro país son los Forever Eye Mask de Dileux, alrededor de 25€ en su web, con una caja similar a una funda de gafas. Entre sus especificaciones está la de ser aptos para combinar con todo tipo de texturas con un peso muy ligero. Para una absorción óptima de los cosméticos, la recomendación es dejarlos actuar durante 20 minutos.
Tras aquellos virales parches de Chanel, otra de las modas más extendidas es la de utilizar parches de ojos con dibujos. En el caso de los Reusable Silicone Under Eye Mask de Pacifica, alrededor de 15€ en su web, no solo el parche tiene un diseño reconocible, sino que su funda acompaña.
A pesar de que Skin Gym sí está disponible en Sephora, los Under Eye Reusable Patches, alrededor de 20€, de momento solo se pueden conseguir a través de su página web. Una de las particularidades de estos parches es que, para mejorar su adherencia y ese efecto de vacío, se recomienda humedecerlos antes de aplicarlos sobre la piel.
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El área de la mirada es quizá la zona del rostro donde antes aparecen los primeros signos de la edad, como esos diminutos y antiestéticos pliegues. Cuestión aparte son las bolsas o las ojeras, no relacionadas con el cansancio, como nos han hecho creer hasta la fecha, y con un componente genético contra el que poco se puede hacer. Si continuamos con este papel importante de la mirada en el rostro, más allá de las consecuencias de la mascarilla del covid que centraba la atención en los ojos, basta con analizar cuál es el primer producto de maquillaje que cae en nuestras manos: el corrector.
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