A la hora de hidratar la piel, también hay una forma correcta e incorrecta de hacerlo

Ser constante en la rutina de belleza diaria es fundamental para lucir una piel saludable y bonita, pero también es primordial utilizar los cosméticos adecuados a nuestro tipo de piel. El mercado ofrece muchas referencias para mantenerla hidratada, por lo que para elegir los productos más adecuados para ti no solo tienes que tener en cuenta el estado de tu dermis, sino que el clima de la zona en la que vives, la estación del año en la que estemos, la dieta alimentaria que sigues, tu consumo de agua y el resto de ingredientes cosméticos que ya estás usando también son datos a tener en cuenta. Además, aplicar las opciones elegidas en el orden correcto y de la manera que aconseja el fabricante de los mismos o el experto de belleza que te haya recomendado su uso también es determinante.

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Hidratación nocturna

Mientras nosotros dormimos, nuestro cuerpo está trabajando para regenerarse. De ahí que la hidratación en la rutina de noche sea crucial para despertar con una piel suave, flexible y luminosa. “Durante el sueño, las células tienen la oportunidad de repararse y recuperarse de las agresiones sufridas durante el día. Mientras descansamos se revierten los daños producidos por los radicales libres y se restablecen las reservas antioxidantes agotadas para así prepararse para el día siguiente”, explica Ana Puelles Lostao, directora del centro de estética Lostao, quien también añade que “con la edad este equilibrio día/noche deja de ser óptimo y la autorreparación de la piel es menos eficiente”.

Comienza tu rutina p.m. con una limpieza adecuada y aplica después una capa de sérum no solo en el rostro, sino también en cuello y escote, y termina con una crema hidratante para sellar. De esta manera, “evitarás la pérdida de agua transepidérmica durante el descanso y también experimentarás una mayor producción de sebo. A la vez le aportarás un rico reservorio de agua esencial, lípidos reparadores de la capa córnea, así como vitaminas y otros activos que apoyen los sistemas endógenos naturales de regeneración celular que encuentran su pico máximo durante el sueño”, asegura Silvia Oliete, fundadora y directora de los institutos de belleza Blauceldona.

Elige activos como el ácido hialurónico, que aporta y guarda agua en la piel liberándola progresivamente; ceramidas, que reparan la capa córnea; vitaminas A y E, que ayudan en la cicatrización y regeneración celular, y agentes calmantes y equilibrantes de la microbiota cutánea como los pro, pre y posbióticos.

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Además, la temperatura y el índice de humedad de la habitación donde duermas también son determinantes para la hidratación de nuestra dermis. “Cuando la humedad ambiental es baja, la piel se deshidrata y la producción de sebo se incrementa para compensar la sequedad, pero si la humedad es adecuada o alta, no hay cambios tan significativos. De ahí que a menudo nos despertemos con cierto brillo y grasa en el rostro”, aclara Oliete.

Cuidarse desde el interior

El agua es fundamental tanto para nuestra salud, en general, como para la de nuestra piel, en particular. “Nuestro cuerpo está formado por un 60 por ciento de agua, de manera que no podemos olvidar este aspecto a la hora de mantener la salud de nuestra piel”, recuerda Puelles. Y, aunque es obvio que la forma en la que nos hidratamos de manera inmediata y más necesaria es bebiendo agua, la realidad es que la cantidad de esta que llega realmente a la piel es ínfima. Sin embargo, “seguir una dieta rica en verduras y frutas frescas (a ser posible crudas) permite que el cuerpo absorba y vaya utilizando su agua y vitaminas de manera más lenta y progresiva, asegurando un aporte a la piel más constante”, puntualiza la profesional de Blauceldona. También los ácidos grasos omega-3 favorecen el equilibrio hídrico del cuerpo y la piel.

¿Quieres unas directrices más concretas? “Agua, aguacate, aceite de lino, pepino y frutas como la sandía o la manzana aportan vitaminas y grasas saludables, ayudan a evitar la sequedad, además de la flacidez, las irritaciones y el envejecimiento prematuro”, aconseja la directora de Lostao.

Elegir bien los activos cosméticos

La clave está en mantener en buenas condiciones nuestro manto hidrolipidico y esto incluye dos partes: agua y lípidos. Por tanto, para conservar los niveles de hidratación de la piel no debes aplicar solo activos capaces de atraer agua, sino también aquellos que la retengan y evitar su evaporación. ¿Cómo? “Ácido hialurónico a diario sí, pero acompañado de ceramidas o vitamina E y/o aceite de jojoba, por ejemplo”, propone Puelles. Oliete, por su parte, opina que “la urea, la glicerina, el ácido hialurónico, las ceramidas y ciertas vitaminas como la B5 (pantenol) y B3 (niacinamida) y la E son los grandes aliados para aportar y mantener el agua en la piel. Y las grasas, ya sean aceites botánicos naturales, mantecas o ceras, así como las siliconas, tienen una acción oclusiva que crea una película en la epidermis que limita enormemente esta evaporación de agua de la piel”.

Y de vez en cuando, y siempre en función del tipo de piel, es recomendable aplicar activos tópicos que favorezcan la renovación celular. Puelles recomienda el uso de ácidos glicólico (en bajas concentraciones y altos niveles de pH tiene un gran poder hidratante) o láctico (mejora la producción de soporte y es tolerado por la mayoría de pieles), pues para ella son preferibles frente a exfoliantes mecánicos, que pueden agredir la piel y deshidratarla. Pero en caso de tener una sequedad severa, en términos generales, “deberás tratar la piel para equilibrarla, y evitar hasta entonces arcillas, AHA y BHA, retinol y productos con muchos aceites esenciales”, indica Oliete.

Aplicación correcta

Es cierto que puede parecer un poco obvio decir que es importante extender los productos hidratantes de la manera adecuada, así como coger la cantidad justa de cada uno de ellos. Pero si no lo haces bien, no obtendrás su máximo beneficio. Tras la limpieza y la tonificación, “es ideal aplicar el sérum sobre la piel un poco húmeda del tónico. Esto facilita la absorción y vehiculización de sus principios activos”, afirman desde Lostao. Después aplica tu crema “palpando a toquecitos para permitir que pase de la palma de las manos al rostro, el cuello y el escote. Y cuando sientas que la has repartido bien, realiza un suave masaje sin ejercer demasiada presión ni estirar la piel”, añaden desde Blauceldona, centro en el que también proponen hacer lo mismo para hidratar el cuerpo: “Aplicar el body milk sobre la piel ligeramente húmeda tras la ducha, en este caso con movimientos circulares y ascendentes”.