Maquíllate en dos minutos con la técnica viral de los tres dedos

En la misión de dominar el arte del contouring, muchos alumnos aventajados se han quedado por el camino… Hace unos años que esta técnica, centrada en resaltar los rasgos favoritos, disimulando los menos apreciados, alcanzó su máximo esplendor.

Esculpir el rostro a través del claroscuro no era algo nuevo, pero nos arrolló a muchos fans de la belleza dejando para el recuerdo perfiles mal difuminados, contrastes imposibles y altas dosis de frustración.

Pero eso no es más que un mal recuerdo del pasado. De todo se aprende y la sabiduría popular ha provocado que las técnicas se hayan relajado con el fin de simular, a grandes (grandísimos) rasgos, un efecto parecido y apto para cualquier cutis.

Si ejecutar bien un contouring es todo un arte, en TikTok se populariza un método accesible para todos los públicos (incluidos los menos mañosos), denominado como la técnica de los tres dedos (mejor búscalo como '3 finger contour hack'). Si bien es cierto que trasladan y adaptan el concepto también a la mirada, hoy nos centramos en el modus operandi para un maquillaje facial top.

¿En qué consiste '3 finger contour hack'?

La verdad es que, hace más de una década, la firma cosmética Benefit lanzó un producto que podríamos decir que es el origen de este truco. Se llamaba Fine One One y se presentaba como una referencia multifunción, con una barra formada por tres pigmentos (iluminador, colorete rojizo y un blush melocotón) que te permitía crear un look natural, embellecer los labios, enfatizar las mejillas o esculpir las facciones.

Aunque ya no está disponible, al descubrir la técnica '3 finger contour hack', irremediablemente, nos hemos acordado de él. Y es que la propuesta viral consiste en algo parecido: basta con aplicar una raya de iluminador a lo largo del dedo índice, otra raya de colorete a lo largo del dedo corazón y una tercera de bronceador (aquí la gran diferencia) a lo largo del anular para aplicarlos en ambos pómulos y después difuminarlos a conciencia con el fin de lograr un efecto ideal.

Entre sus puntos fuertes, David Deibis, maquillador oficial de Perricone MD, destaca que “resulta una técnica visualmente muy atractiva en todas sus fases, desde la aplicación al resultado; ahorra tiempo porque nos permite quitarnos tres pasos de un plumazo, y el hecho de aplicarlos a la vez, para quien es menos ducho, puede facilitar el que quede un acabado uniforme”.

Por otro lado, la makeup artist Ester Carpes confiesa que le encantan “las técnicas virales porque, en general, ayudan mucho a perderle miedo al maquillaje”. En conclusión: resulta perfecta para lucir un look sin complicaciones en el día a día.

La clave del éxito rotundo está en el ángulo

Los expertos coinciden en que no te dejes obnubilar por su aparentemente sencilla aplicación porque “dependiendo de la forma del rostro, el ángulo de los pigmentos deberá ser más pronunciado o más natural. Cuando más pronunciado sea, más vertical quedará el efecto y debes comprobar si a tu rostro le beneficia o no eso”, sostiene Deibis.

Ante la duda de dónde debemos ubicar nuestras líneas de 'pintura de guerra chic' (el gesto puede quedar de lo más cinematográfico), Ester Carpes recomienda “trazar un punto imaginario entre la nariz y el labio, y desde ese punto perfilar una línea hasta el alto de la oreja. Esa línea determina por donde debe ir el rubor, así que una vez que la tenemos ubicada, el iluminador y el bronzer irían paralelos a cada lado”.

Las texturas indicadas

Los expertos coinciden en que, en el caso de decantarte por esta técnica, es mejor que elijas cosméticos con textura líquida o cremosa para que puedan integrarse bien los pigmentos sobre la piel.

David Deibis apunta que suelen ser más concentrados y te permiten asegurar que transfieres la cantidad adecuada de color al rostro. Otro factor importante es trabajar sobre una piel hidratada y aplicar la cantidad exacta de producto que puedas diferir a la tez, pero sin caer en excesos.

Algunos de sus consejos sobre cada referencia:

1. Iluminador. Las opciones son infinitas, pero el tip fundamental es “evitar el glitter porque es fácil que se contamine con los otros productos y el acabado no sea fino”. Deibis dixit.
2. Colorete. Elige uno con alta concentración de pigmento, de larga duración y, con el objetivo de alcanzar un efecto supernatural, opta por “uno en acabado rosa o coral, que vaya a la tendencia de mejilla sonrosada que es más realista”, apunta.
3. Bronceador. El tip del experto es que sea líquido y “aplicar un poco menos de cantidad que iluminador o colorete, ya que esa diferencia hará que quede más natural”. Respecto al tono, Ester Carpes confirma que es importante seleccionar uno que no resulte demasiado dorado, puesto que su función en este caso es crear contorno. “Personalmente, optaría por un tono neutro-frío, incluso que fuese más grisáceo para conseguir el contouring de sombras y que se integre mejor con la tonalidad de la piel”, sostiene.

¡A difuminar!

Es un paso fundamental para el éxito del proceso. Los profesionales recomiendan ejecutarlo con suavidad, con una brocha de lengua de gato o de mofeta, que tenga las fibras algo sueltas que permitan repartir bien cada producto y ayuden a disimular si no lo hacemos perfectamente. Lo mejor es hacerlo con movimientos ligeros de punteo o a toques.

¿Prefieres trabajarlo directamente con los dedos? David Deibis es un gran defensor de este gesto y, en este supuesto, recomienda distribuir a toques y perfeccionar arrastrando las propias yemas.