A pesar de que los labiales oscuros van a ser fundamentales para crear un look más sofisticado esta temporada, la primavera y el inmediato verano también incorporarán brillo en el rostro. Los iluminadores extenderán su zona de influencia, superando las zonas marcadas como la parte alta del pómulo, la punta de la nariz o el arco de Cupido. Las responsables son las bases de maquillaje con acabado strobing. Miles de partículas brillantes le darán a todo el rostro un acabado jugoso, apto tanto para los días que queramos un look más natural como para los que toque un maquillaje potente. Lo veíamos en los desfiles de Balmain, Remain o Ulla Johnson, donde todo el rostro estaba iluminado, era imposible decir dónde se había aplicado highlighter. La culpa la tenían la preparación de la piel y la base luminosa. Trasladado a la mirada, el brillo que veremos en las estaciones venideras será el plateado. Sombras metalizadas, glitter o incluso máscaras de pestañas con filamentos iluminadores son la otra gran sorpresa de las propuestas beauty.
En el terreno del cabello, la inspiración de la primavera y el verano también se apoya en fenómenos pasados. Con un déjà vu demasiado cercano veremos cómo los tupés de moda entre las adolescentes de 2010 regresan convertidos en un peinado ‘casual’ y, sobre todo, cómodo, igual que aquellos flequillos ladeados. Geles fijadores y texturizadores se convertirán esta primavera en los sustitutos de los sprays para ondas surferas. Ahora toca volver a tener el cabello bajo control para crear peinados un poco más producidos, lo que no quita que regresen las melenas grunge, largas, con volumen y con abalorios, como veíamos en los desfiles de Elisabetta Franchi, Coach o Blumarine.