Rubio 'crème brûlée', la coloración en tres tonos con la que ser rubia y morena
La dulce inspiración que da nombre a esta coloración describe a la perfección los colores con los que se cincela una melena para conseguir un rubio que sea cálido y frío a la vez
Los degradados, las mechas que emulan la forma en la que el sol aclara el cabello y las diferentes técnicas de coloración hacen que cuando nos sentemos en el sillón de la peluquería podamos pedir exactamente lo que queremos.
Así que, en esa ida y venida de diferentes tonalidades de castaños luminosos y rojizos en la que nos encontramos, cuando parecía que los rubios habían pasado de moda, las imparables mentes de los estilistas internacionales han dado con nuevos rubios. Tonos champán o miel comenzaron a hacer ruido en la primavera y a estos les siguió el rubio lino, una versión del platino de base neutra.
Pero, tras el éxito de esos rubios muy claros y no aptos para todos los públicos -solo porque estaban pensados para cabellos ya de por sí rubios- han llegado nuevos rubios. Los rubios de nueva generación son poliédricas transiciones compuestas por varios colores entretejidos. Como se ha ido convirtiendo en tradición, estas nuevas coloraciones de rubios que tontean con los colores oscuros tienen nombre de postres.
Uno de ellos es el rubio tiramisú, que popularizó Emma Roberts porque, prácticamente, su estilista fue la que le puso el nombre. El otro es del que hablamos hoy, el crème brûlée. Si el tiramisú aunaba el color oscuro del café en la raíz y el tono vainilla en las mechas iluminadoras, el crème brûlée replica los tres colores que representan al postre: el color oscuro de la parte quemada, el tono miel o caramelo de las zonas doradas y, de nuevo, el color vainilla.
Para describir la coloración y la forma de distribuir el color a lo largo de la melena, la edición italiana de 'Vogue' asemejaba la melena de Beyoncé, cuya estilista detalló cómo conseguirla y que bautizó como 'sun-washed', con la melena de Simonetta Vespucci en los cuadros de Botticelli. Según ellos, la de Beyoncé también es una melena 'crème brûlée'.
La pretensión del rubio 'crème brûlée' es crear una coloración con profundidad en la que se avive el color natural. La raíz es oscura, un castaño que sería la parte que se quema con soplete en la crème brûlée, en la que el azúcar se carameliza hasta rozar el negro. El resto de la melena se mantiene en un rubio cálido, pudiendo ser un castaño, un avellana o un miel.
El punto fuerte y verdaderamente diferenciador de la coloración lo pone el color vainilla característico del postre. Las mechas rubio platino, frías, se concentran en los mechones próximos al rostro y de medios a puntas. Se trata de mechas muy finas y realizadas a mano alzada. La idea es que cincelen la melena, remarcando la estructura del corte de pelo en cada capa y llenen del luz el rostro. A diferencia de otras mechas frontales como el face framing, aquí el minimalismo es clave.
Este tipo de mechas que realzan los mechones seleccionados por el estilista también lo veíamos en la coloración 'sun-washed' de Beyoncé, pero en ella se realizaban con un trazo más grueso. En el rubio 'crème brûlée', se imita el efecto del sol, la forma en la que aclara los cabellos infantiles -como hacían las mechas babylights-, pero sumándole la profundidad del color oscuro en la raíz.
Los degradados, las mechas que emulan la forma en la que el sol aclara el cabello y las diferentes técnicas de coloración hacen que cuando nos sentemos en el sillón de la peluquería podamos pedir exactamente lo que queremos.
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