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Cuidado con las agujas si no quieres acabar con el síndrome de la cara hiperrellenada
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PIEL ARMÓNICA

Cuidado con las agujas si no quieres acabar con el síndrome de la cara hiperrellenada

Se llama Facial Overfilled Syndrome (FOS) y ocurre por la adicción y mala aplicación de los rellenos en la mitad del rostro. La buena noticia es que podemos evitarlo

Foto: Foto: Sam Moghadam para Unsplash.
Foto: Sam Moghadam para Unsplash.

Si se nota, ahí no es. Si el relleno es evidente y excesivo, no es. Cuando la zona media de la cara está hinchada al estilo conejito o muñeca pepona, desde luego tampoco es. O no debe ser, nunca, el resultado de una infiltración realizada de manera profesional y certera. ¿Lo hemos visto en más ocasiones de las que quisiéramos entre famosos y anónimos? Desde luego. Porque cuando el resultado es bueno solo mantiene las proporciones o recupera el volumen perdido y hace que veamos a la persona más guapa y joven, no inflada. Otra cosa es exceso, lo que se llama síndrome de la cara hiperrrellenada o FOS, sobre todo desde pómulos hacia abajo, y que acaba por distorsionar las facciones. Varios expertos aportan la luz necesaria para evitarlo.

Foto: Los rellenos de pómulos son tendencia. (Imaxtree)

El Dr. Carlos Morales Raya, dermatólogo y director de la clínica homónima, lo explica de manera sencilla. “El objetivo de utilizar un relleno tipo ácido hialurónico a nivel facial es devolver el volumen perdido al rostro, sobre todo en el ámbito de los depósitos grasos localizados en el tercio medio y zona temporal (que se pierden con el tiempo). Sin embargo, en ocasiones por mal diagnóstico, un exceso de producto, reaplicaciones frecuentes o por deseo del paciente, se usa mayor cantidad de la que se debiera, consiguiendo un antiestético y excesivo aumento de volumen en la zona de las mejillas que se maximiza al sonreír, ya que se eleva y se hace más evidente”.

placeholder La experta da importancia a la armonía y hacerlo de forma dinámica. (Diana Polekhina para Unsplash)
La experta da importancia a la armonía y hacerlo de forma dinámica. (Diana Polekhina para Unsplash)

Cuenta el especialista que en la zona facial tenemos una serie de ligamentos que dan sostén a todos los tejidos blandos de la zona y que se sitúan a lo largo de una línea imaginaria que va desde la zona lateral externa del ojo hasta la zona lateral del mentón. “Se ha visto que la infiltración de relleno en zonas laterales a esta línea produce un efecto lifting a nivel facial. Por el contrario, en zonas medias produce un efecto de aumento de volumen que en caso de ser excesivo puede ocasionar este síndrome FOS”.

Virtudes Ruiz y María Vicente, expertas en cirugía y medicina estética, añaden como motivo del abuso de producto en el tercio medio el hecho de que sea el área más fácil de infiltrar y el punto en el que comienzan a menudo los profesionales noveles; “también es el que puede dar un aspecto de mejoría de la flacidez de la cara o efecto lifting siempre que se respete la norma de reponer lo que falta y no sobreponer rellenando solo esta zona. Nosotras entendemos que para mejorar sin transformar tenemos que tratar los tres tercios de la cara y además realizarlo de forma dinámica, para que tanto en relajación como en movimiento la cara se vea con armonía”.

Contra el vicio de pedir…

Está la virtud de no dar. Y esto es válido para la dermatología estética. La dismorfia, por desgracia, está a la orden del día. Esa distorsión de la imagen que hace que se pueda perder la noción de la proporción, de lo que es natural y lo que no. Muchas veces es el paciente el que quiere más, y el médico el que se ve obligado a parar los pies. Por eso es importante hacer una ecografía cutánea antes de infiltrar ácido hialurónico o cualquier otro relleno, consideran las Dras. Ruiz y Vicente, porque así el profesional sabe a qué atenerse. “De esta forma podremos controlar y saber si existen restos del producto en los tejidos que vamos a inyectar de nuevo, si se han producido cambios en ellos y nos puede servir de guía para inyectar en el lugar anatómico que deseamos de forma precisa. Esto debería ser ya algo habitual en las consultas de medicina estética”, refieren las expertas.

Foto: Una de las propiedades del levan es la de repulpar la piel. (Launchmetrics Spotlight)

Sí, puede que no se reabsorban del todo

Últimamente, se comenta que algunos materiales podrían no reabsorberse al completo. ¿No habíamos quedado que hoy en día todos son no permanentes? Lo aclara el Dr. Morales-Raya: "La mayoría de los rellenos actuales presentan un metabolismo muy fisiológico, eliminándose casi al 100%. Sin embargo, existen moléculas de peor calidad y mayor tamaño que pueden tardar años en reabsorberse, por lo que es muy recomendable optar por un profesional que utilice productos de primeras marcas y que te explique bien el mecanismo de acción y proceso de eliminación".

placeholder Hay que tener un extenso conocimiento de la anatomía. (Sam Moghadam para Unsplash)
Hay que tener un extenso conocimiento de la anatomía. (Sam Moghadam para Unsplash)

Las Dras. Ruiz y Vicente puntualizan que de la misma manera que hay personas que parecen “comerse” el ácido hialurónico debido a que pueden tener más cantidad de hialuronidasa de lo normal (una enzima que descompone el ácido hialurónico), existen otras que lo degradan más lentamente. Así que es básico un buen profesional y un buen producto. ¿Algo más? “Realizar un correcto diagnóstico del paciente según sus necesidades para así ofrecer un tratamiento personalizado que dé resultados naturales y duraderos. Hay que tener un extenso conocimiento de la anatomía para tratar aquellas zonas que con un mínimo de producto nos permitan conseguir un mayor efecto. Por último, es recomendable no abusar del ácido hialurónico y utilizar también los llamados inductores de colágeno, que son rellenos que estimulan a la vez la producción de colágeno, tensando la piel y mejorando arrugas y flacidez sin necesidad de hiperrellenar al paciente, sobre todo después de los 40 años”, termina el dermatólogo.

Si se nota, ahí no es. Si el relleno es evidente y excesivo, no es. Cuando la zona media de la cara está hinchada al estilo conejito o muñeca pepona, desde luego tampoco es. O no debe ser, nunca, el resultado de una infiltración realizada de manera profesional y certera. ¿Lo hemos visto en más ocasiones de las que quisiéramos entre famosos y anónimos? Desde luego. Porque cuando el resultado es bueno solo mantiene las proporciones o recupera el volumen perdido y hace que veamos a la persona más guapa y joven, no inflada. Otra cosa es exceso, lo que se llama síndrome de la cara hiperrrellenada o FOS, sobre todo desde pómulos hacia abajo, y que acaba por distorsionar las facciones. Varios expertos aportan la luz necesaria para evitarlo.

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