Por qué se nos está encrespando el pelo en otoño (y no, no es solo por la humedad)
No eres tú, es tu lugar de residencia habitual. La explicación de por qué el cabello se nos está encrespando de manera más descontrolada que nunca ya no es la humedad, o al menos no es la única culpable
Cuando el largo de tu cabello sobrepasa la altura de las orejas, conceptos como encrespamiento, humedad medioambiental, electricidad estática o frizz no son meras palabras que flotan en el aire, son peligrosos términos que representan tus temores capilares.
A menudo tendemos a relacionarlos entre ellos, culpando única y exclusivamente a la humedad del ambiente de la aparición del encrespamiento del cabello, que busca el agua que le falta, electrizándose. Hola frizz. Sin embargo, esta no es la única causa del maldito encrespamiento, que se carga de un plumazo cualquier peinado pulido que hayamos creado, y ese ha sido un descubrimiento muy reciente.
A lo mejor te suena la historia. Son los primeros días de septiembre, vuelves de tus vacaciones o se termina tu jornada intensiva y, de repente, tu pelo parece haber cambiado, está completamente descontrolado. Está encrespado sin que apenas haya llovido o haya humedad alrededor; plancha y tenacilla no consiguen dibujar un peinado que resista más de un par de horas. Cualquier bucle se cae, cualquier onda se desdibuja, el alisado no existe. ¿Te ha pasado?
Si sientes que tu cabello se bufa y es ingobernable, no es cosa de la humedad. Tu pelo está en medio de una tormenta perfecta en la que la climatología se une al ciclo vital del cabello, sin perder de vista factores externos, de la contaminación al aire acondicionado, sin olvidar que es ahora cuando empezamos a pagar los excesos del verano, tal como nos explica Teresa Climent, doctora en Farmacia y Technical Manager de Nuggela & Sulé.
Sé lo que hiciste el último verano
El primer paso es reconocer que algo de culpa la tenemos nosotros mismos. Haz un ejercicio muy sencillo: intenta recordar si en verano tu cabello ha estado expuesto al sol, al agua salada o al cloro.
- ¿Positivo al sol? “La exposición prolongada al sol daña la cutícula del cabello, haciendo que se abran pequeños agujeros o poros en la fibra capilar por donde se escaparán la hidratación y los lípidos, dando lugar a un cabello ‘hinchado’, seco y sin brillo”, explica la farmacéutica.
- ¿Positivo en mar? “La exposición al agua salada y el cloro también daña la cutícula del cabello. El cloro es ácido y el agua del mar es alcalina, por lo que resecan, abren la cutícula dejándola expuesta y sin protección porque destruyen la capa proteica protectora del cabello. Y esto empeora el encrespamiento”.
- Pero ahí no queda la cosa, pues otro daño que el verano puede haberle hecho al cabello está también relacionado con la variación de la humedad en el aire. “En verano viajamos a sitios donde la humedad del aire suele aumentar. Si el aire está más húmedo de lo que estamos acostumbrados, tu cabello intenta absorber más humedad y encresparse”, apunta Teresa Climent.
Todos estos factores afectan al frizz, ya que hacen que el cabello pierda su hidratación natural y su brillo. Al encresparse, el pelo se vuelve más rígido, pierde elasticidad y aumenta la probabilidad de que haya rotura. Todo esto contribuye a que el cabello sea más difícil de moldear.
Dime cuál es tu medio de transporte y hablaremos de tu frizz
Pero el daño estacional del verano no termina de explicar la efervescencia capilar en la que nos encontramos. Cuando las vacaciones terminan, toca volver a la rutina, la realidad y al trabajo, lo que, en muchas ocasiones, supone un regreso a las grandes ciudades. Entran entonces en la ecuación no solo el estrés asociado a la actividad laboral o la contaminación, sino también la exposición involuntaria a cambios de temperatura drásticos. Quien ha puesto un pie en el intercambiador de Moncloa sabe de lo que hablamos.
“Las temperaturas en el transporte público pueden influir en el estado de nuestro cabello, ya que suelen ser temperaturas extremas. El exceso de calor y la falta de ventilación pueden hacer que tu cabello se sienta más pesado y graso y cambie su apariencia”, puntualiza la experta de Nuggela & Sulé. Llegar hasta el transporte público con un pelazo y bajarse del vagón o del autobús con el pelo chafado no es culpa tuya
Otro factor crucial es la polución de las grandes ciudades, en las que el aire contiene partículas y sustancias que afectan a la calidad del cabello: “Estos contaminantes se acumulan en el cabello, volviéndolo opaco y sin vida. Además, algunas sustancias presentes en el aire pueden dañar también la cutícula del cabello, lo que contribuye al encrespamiento”. Seguro que te has dado cuenta de que, al lavar tu pelo, no queda igual cuando estás de vacaciones, lejos de la ciudad. La calidad del agua es otro factor determinante.
