Cómo te duchas también influye en tu piel y así es como debes hacerlo
La rutina de cuidado corporal también es importante y quizá cometas algún error mientras te duchas, que puede ser perjudicial para tu piel. Descubre cómo debes limpiar e hidratar tu cuerpo a diario
Todos (o casi todos) tenemos ya interiorizado que la limpieza es el paso primordial de cualquier rutina de belleza facial, independientemente del tipo de piel que tengamos. A ella no solo le dedicamos el tiempo necesario diariamente, sino que también prestamos especial atención a los limpiadores y a la temperatura del agua que utilizamos para la misma. Sin embargo, con el cuerpo no es que no hagamos lo mismo, sino que incluso lo limpiamos con el primer gel que encontramos en el supermercado y lo hidratamos –a diario en el mejor de los casos– con el body milk que estaba en oferta, sin percatarnos de si es el más indicado o no…
“La ducha es al cuidado de la piel del cuerpo lo que la limpieza a la rutina diaria del rostro. O al menos debería ser así, pues ambos sufren cuando no los cuidamos de la manera adecuada”, asegura Cristina Galmiche, facialista y directora de los centros de belleza homónimos. Por eso, es importante tanto que prestes atención a los cosméticos que metes en ella como al orden en el que los aplicas y también a cómo lo haces.
Temperatura adecuada del agua
El agua excesivamente caliente puede irritar la piel o resecarla al promover el arrastre de los componentes lipídicos de misma, algo especialmente agresivo en las que sufren de eczema o rosácea. “Siempre es recomendable usarla tibia. Lo suficientemente caliente como para derretir determinadas impurezas, pero no tanto como para eliminar sustancias buenas para la piel”, advierte Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8. Lo ideal es que esté entre 35 y 37 grados para no eliminar la grasa natural de nuestra piel.
Eso sí, Galmiche recomienda “terminar la ducha con agua fría, bajando la temperatura de forma progresiva, pues el frío ayudará a desinflamar y tiene un efecto de constricción, altamente beneficioso para mejorar tu piel y mantenerla siempre tersa”.
Orden correcto de limpieza
Es cierto que no conocemos ningún estudio científico que determine cuál es el orden correcto de lavado dentro de la ducha, pero te aseguramos que lo suyo es comenzar por el pelo, continuar con la cara y terminar con el cuerpo, limpiando de arriba abajo. “Ten cuidado cuando te laves el cabello para que el champú no caiga en el rostro. La piel del este es mucho más sensible y reactiva, ya que la tenemos expuesta constantemente”, avisa la misma experta.
Para el cutis usa un limpiador específico para tu tipo de dermis, que “aplicarás antes de entrar en la ducha, con las manos secas y limpias, y lo dejarás actuar un minuto para después aclarar”, sugiere Teresa Minguillán, especialista en el cuidado de la piel del centro Beldon Beauty. Después, “tras limpiarte las orejas, pasa una esponja enjabonada desde el cuello a los tobillos, por todas las áreas, excepto las zonas íntimas, que es mejor no lavarlas con el exceso de jabón para no aplicar más de la cuenta y evitar infecciones”, continúa.
Activos cosméticos aliados
Al igual que dedicas tiempo para leer la etiqueta de tu crema de día o te fijas mucho en cuál es el ingrediente protagonista de tu sérum de noche, también deberías prestar atención a la fórmula de los cosméticos que hay dentro de tu ducha. Lo primordial es elegir opciones que sean lo más respetuosas y después optar por la que se adapte mejor a tu tipo de piel o necesidades de la misma. En cuanto al gel, “escoger un buen jabón que tenga un pH neutro es fundamental en cualquier caso”, asegura Galmiche.
Si tu piel es seca, la glicerina, el ácido hialurónico, el escualano y la niacinamida son muy buenas opciones. Si, por el contrario, es grasa, será mejor que evites los limpiadores que contengan aceites, pues podrían obstruir más los poros y hacer que apareciera acné corporal o que el existente empeorase; pero los que sí podrían ayudarte son los que incorporan alfahidroxiácidos, pues te ayudarán a disminuir la producción de grasa, con lo que el acné mejorará. Pero si eliges esta opción, recuerda que no deberías utilizarla más de dos o tres veces por semana para evitar la irritación.
