La Met Gala en clave beauty: un moño, muchas pelucas y prótesis faciales

A día de hoy, queda poca gente que no conozca la temática de la Met Gala 2023. El káiser de la moda debía impregnar los estilismos de todos los asistentes y, por supuesto, cabello, rostro y manicura también debían ponerse al servicio del estricto dictamen del desaparecido diseñador.

Si sobre su pasarela las modelos se movían entre la naturalidad de los maquillajes efecto cara lavada y la elegancia de unos smokey eyes tan oscuros como elegantes, la Met Gala en honor a Karl Lagerfeld ha intentado mantener esa finísima línea entre el exceso y la delicadeza. El resultado, salvando algún look que parecía inspirado por el diseñador equivocado, ha sido una fusión de peinados con las ya celebradas lazadas negras de Chanel o sus pelucas futuristas, volúmenes ligeramente cardados dignos de Chloé, 'malt shop bob' de los años 50 de Balmain. Tampoco faltaron las tendencias beauty de las últimas temporadas, como el moño nineties o la influencia felina, a base de prótesis.

Si hubo un estilismo que logró eclipsar al de cualquiera de los invitados a la Met Gala, ese fue del de Doja Cat. La cantante, convertida en la indiscutible ganadora de cualquier alfombra roja que pisa -su look 'total red' para el desfile de Schiaparelli es una prueba más-, aparecía en el museo Metropolitano de Nueva York con un vestido de pedrería con capucha y orejas de gato.

La referencia felina al gato de Lagerfeld, Choupette, se plasmaba también en el maquillaje de Doja Cat, cuyo rostro se cubría con una prótesis facial hecha a medida para que encajara en sus facciones. La guinda de la caracterización, en una perfecta conjunción con las tendencias de maquillaje, se materializaba en los ojos de la cantante, perfilados en un delineado gatuno del lagrimal al rabillo, creado con el eyeliner Feline Flick in Panther y el lápiz Hollywood Exagger-Eyes Liner Duo, ambos de Charlotte Tilbury como todo su maquillaje.

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Ondas de gel

Hasta la fecha, la forma de llevar los bautizados como baby hairs, que no son otra cosa que el pelo nuevo que se localiza en las sienes, resultaba demasiado llamativa para el común de los mortales. El truco estaba en fijarlos con gel y darles formas curvas. Ahora, la forma ya no solo de moldearlos, sino de hacerlos más gruesos es inspirarse en Betty Boop -como ya vimos en la alta costura de Dior- y la estética de los años 20 del pasado siglo, para crear flequillos y dibujos ondulantes que se extiendan por el rostro y por el resto del cabello.

En la Met Gala, Ashley Graham accesorizó su recogido al convertir varios mechones frontales en una suerte de río que zigzagueaba por todo el cabello. Otra forma de llevarlos es recurrir a las ondas al agua o finger waves, como hacía Whitney Peak, convertida en la última musa de la fragancia Coco Mademoiselle de Chanel.

Puede que inspirada por Penélope Cruz, coanfitriona de Met Gala, Olivia Rodrigo fusionó la estética de las ondas de gel, tipo baby hair y finger waves con el clásico flequillo Audrey que la actriz española acostumbra a lucir.

El moño que llevarás si no llevas ya

Comenzamos bautizándolo como el moño Hollywood para, más adelante, recibir la aclaración de Chris Appleton (peluquero de Kim Kardashian o Jennifer Lopez) de que se trataba de la reinterpretación del esponjoso moño Pam, por Pamela Anderson.

Se trata de un recogido alto, en el que la castaña es visible y debe mantener cierto volumen y efecto 'casual'. Para enmarcar el rostro, a ambos lados se liberan mechones largos ligeramente moldeados con una onda deshecha. Sobre la alfombra roja del Metropolitano vimos a varias celebrities luciendo el mismo recogido. A Kim Kardashian (su mayor defensora) se le sumaron Miranda Kerr e Ivy Getty.

Pe pe peluquitas

Partiendo de que los ojos ahumados en negro iban a ser la tendencia de maquillaje más repetida, el resumen de los mejores looks de la Met Gala nos ha dejado claro que todos los asistentes al evento lo sabían y se centraron más en currarse sus peinados. Los tocados, desde los lazados hasta la escultural obra de Valentino para adornar la cabeza rapada de Florence Pugh (aquí sí hablamos de rapado, no había ni trampa ni cartón).

