Protocolo de limpieza facial para cuando aplicas un extra de SPF

Los tórridos y peculiares meses de verano suponen irremediables modificaciones en tu rutina de belleza con el objetivo de ofrecer a la piel un cuidado adaptado, donde la máxima es su bienestar. Así, los chapuzones en la piscina y el mar se suceden en largas jornadas al aire libre donde la exposición al cloro, la sal, el viento y la arena conviven con un extra de dosis de sol en cada centímetro de la dermis.

La teoría la sabemos: debemos aplicar un fotoprotector que actúa frente a las radiaciones del astro rey cada día del año. Sin embargo, a pesar de que según los datos de VII Observatorio Heliocare de la firma Cantabria Labs, en el último lustro ha aumentado casi un 48% la población que se aplica SPF de, al menos, un factor 50 durante los doce meses, no podemos obviar que este uso se intensifica con la llegada de los días de sol más largos. Somos más constantes tanto en la imperante necesidad de uso como en la reaplicación de la fórmula, pero ¿qué sucede con la posterior limpieza de la tez?

No hay duda de que no podemos renunciar a esta categoría de producto pero Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8, explica que este uso “puede sobrecargar el rostro e incluso propiciar procesos de acné al provocar una obstrucción de los poros”. Las razones las encuentra en la propia composición y características de estas referencias, ya que normalmente son espesas y suelen contener muchos componentes de base lipídica, “ingredientes que tienen mayor resistencia a la sencilla limpieza diaria que podemos hacer en casa”.

Marta Sanz Viveros, directora de la Clínica Éclat, afirma que tampoco podemos perder de vista otros factores que influyen, como el exceso de sudoración de estas semanas, así como la posibilidad de moverte en ambientes más húmedos o pegajosos. Por último, no hay duda que las vacaciones no siempre suponen un aumento de los cuidados cutáneos. Es más, los expertos coinciden en que la tónica general es que nos relajamos en lo que a nuestras rutinas se refiere… No seas tacaña en el tiempo que le dedicas a tu piel o en septiembre sufrirás las consecuencias.

Con este punto de partida, hoy preguntamos a expertas en la materia el mejor método para actuar frente a un exceso de SPF en el cutis…

La doble limpieza no es una opción

Si todavía no has sucumbido a los encantos (y beneficios) de los protocolos limpieza de dos pasos, este es un buen momento para iniciarte. Desde la Clínica Éclat sostienen que este proceso es un gran aliado para las noches de las semanas en las que el extra de protector solar domina tus días. Nos recuerdan que lo esencial es aplicar primero un limpiador con base grasa (Marta Sanz apuesta por una leche) que tiene una mayor afinidad con las propiedades del SPF y, por lo tanto, lo retira con mayor eficacia.

Después, debes aplicar otra opción con base acuosa, como puede ser un jabón suave, antes de rematar el proceso con un tónico sin alcohol para equilibrar el ph. “De esta forma, eliminaremos el maquillaje, la protección solar, la polución y el sudor, obteniendo una piel más limpia, sin alterar el manto hidrolipídico”, sostiene.

Respecto al protocolo matutino, su consejo es aliarte con una mascarilla limpiadora de arcilla blanca que sea eficaz eliminando las toxinas que la tez sigue liberando mientras duermes.

A la hora de seleccionar las referencias, Myriam Yébenes, directora del Instituto de Belleza y Medicina Estética Maribel Yébenes, recomienda optar por limpiadores libres de sulfatos (que no fulminen en exceso los aceites naturales que se encuentran en el cutis), que contengan ingredientes suaves como extractos de plantas o aceites que faciliten la eliminación de la suciedad sin causar irritación.

Como un gesto de apoyo, los productos exfoliantes son de gran ayuda por lo que, cada par de días, “se recomienda realizar una exfoliación igualmente suave, para retirar las células muertas de la piel. En este caso puedes optar por exfoliantes químicos a base de ácidos suaves (cómo el ácido glicólico o el ácido láctico)”, afirma Yébenes.

Los otros cuidados específicos

Mantener pequeños gestos en el día a día estival puede ayudar a afrontar ese extra de fotoprotector con una mejor piel. Marta Sanz recomienda desde seleccionar fotoprotectores no grasos, que aporten también un extra de confort y de hidratación; hasta no renunciar a mantener una adecuada hidratación gracias al uso de “referencias con texturas más ligeras, e incluso sérums, que penetren a más profundidad que una crema y no dejen residuos en la superficie con el fin de evitar la aparición de granitos”.

Durante los días de sol, el protocolo que plantea la experta es aplicar el SPF unos 20 minutos antes de la exposición y, después de cada chapuzón o pasadas un par de horas, aclarar el cutis con un spray de agua termal antes de secarlo al detalle con un pañuelo y volver a extender fotoprotector.

Una vez finalizada la jornada y después de haber realizado la doble limpieza facial, debes centrarte en restaurar la piel que se ha visto afectada por la influencia del sol, el viento, el olor, el salitre... Factores que, además de acabar con la humedad, sensibilizan la tez. Algunos de los ingredientes amigos que pueden incluir tus cosméticos, son:

• Extracto de miel de manuka: Hidrata y alisa la piel.
• Ácido hialurónico o extracto de camomila: Calman e hidratan en profundidad.
• Extracto de árnica: Reduce la inflamación y la irritación

Una cita post verano

Una vez que vuelvas a tu ritmo diario es un buen momento para que te realices una limpieza de cutis en manos de un profesional, puesto que “la acumulación de protector solar, el sudor y otras impurezas puede obstruir la piel y dejarla opaca. Este proceso te ayudará a eliminar esa suciedad, limpiar profundamente los poros y restaurar el equilibrio de la tez”, apunta Myriam Yébenes.