Cuidados posducha
Si cómo limpias tu piel bajo el agua es importante, cómo la tratas fuera de la ducha también es determinante para que esté sana y bonita. “Ten muy en cuenta el cuidado posterior, en el que no puede faltar la hidratación y, al igual que usas productos específicos para cuidar tu rostro, debes elegir buenos cosméticos corporales. Es muy común coger cualquier crema hidratante y aplicarla sin darle la importancia y atención que también requiere el cuerpo. Hay que elegir el body milk en función de la piel que tengas, teniendo en cuenta su tipo, si necesita algún cuidado especial o si presenta alguna patología”, reflexiona la directora de los centros Cristina Galmiche.
Minguillán, que recuerda que “tras la ducha hay que quitar el exceso de agua con las manos, de arriba hacia abajo, y después secar con una toalla suavemente a toques, sin frotar para evitar que la piel sufra”, además recomienda aceites, mantecas o productos que incluyan en su fórmula aceite de coco, aguacate o manteca de karité para las pieles secas. En caso de las normales aconseja aplicarse lo que más agradable y cómodo resulte (aceite, bálsamo, crema o leche). Las pieles atópicas, que suelen picar y estar tensas e incluso a veces sufren de descamación, tienen una necesidad especial de nutrición, que la aportan los bálsamos, pero deben evitar las leches perfumadas que pueden resecar y provocar alergias. En pieles sensibles, que se calientan y reaccionan rápidamente, funcionan los productos enriquecidos con aceites vegetales, con un pH suave y la textura fluida de las lociones corporales. Y para las pieles grasas hay que elegir productos que regulen la producción de sebo y que sean fluidos, ligeros y libres de aceite.
¿Hay que seguir también en este caso una rutina de mañana y otra de noche? “Si te levantas muy pronto y vas con prisas, recurre a productos de secado rápido, más ligeros, para que no te dé pereza aplicártelos y para que no te manchen la ropa. Antes de ir a la cama puedes dedicarte algo más tiempo, por lo que podrás optar por cosméticos que más te relajen con aromas y texturas agradables, insistiendo en las zonas rebeldes con anticelulíticos y reductores”, concluye la especialista de Beldon Beauty.
Tus aliados
Gel de Ducha Relajante Lavanda CBD de L’Occitanne. En su fórmula está presente el aceite esencial de lavanda de la marca, que se recolecta en el sur de Francia y es famoso por sus propiedades relajantes, que aquí se une con CBD, 100% natural y sin THC. La piel queda limpia, relajada y calmada (15 euros).
pH5 Crema-gel Ultraligera de Eucerin. Fórmula mejorada gracias a su textura ultraligera y a su inmediata absorción, que hidrata profundamente, protege y aporta bienestar a la piel seca y sensible. Su textura, suave y ligera, ofrece 24h de hidratación, dejando 0% residuos y aportando un confort inmediato (11,99 euros).
Exfoliant Shower Gel de Montibello. Gel de ducha de triple acción exfoliante de vegetales biodegradables, de delicada y sensorial textura que limpia y renueva la piel dejándola suave y sedosa. Contiene tanto partículas de piel de naranja como aceite esencial de la misma fruta, de acción revitalizante (28,20 euros).
Gel de Ducha Perfumado Relajante Prodigieux Neroli de Nuxe. Con certificación bio, este gel de ducha limpia la piel con la máxima suavidad. Su textura en gel fresca y deliciosa está enriquecida con aloe vera para suavizar la piel (12 euros).
M’Gouna Mascarilla Corporal Batida con Arcilla de Rhassoul de Rituals. Inspirada en la tradición marroquí de purificar la piel con arcilla de Rhassoul de las montañas del Atlas, esta mascarilla para el cuerpo, con un 91% de ingredientes de origen natural, detoxifica y exfoliar la piel (15,90 euros).
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Todos (o casi todos) tenemos ya interiorizado que la limpieza es el paso primordial de cualquier rutina de belleza facial, independientemente del tipo de piel que tengamos. A ella no solo le dedicamos el tiempo necesario diariamente, sino que también prestamos especial atención a los limpiadores y a la temperatura del agua que utilizamos para la misma. Sin embargo, con el cuerpo no es que no hagamos lo mismo, sino que incluso lo limpiamos con el primer gel que encontramos en el supermercado y lo hidratamos –a diario en el mejor de los casos– con el body milk que estaba en oferta, sin percatarnos de si es el más indicado o no…