Los labios y la nueva cara de Jennifer Lawrence son el retoque discreto de moda: la armonización facial

Eso de que los primeros registros de tu rostro sean con apenas 18 años significa que todo el mundo ha visto tu evolución no solo profesional, sino también física. La actriz, que ahora tiene 33 años, ha visto cómo el denominado ‘baby fat’, ese efecto de rasgos redondeados, abandonaba su cara.

Pero, tras su última aparición, al asistir al desfile primavera-verano 2024 de Christian Dior, los volúmenes de su rostro, especialmente de sus labios, despertaban ciertos comentarios. Algún que otro “pero Jennifer, ¿qué te has hecho en la cara?”, se escuchó en la redacción. Así que, tras un debate interno sobre si los prominentes labios de Lawrence se debían al tremendo overlip con el que se habían maquillado o si había sucumbido a los retoques a la orden del día, además de hacer autocrítica de por qué seguimos escudriñando la imagen de las mujeres, decidimos contar con la opinión de un experto. Despejamos dudas con el doctor Leo Cerrud, nuestro médico estético de confianza.

La primera aclaración que nos pone a todos de acuerdo, a médico y redacción, es que la utilización del maquillaje, jugando con texturas matificantes que le dan a la tez una sensación de piel de porcelana, y los labios perfilados por fuera de sus límites, con un lápiz marrón, para conseguir el ansiado overlip, en esta ocasión le han jugado una mala pasada a Jennifer Lawrence, al sumarle artificialidad a su rostro.

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Pero este tipo de maquillajes no suponen un hecho aislado en el nuevo look de la actriz, pues durante la promoción de su última película, el maquillaje era el mismo. La diferencia está en que el resultado no creaba una imagen tan poco natural.

Así que, salvado el tema del maquillaje, vayamos al criterio médico. A primera vista, el doctor Leo Cerrud nos llama la atención no solo sobre los labios, sino sobre todo el tercio superior del rostro, incidiendo en el mentón y el ángulo mandibular. “En este caso, todo parece indicar que solo se han intervenido el tercio inferior y la boca, puesto que la actriz luce un ángulo mandibular mucho más marcado y un mentón bastante más proyectado que lo habitual, evidenciándose las infiltraciones con algún filler tipo ácido hialurónico o hidroxiapatita cálcica”, detalla el médico estético. Para realizar un análisis más preciso, le mostramos fotografías del rostro de Lawrence hace unos años.

Pero ¿y qué hay de los labios?, ¿es maquillaje o hay relleno? “Se observa un ligero aumento en el volumen de los labios más allá del maquillaje”, asegura. Pero la lectura del experto incide en la excelente técnica, la cantidad medida de producto y la progresión de los retoques, responsables de un resultado armonioso y natural.

Cuando vemos cambios radicales y volúmenes que nos hacen parpadear varias veces para ver si estamos ante algo real o una visión, se debe no solo al abuso de rellenos o demás inyectables, sino también a cuándo se comenzaron a utilizar y la periodicidad de estos. “El resto, impecable, los neuromoduladores habituales y el mantenimiento de pómulos contra los efectos de la gravedad. En cualquier caso, el resultado es espléndido”, anota el doctor.

Esta combinación de técnicas y materiales, aplicados en cada zona del rostro y adaptados a las necesidades de cada persona, responde al concepto de la ‘beautificación facial’: “Multitratamientos faciales poco invasivos para potenciar los rasgos de una manera armónica y equilibrada”. Con especial éxito en Hollywood por su naturalidad, “también se le llama armonización facial por razones obvias”. El filtro de belleza hecho retoque estético.

Los tratamientos de armonía facial combinan inyectables con el uso de láseres, sin perder de vista procedimientos tópicos, de tal forma que la piel se trata a diferentes capas, con el objetivo de mantener los volúmenes y lograr un constante rejuvenecimiento 360. Así que Jenn se suma a la lista de celebrities como Julia Roberts o Reese Witherspoon que abogan por una armonización facial, aunque puede que sus labios aún nos sorprendan.