¿Y si el agua fuera la culpable de tu pelo seco y encrespado?

El calor que emiten las herramientas de peinado, los productos de styling, el uso de champú en seco y los diversos tintes o decoloraciones son los factores externos que más interfieren en el buen estado de nuestro pelo. Su abuso suele secar, fragilizar y encresparlo, aunque ellos no son los únicos culpables de su aspecto apagado. Resulta que la calidad del agua que utilices para lavarte la cabeza (la que sale del grifo de tu casa, vamos) también hace de las suyas y no es lo mismo que esta sea blanda o dura para que la melena quede perfecta.

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Isabel Salinas

Dependiendo de la densidad y cantidad de minerales que tenga en su composición, el agua puede denominarse de una manera o de otra. “Cuando hablamos de agua dura nos referimos a aquella que contiene un alto nivel de depósitos minerales, específicamente de sales de magnesio y calcio. A mayor contenido de estas sales, aumenta la dureza del agua”, explica Juan José Andrés Lencina, dermatólogo tricólogo especialista de H&S. El problema es que “esto puede hacer que cambie el equilibrio del pH del cuero cabelludo y provocar la obstrucción de los poros, bloqueando la producción del sebo natural”, añade. Eduardo Sánchez, director creativo de la maison homónima, matiza que este tipo de agua también suelen producir efectos secundarios sobre la melena, “resecándola y deshidratándola, lo que a su vez deriva en una pérdida de brillo progresiva y un mayor índice de rotura de la fibra capilar”.

Cuando hay una cantidad excesiva de minerales en la composición del agua, notarás que tu cabello no queda suave y flexible después del lavado, sino que su aspecto será crujiente o chirriante, debido a que los minerales se han adherido a él, penetrando y cristalizándose a medida que se seca el pelo. En este momento se forma una capa que impide que la humedad entre o salga, derivando en sequedad, encrespamiento, enredos e incluso posibles roturas.

Si tu cabello es poroso, “estará más deshidratado y con apariencia mate. Las aguas duras tampoco son buenas para los que están coloreados, ya que repercuten en la durabilidad del color, brillo y calidad del cabello. Y aunque las melenas lisas son por norma general más brillantes, también notan afectado su brillo y suavidad”, asegura Mónica Martínez Nestres, educadora de la firma capilar Kevin Murphy.

¿Y cuál es la forma más sencilla de saber si el agua con la que te lavas la cabeza es dura o no? Si esta deja residuos de cal en la ducha, el lavabo o en los grifos es debido a la cristalización del residuo mineral del que hemos hablado anteriormente; así como si notas que la presión no es tan potente como debería, ya que será debido a la acumulación de dichos minerales dentro de las tuberías. Fíjate también en si al champú le cuesta demasiado hacer espuma, incluso cuando tu pelo no está demasiado sucio; o incluso si después de haber usado acondicionador el momento desenredado no es tan fácil como debería.

Cómo minimizar los daños que causa el agua dura

Si vives en una zona de playa o si el agua que sale del grifo está cerca de montañas repletas de minerales, es muy probable que tu melena esté sufriendo los estragos que el agua dura puede hacer en ella. Por lo que, si la opción de irte a vivir lejos no está en tus planes, apunta estos trucos (mucho más fáciles y baratos que una mudanza) para paliar los efectos del agua dura en tu pelo.

Coloca un filtro. Algunos expertos recomiendan poner un filtro de agua en la ducha, pues es muy eficaz a la hora de filtrar minerales como el magnesio y el calcio, que son dos de los principales causantes del pelo deshidratado y quebradizo. Será una inversión a largo plazo y, si un día te marchas de esa casa, te lo puedes llevar perfectamente a la siguiente.

No te olvides del prechampú. Si aplicas un exfoliante antes de sumergir la cabeza por completo debajo del agua, este hará las veces de armadura e impedirá en mayor medida la penetración de minerales en la fibra capilar. Además, los tratamientos previos al champú también sirven para eliminar la acumulación de suciedad y sustancias, tanto en el cabello como en el cuero cabelludo.

Usa champú purificante. “En aguas duras, los champús se desarrollan peor, por lo que su poder espumante-lavante es menor, provocando que los cabellos queden con un aspecto más mate y ásperos”, desvela Antonio Tsi, technical and R&D director de Cosbar Group. Incorpora en tu rutina de belleza un champú purificante y el EDTA (ácido etilendiaminotetraacético) que suelen contener este tipo de champús en su fórmula te ayudará a disolver los metales del agua y a limpiar el cuero cabelludo en profundidad. Eso sí, utilízalo solo una vez a la semana.

Agua mineral en el último aclarado. Una opción alternativa al filtro es emplear agua mineral o destilada para aclararte el pelo al final. No temas, pues venden ambas en el supermercado y no están mal de precio. De esta manera te asegurarás de que tu cabellera quede más suave, brillante e hidratada.