Las pelucas se convirtieron, por tanto, y para sorpresa de todos, en un acertado recurso. Estilismos atrevidos, cambios radicales y una estética cercana a los editoriales de moda o las colecciones del diseñador cuando pretendía ser transgresor se materializaron en la alfombra roja en las pelucas de Amber Valletta, Marion Cotillard, Cara Delevingne o Jessica Chastain.

En vez de cortar su media melena en un mullet de flequillo half moon, Valletta se plantó una peluca despuntada y de efecto mojado. Cara y Marion sumaron un plus al apostar por pelucas más cortas y decoloradas en azul y rosa, respectivamente; el efecto entre grunge y rockero chic ha hecho que nos replanteemos si los colores pastel volverán a ser tendencia. En vez de probar suerte con las pelucas, Phoebe Bridgers, directamente, le dio un baño de color azul a su melena rubio platino.

Sin embargo, mientras las suyas eran fáciles de identificar como una peluca, la de Jessica Chastain fue quizá la más sorprendente. La actriz se mimetizó con Karl Lagerfeld en una versión femenina del diseñador y cambiando el cabello cano del alemán por una larga melena rubio platino que ocultaba su cabellera pelirroja. Con un maquillaje metalizado gracias a las sombras de la Luxury Palette in The Rock Chick de Charlotte Tilbury, con las que se marcaba aún más su pronunciada cuenca del ojo.

Los mejores maquillajes

Superados los ahumados de ojos en negro, también toca enumerar los maquillajes mejor ejecutados de la gala, donde coincidimos con el criterio del maquillador Gsus, que compartía en TikTok su repaso de la gala.

Destaca, por ejemplo, el potente maquillaje de Jennifer Lopez, creado por Ash K Holm. La maquilladora trabajaba en un ahumado perfecto combinando varias sombras de la paleta Empowered de Huda Beauty. La idea era crear una mirada etérea y sensual en la que no faltaban ni un finísimo delineado ni las pestañas postizas. Por supuesto, el maquillaje profesional de Doja Cat tampoco podía faltar en la clasificación del maquillador de TikTok.

En la misma línea de maquillajes pulcros y potentes encontramos la perfectamente iluminada tez de Penélope Cruz o el delineado de Jenna Ortega. Esta última revisitaba el clásico maquillaje de Pe, con unos ojos enmarcados en lápiz khol, pecas destacadas sobre rubor rosa empolvado y labial nude, todo obra de Mélanie Inglessis.

Mención aparte merece la fusión de ahumado en tonos cafés y maquillaje floating de Anitta. La cantante brasileña lucía un estilismo retro que combinaba lecciones beauty de los años 60 y 90. Al volumen de su recogido se le sumaba el impecable maquillaje de sus ojos en el que la parte interna de la cuenca del ojo comenzaba un trazo de sombra marrón discontinuo que lograba dar profundidad, sin recargar. El delineado grueso, pero felino rasgaba la forma del ojo y todo se aunaba a la perfección con las pestañas postizas.

En-lazadas en negro

A lo largo de la relación entre Karl Lagerfeld y Chanel, los lazos negros fueron uno de los accesorios capilares más efectivos e identificables, de ahí que en la Met Gala no solo las lazadas decoraran los vestidos de los asistentes, sino que también saltaran a sus cabelleras.

Nicole Kidman lleva años siendo una acérrima defensora del lazo negro como detalle de un buen semirrecogido y lo demostró en el museo Metropolitano, pero el ingenio de Elle Fanning o Amber Valletta superó a su estilismo. Ambas reinterpretaron el lazo negro en futuristas coronas de laurel o bucólicos tocados con flores.

Sin embargo, el uso del lazo más extendido fue el de accesorio de coletas o moños, rozando la estética Bardot y childish. Sydney Sweeney, Karlie Kloss o Carolyn Murphy optaron por aderezar sus looks para darles un toque más Lagerfeld con lazos negros, bien creando lazadas, bien a modo de diadema.