Ciervo, lobo y gato: los tres maquillajes que te salvarán la Navidad son de inspiración animal y vienen de Inglaterra

Audrey Hepburn puso sobre el mapa beauty el concepto ‘ojos de cervatillo’, un tipo de maquillaje con el que jugaba con la forma almendrada de sus ojos. Repetidos hasta la saciedad, igual que los 'cat eye' -el delineado gatuno por excelencia-, la forma de crearlos ha sido reinterpretada una y otra vez.

Así era como, hace unos años, asistíamos al auge y omnipresencia de los 'foxy eyes', un ahumado con delineado potente que iba del lagrimal al extremo del ojo. Su finalidad, o más bien, su inspiración, eran los ojos de un zorro. Se buscaba recrear la parte interna del ojo, próxima al lagrimal, perfilada como un diminuto triángulo.

En esa línea animal, por supuesto, el clásico delineado gatuno siempre ha estado presente en el mundo del maquillaje; sin embargo, ha sido la maquilladora británica Jo Baker, ya con estatus de estrella, la que a través de sus últimos trabajos ha ampliado la fauna beauty.

El resultado pasa de nuevas formas de crear un delineado felino tradicional a introducir nuevos animales como el lobo -otro día hablaremos de arañas o peces de colores-. La idea es crear un muro aspiracional del que tomar trazos y colores, además de, por supuesto, imitar la forma del ojo de algunos animales específicos.

Cervatillo

Así llamaba la propia Audrey Hepburn al maquillaje con el que Alberto Rossi perfilaba sus enormes ojos. Su forma almendrada ascendía a través de un rabillo que se perdía entre las pestañas, a veces naturales con máscara, a veces postizas.

La versión de la británica Jo Baker dista de aquellos ojos perfilados. Conocimos a la maquilladora cuando Lucy Boynton se convirtió en la actriz más buscada en las alfombras rojas y ella siempre firmaba sus estilismos beauty. Las creaciones de Baker se caracterizan por crear 'mood boards' de inspiración que luego traslada a sus maquillajes. Desde un mueble antiguo hasta algodón de azúcar son fuente de inspiración.

En el terreno animal, sus 'ojos de ciervo' toman del pelaje de este el tono exacto con el que crear un sombreado muy sencillo y difuminado. Tras el arco de la ceja y respetando su forma, la maquilladora deposita la sombra hasta unirla con el perfilado -siempre con sombra- del parpado inferior.

La línea de agua se respeta muy luminosa, pintada en un nude prácticamente blanco, similar a la parte más clara del pelaje del ciervo y que corresponde con el área alrededor de sus ojos y su cuello. La guinda de este sencillo y favorecedor maquillaje son las pestañas.

Maquilladas y peinadas de raíz a puntas, se busca que las pestañas queden negras, alargadas y con mucha presencia, pero siempre separadas para lograr ese efecto de ojo natural, casi infantil.

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Margarita Velasco

Lobo

Conocíamos los ‘puppy eyes’ u 'ojos de cachorrito', ya que se pusieron de moda en Corea del Sur hace unos años, pero nada tienen que ver con la mirada de lobo en la que Jo Baker se inspiraba para preparar su maquillaje para Olivia Wilde.

Si los puppy recreaban el efecto de ojo caído y tierno de algunos perros, para lograr un efecto de ojo más grande, el maquillaje de ojos de lobo quiere todo lo contrario: levantarlos. Para ello, el truco está en hacer un delineado partido que se centrará, por un lado, en el lagrimal y, por el otro, en el rabillo final y siempre ascendente.

“Ojos de lobo metálicos”, describía Jo Baker sobre su maquillaje para Wilde. La estilista se inspiraba en la forma del ojo de un lobo, perfilado con una intensidad negro azabache para crear lo que, según ella, era una “poderosa intensidad depredadora”.

Para lograrlo, combinaba tonos marrones y grisáceos en las sombras para dar con el tono del pelaje de los lobos. Mientras los grises metalizados se difuminaban por el párpado móvil, los marrones más oscuros servían de acento con el que elevar y rasgar el ojo, mientras que el marrón claro y satinado se paseaba por la línea de pestañas del párpado inferior, iluminando con potencia los ojos.

Pero el punto fuerte estaba en la forma de delinear el ojo. Con un lápiz negro muy intenso se perfilaba la línea de agua de la zona del lagrimal y del otro extremo, dejando la parte central de la línea de agua libre. Trucazo para abrir más el ojo. A continuación, con un eyeliner se perfilaba el párpado superior, a ras de pestañas, de lagrimal a rabillo, este final siempre con trazo ascendente. El resultado era una mirada repleta de matices y un ojo redefinido. ¿Un maquillaje más elaborado? Sí, pero de alto impacto.

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M. V.

Gato

Aunque la maquilladora británica ha encontrado un filón beauty en el reino animal, su versión del 'cat eye' no podía faltar en este repaso de tendencias. Una de sus clientas más fieles es Vanessa Kirby, al igual que ella y el resto de las mencionadas antes, también de nacionalidad inglesa. Durante su campaña promocional de la última película de ‘Mision Imposible', la maquilladora creó el 'viscous kitty line', o lo que es lo mismo, una viscosa línea de gatito, que en realidad es un perfilado superascendente.

Por supuesto, gracias a que Baker acompañó su maquillaje con fotografías de los gatos en los que se había inspirado, sabemos que los colores con los que maquilló el párpado móvil, el lagrimal y la línea inferior de las pestañas eran una combinación de tonos grisáceos y perlados.

Para emular la línea luminosa bajo las pestañas inferiores, un tono vainilla brillante hacía destacar el delineado fino en la línea de las pestañas y la máscara sobre estas. Pero la magia estaba en el párpado móvil, maquillado en un tono nacarado, muy claro y similar a su tono de piel y acentuado para dar profundidad y rasgar la mirada, con una sombra grisácea.

El delineado ascendente, grueso y muy afilado completaba la forma de ojo de gato. Pero, cuidado, un sutilísimo lápiz marrón también perfilaba toda la línea de las pestañas, incluido el lagrimal y la línea de agua del párpado inferior. El ojo quedaba así ultradefinido, pero muy natural.