Arrugas, granos, rojeces... Hacer ejercicio tiene efectos secundarios, así los solucionas
El fitness ha venido a curarnos en salud y a ponernos más guapas y tonificadas, pero, ojo, porque también tiene su lado oscuro. Presta atención y no cometas los errores que siguen
Hacer algún tipo de actividad física es, junto con una dieta equilibrada y una buena rutina de sueño, uno de los tres grandes pilares para sentirse y verse bien. Sin embargo, excederse con el ejercicio también le puede pasar factura a tu aspecto. Descubre los errores en los que es mejor no caer.
Arrugas inesperadas
Las continuas repeticiones que integran la tabla de ejercicios de la sala de máquinas son perfectas para ir tonificando todos los músculos. Pero ¿te has fijado en cómo frunces el ceño y los labios en cada serie? Eso hace que las arrugas de expresión se vayan marcando más intensamente. A eso se suma el hecho de que la actividad física es, por sí misma, una auténtica fábrica de radicales libres, uno de los causantes del envejecimiento precoz. Para evitar el problema incluye en tu rutina diaria cremas formuladas con activos antioxidantes.
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No te sonrojes
La actividad cardiovascular suele formar parte de cualquier rutina básica de deporte. Perfecto. Pero ten en cuenta que, al estimular el corazón y los pulmones, aumenta también el flujo sanguíneo de todo el cuerpo y eso incluye la piel. Si a eso le sumamos un exceso de humedad o de calor en la sala en la que estamos trabajando y lo rematamos con una sesión de sauna, tenemos la ecuación perfecta para que hagan su aparición la cuperosis y los sarpullidos. Si tu piel ya de por sí tiende a este problema, pásate a las fórmulas antienrojecimiento.
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Ojo al grano
La actividad física hace que, en la inmensa mayoría de los casos, aumente el nivel de sudoración de todo el organismo ya que es el proceso por el que, entre otras cosas, eliminamos las sustancias de desecho que generamos. Esa es la buena noticia. La mala es que los poros se abren y es más fácil que entren impurezas en la piel. Esta es la razón de que la actividad física esté relacionada con un aumento del acné. La solución se resume en una palabra muy sencilla: higiene. Es básico limpiarse la cara antes y después de practicar deporte. Antes, porque así nos aseguramos de que no quede rastro de maquillaje que pueda taponar los poros e impedir que hagan su función. Y después para retirar toda la suciedad que hemos ido expulsando durante este rato. Y, por supuesto, para lucir bien a gusto esa piel radiante que deja un cuerpo ejercitado y oxigenado.
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Dientes en peligro
Puede resultar chocante, pero los dientes constituyen otra zona del cuerpo que hay que vigilar cuando hacemos deporte con frecuencia. Y es que, como señala la Dra. Sarmini, de la Clínica Bernabéu, “tras el ejercicio se produce un exceso de sequedad bucal. Esta falta de saliva reduce el proceso natural de limpieza de la boca, con lo que aumenta el riesgo de caries, problemas en las encías, etc. Esto se acentúa si abusamos de bebidas energéticas, con altos niveles de azúcares. Otro riesgo añadido es que al hacer deporte se tiende a tensionar los músculos de la cara, lo que puede provocar bruxismo y contracturas musculares”. Soluciones: una buena y constante higiene bucal y revisiones periódicas con el dentista.
Reafirma el suelo pélvico
Los deportes de impacto, como el correr o saltar, pueden ir debilitando poco a poco, y casi sin darnos cuenta, el suelo pélvico, la estructura que controla tanto los esfínteres como el aparato genital. Esto puede desembocar en que aparezcan pérdidas de orina prematuras, debilitamiento de los músculos genitales y sequedad vaginal. Podemos prevenir el problema prestando atención a la zona, incorporando ejercicios conscientes que ayuden a mantenerla fuerte. En caso de que hayan surgido ya los síntomas se pueden mejorar con el láser ginecológico Mona Lisa Touch, uno de los últimos avances en este campo, ya que no hace falta anestesia y permite reincorporarse a la actividad habitual rápidamente después de cada sesión.
Hacer algún tipo de actividad física es, junto con una dieta equilibrada y una buena rutina de sueño, uno de los tres grandes pilares para sentirse y verse bien. Sin embargo, excederse con el ejercicio también le puede pasar factura a tu aspecto. Descubre los errores en los que es mejor no caer.