Las renovadas mechas rubias de Irene Montero: cómo aclarar el pelo sin que se note

La ministra de Igualdad, en el ojo público por la popularmente denominada 'ley del solo sí es sí', ha llamado hoy nuestra atención por una cuestión radicalmente diferente: su evolución beauty, más concretamente cómo ha ido modificando su cabello.

Mientras sobre el atril Irene Montero alza su voz en protesta, en el plano de su imagen personal prefiere la discreción y ha sido esta la premisa bajo la que ha llevado a cabo sus sutiles y efectivos cambios de look.

No se cortó el pelo al convertirse en ministra, ni se alió con la barra de labios roja para reforzar su cambio de estatus, gestos que habrían resultado muy fáciles de identificar y que no hacen más que arraigar estereotipos, como ocurre con el habitualmente mal utilizado ‘power suit’, que parece haberse simplificado en que ponerse un traje de chaqueta y pantalón ofrece una imagen de poder y seguridad. Frente a estos gestos encontramos a políticas como Kamala Harris, vicepresidenta de los Estados Unidos, o a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que se han mantenido fieles a sus looks previos al ascenso al poder.

Irene Montero juega a estar en medio de ambas posturas. Desde sus primeros años en Podemos hasta ahora, su cambio es más que evidente, puede que respondiendo a un proceso de madurez (entró en Podemos con 26 años y ahora está a punto de cumplir 35) o para crear una imagen más sólida. El hecho es que su estilismo ha ido evolucionando, más allá de su armario.

La ministra siempre ha tenido un cabello de muy buena calidad, que rezumaba salud, en parte porque era un cabello virgen, cuyo tono no había sido alterado por ningún tipo de coloración. La hidratación y el saneamiento de las puntas caracterizaba su melena castaño chocolate, siempre cincelada a base de capas, para ganar más volumen y movimiento.

Sin embargo, en los últimos años, Irene Montero ha ido introduciendo luz en su melena a través de mechas en tonos dorados, con los que el efecto es el de un cabello más claro. Siempre se trata de una coloración que no parte de la raíz, sino que respeta varios centímetros, logrando que no se noten tanto pero, sobre todo, para conseguir una coloración muy fácil de mantener. No hay que acudir a retocar el color en cuanto la raíz crezca, se puede retrasar varios meses. Es por ello que vemos cómo el cabello de la ministra es claro, pero va oscureciéndose según crece el pelo y más tarde vuelve a aclararse.

La periodicidad del retoque de la coloración de Irene Montero se hacía bastante evidente esta semana cuando, después de lucir todo el mes de enero un color castaño oscuro, su melena volvía a iluminarse. Incluso se podía apreciar cómo la estructura del cabello se veía afectada por este color y la consecuente sequedad de la fibra capilar, encrespándose ligeramente.

"La ministra Irene Montero ha aclarado su cabello castaño oscuro con unas mechas balayage trabajadas de medios a puntas. Es habitual verla con este tipo de mechas, pero, en esta ocasión, el contraste con el tono base está bastante más marcado, ya que ha optado por un rubio miel, en lugar de los castaños o incluso cobrizos de otras veces, que le proporcionaban un acabado más discreto”, explica Mª José Llata, directora de la peluquería Llata Carrera, en Cantabria.

El tipo de balayage que ahora apreciamos en Irene Montero, además de haber aclarado aún más el tono elegido para las mechas, actúa también atenuando el cambio entre el tono de base y la coloración. Como señala la peluquera, “en la zona superior, luce unas 'microhighlights' en el mismo tono, que ayudan a que la transición de color sea más suave y orgánica”.

Y ¿cuál es el efecto que logra Irene Montero con este balayage más claro de lo que acostumbra? Aunque se traduce en un evidente plus de luminosidad sobre el rostro, la estilista comenta que se tendría que atrever a aclarar aún más los mechones frontales “para enfatizar el efecto y aprovechar los beneficios del hair contouring”. También conocido como ‘face framing’, esta técnica consiste en convertir la coloración más clara de los mechones próximos al rostro en una especie de iluminador capilar que destaque las facciones.

“Además, funciona muy bien en melenas oscuras como la suya, porque les añade vitalidad, enfatiza el volumen y el movimiento, y muestra una imagen rejuvenecida y jovial", concluye Mª José Llata, que ve el último cambio de look de la ministra de Igualdad como un acierto.