La guinda del otoño en general y de septiembre en particular como momento ultraencrespador es el regreso, en sí, a la vida laboral. “El estrés por la vuelta al trabajo o el estrés crónico ocasionan cambios en el equilibrio hormonal que afectan al ciclo de crecimiento y su apariencia en general”, precisa la doctora en Farmacia, Teresa Climent.
Por si todo este mejunje de daño en el verano, estrés, contaminación y transporte público no fuera suficiente para hacer que nuestro cabello se rebelara con virulencia, la experta recuerda otro importante capítulo capilar: las condiciones asociadas al otoño.
¿Quién no ha oído hablar de la caída estacional? Pues, por si faltara algún invitado a la fiesta del encrespamiento, en otoño el pelo se cae y no es algo que esté en tu mano. Hay que recordar, por tanto, el ciclo de vida del cabello: “El cabello pasa por 3 fases durante su vida: fase anágena (fase de crecimiento), fase catágena (fase de transición) y fase telógena (fase de caída). Es durante el otoño cuando más cantidad de cabellos entran en fase de caída. Es por ello que notamos el cabello más débil y menos fuerte durante esta época”, recuerda la experta.
El cambio de estación también supone un cambio en las condiciones climáticas y ambientales que repercute en el cabello. Humedad, frío, lluvia… Nada que ver con las condiciones ambientales extremas del verano (sol, la sal del mar y el cloro) que habrán dañado el cabello, especialmente si no ha sido cuidado de la forma adecuada. “Además, a medida que las temperaturas comienzan a descender en otoño, la humedad del aire puede cambiar e influye en la textura del cabello”, recuerda la farmacéutica.
La vida con frizz
Una vez que tenemos el análisis completo del otoño capilar y parece que el encrespamiento se va a quedar perenne, toca respirar y ponerle remedio. ¿Recuerdas aquella lección dogmática de que, tras el verano, hay que cortar el pelo? Pues es cierta. “Así eliminamos las partes más dañadas del cabello para comenzar su adecuada regeneración”, explica Climent.
Si el cabello seco y dañado es el que tiene mayor tendencia al frizz, la hidratación es la respuesta más evidente e inequívoca. Acondicionadores y mascarillas intensivos y nutritivos son una excelente opción. Otra recomendación de la experta son los aceites capilares para protegerlo y mantenerlo suave y manejable.
Introduce en tu rutina tratamientos de reparación a base de proteínas. Un momento clave es, por ejemplo, el del lavado. Parece que siempre concentramos esfuerzos en las acondicionadores o mascarillas, pero ¿qué ocurre con el champú? Busca uno que reconstruya la fibra capilar como el Champú Premium Polinesia a base de keratina de Nuggela & Sulé, colágeno y ácido hialurónico para compactar y sellar la fibra capilar. Dato importante, sin espuma. Por supuesto, no falta tampoco el extracto de cebolla.
Las mascarillas nutritivas hidratan en profundidad la cutícula, favoreciendo que absorba el agua como la Honey Infused Hair Mask de Gisou. Sus resultados son especialmente visibles en los cabellos rizados. Su funcionamiento es sencillo: sus nutrientes, aminoácidos y antioxidantes penetran en la fibra capilar y la rehidratan.
Continuando con la cosmética, otro aliado para cuando el encrespamiento ya ha hecho aparición justo antes de salir de casa son los productos antifrizz. Su finalidad es que sellen la cutícula y tapen los poros para asegurar su hidratación. Un ejemplo de este tipo de tratamientos es el Serum Antifrizz de Farma Dorsch, una crema formulada con un 2% de ácido hialurónico que se puede aplicar tanto sobre el cabello húmedo como sobre el seco, sin ensuciarlo. Su efecto es el de un escudo protector frente a la humedad y la electricidad estática, que deja el cabello brillante sin apelmazar.
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Cuando el largo de tu cabello sobrepasa la altura de las orejas, conceptos como encrespamiento, humedad medioambiental, electricidad estática o frizz no son meras palabras que flotan en el aire, son peligrosos términos que representan tus temores capilares.