Filagrina: esa proteína de la piel que tienes que cuidar para que esté hidratada

Es probable que creas ser una entendida en cosmética y, en cambio, este término no te suene de nada. ¿Filagrina? Pues sí, estamos hablando de una proteína estructural importantísima a la hora de mantener la cohesión de los queratinocitos en la capa córnea de la piel, tal y como explica el doctor Antonio Clemente, dermatólogo del GEDET y de la Clínica Clemente. Y, sin embargo, otras proteínas como son el colágeno o la elastina, encargadas de estimular la síntesis de colágeno, son de sobra conocidas.

La verdad es que todas tienen su importancia, porque la filagrina está directamente relacionada con la hidratación y un buen nivel de defensa de la barrera cutánea. “Forma parte del cemento que une los queratinocitos, y su déficit se relaciona con una alteración de la función barrera. Es por ello que la piel se vuelve más seca y sensible, con tendencia a la deshidratación, y más susceptible a la entrada de alérgenos y de infecciones. Además, se ha comprobado que mutaciones en el gen que la codifica, el gen FLG, están implicadas en enfermedades como la dermatitis tópica o la ictiosis (una enfermedad descamativa de la piel), y pueden agravar otras”, continúa el Dr. Clemente.

Para entender mejor por qué es tan importante, la facialista Esther Moreno, de EM Studio, recalca que “esta proteína juega un papel crucial en el proceso de queratinización, en el cual las células de la epidermis se llenan de queratina y se transforman en corneocitos. Durante este proceso, la filagrina se une a los filamentos de queratina; cuando se descompone, da lugar a los aminoácidos que formarán parte del factor natural de hidratación de nuestra piel, contribuyendo a la formación de una barrera cutánea resistente y funcional”. Tenemos que añadir el hecho de que, a medida que envejecemos, su producción disminuye, y eso contribuye a una pérdida de hidratación y de elasticidad.

Por activa y por pasiva

Así que si notas la piel áspera, seca o irritada, probablemente tu filagrina no está todo lo boyante que debiera. ¿Podemos hacer algo? “Aunque los niveles están en gran parte codificados genéticamente y poco podemos hacer con eso, en los últimos años han aparecido ciertos cosméticos que estimulan hasta cierto punto su producción y, por tanto, son útiles contribuyendo a la hidratación de la piel, por lo que suelen estar indicados en pieles atópicas”, aclara el dermatólogo. Desde la Academia Española de Dermatología se apunta a la manera de conseguir esa hidratación, bien sea de manera activa o pasiva.

La pasiva, dice el colectivo de dermatólogos, consiste en impedir la pérdida de agua de la capa córnea gracias a la aplicación de sustancias oclusivas como la parafina, las ceras, los aceites o la lanolina. La activa busca aportar agua desde fuera, y para eso están ingredientes como el ácido hialurónico, la urea o la glicerina. Hay laboratorios que aseguran estimular esta sustancia, pero los expertos no vinculados a marcas se muestran cautelosos: no parece haber suficientes estudios que lo avalen.

El momento ducha

Lo que sí podemos es mejorar esa hidratación que nos falta cuando esta proteína escasea, y la cosmética necesaria debería contener algunos de los ingredientes mencionados. Esther Moreno añade la niacinamida o vitamina B3 y algunos péptidos, además de vitaminas C y E porque, al protegernos del estrés oxidativo, contribuyen a mantener una barrera cutánea saludable.

Lo ideal, según el doctor Onofre Sanmartín, profesor de Dermatología en la Universidad Católica de Valencia, es “emplear productos que incluyan sustancias de hidratación activa y de hidratación pasiva. El momento perfecto para la aplicación de estos cosméticos es después de la ducha o baño, para aprovechar el aporte exterior de agua que obtenemos”.

Si hablamos de tratamientos de dermatología estética en cabina, Antonio Clemente tiene su postura: “Más que para mantener la filagrina en óptimas condiciones, existen tratamientos con los cuales podemos potenciar la hidratación de la piel, restaurando la función barrera y disminuyendo la pérdida de agua que acompaña a su déficit. Por ejemplo, el ácido hialurónico tanto reticulado como no reticulado, que tiene la capacidad de captar agua y, por tanto, potencia la hidratación en profundidad de la piel”.

Tres claves profilagrina

No solo de hidratar el cutis vive la filagrina. Para Esther Moreno hay tres claves:

• Hidratar adecuadamente, tal y como hemos dicho.
• Limpiar, pero sin pasarse. Si llevamos a cabo un exceso de higiene y usamos limpiadores no adecuados para nuestro tipo de piel, podemos irritarla y de paso eliminar los lípidos naturales, y esto afectaría negativamente a los niveles de filagrina. La facialista recomienda limpiar el rostro solo por la mañana y por la noche, en este último momento con doble limpieza, y evitar productos abrasivos o astringentes.
• Protección solar. Ya sabemos que la radiación ultravioleta es nociva y, además, deshidrata y compromete la barrera cutánea. De ahí que un fotoprotector de amplio espectro también sea un plus para mantener una filagrina óptima.

Te recomendamos:

Endocare Hyaluboost Age Barrier, de Cantabria Labs. Un sérum antiedad que activa la función barrera y mejora la hidratación y resistencia de la piel gracias al ácido hialurónico, su tecnología Edafence.

Eternalist A.G.E. Mask, de Sensilis. Esta mascarilla antiedad contiene aceite de bambú (hidratación pasiva) y péptidos biomiméticos, además de sustancias calmantes como el extracto de centella asiática.

Contorno de ojos Ceramide Retinol, de Elizabeth Arden. Contiene, además del activo antiedad por excelencia, ceramidas restauradoras que refuerzan la barrera de hidratación para una mirada rejuvenecida.

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