El sérum por el que Natalia Vodianova viaja a Japón periódicamente

A punto de cumplir 42 años, con una impresionante carrera a sus espaldas (comenzó a ejercer de modelo a los 15) y cinco hijos, Natalia Vodianova mantiene una piel luminosa, tersa y libre de manchas, absolutamente envidiable.

Así que cuando la top model rusa comparte un truco de belleza, ponemos las alertas para ficharlo. Era así como descubríamos que cuando tiene tiempo aplica un suero específico para sus ojos, a través de un sistema de vacío, o que su sérum de confianza es un exclusivo mejunje solo a la venta en Japón.

“En unas semanas voy a Japón, así que podré comprar más”, bromeaba en su vídeo ‘Get ready with me’ de la edición francesa de 'Vogue'.

Tan importante como el sérum utilizado era la forma en la que Vodianova aplicaba el producto, concienzudamente, por su rostro, incidiendo en las zonas más conflictivas con un meticuloso masaje.

La sensación descrita por la modelo es la de que su piel está mucho más hidratada y suave. “Tiene todo el colágeno y las vitaminas que necesitamos”, apunta. El inquietante sérum que lo consigue es el Bio Cell Vitalizer de Wamiles y, efectivamente, su venta parece exclusiva en Japón, aunque también hay tiendas rusas que lo distribuyen.

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La modelo, casada con Antoine Arnault, CEO del grupo LVMH, es una verdadera experta en cosmética y en su neceser se cuelan solo productos exclusivos y efectivos, por lo que el hecho de que viaje hasta el país nipón para comprarse este sérum en concreto es un indicativo claro de sus resultados.

Como la propia Natalia confesaba, la preocupación por las arrugas de su frente la ha acompañado toda la vida: “Recuerdo que mi madre siempre me golpeaba en la frente y me decía ‘deja de arrugarte”. De ahí que tanto las fórmulas como los masajes para reafirmar la piel formen parte de su rutina diaria.

Aclarado esto y después de que Natalia Vodianova nos haya puesto sobre la pista del sérum de Wamiles, toca investigar en el origen y las propiedades del sérum.

Hay un ingrediente estrella sobre el que se formulan muchos de los productos de dicha empresa cosmética, la ciruela ume japonesa (también conocida como umeboshi, un tipo de ciruela fermentada con sal marina para la ingesta), cultivada en el suelo mineralizado de los jardines de la marca. A esta ciruela se le suma la Cosmic Mineral, procedente de sus aguas termales de la isla de Kyushu.

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Partiendo de esta base cosmética autóctona, para crear la fórmula de la que Natalia Vodianova es adicta, se suman al cóctel: membrana de cáscara de huevo hidrolizada, ácido hialurónico de bajo peso molecular, lo que mejora su penetración, escualano o complejo equilibrado de aminoácidos formado por “serina, glicina, alanina y otros, que, al tiempo que retienen la humedad en la piel, le devuelven su suavidad”, detallan en la web de Wamiles.

La principal finalidad del sérum es la de estimular la renovación de la piel y actuar sobre diferentes signos de la edad como la pérdida de la elasticidad y la firmeza, además de favorecer la producción de ácido hialurónico, lo que se traduce en una piel más tersa e hidratada. El cosmético no solo incluye ácido hialurónico, sino que estimula su producción. Como explican desde la marca, “el ácido gamma-aminobutírico potencia la producción de ácido hialurónico, que aumenta el poder hidratante de la piel”.

Otras de las propiedades que promete la exclusiva fórmula japonesa son el fortalecimiento de la matriz dérmica, la oxigenación celular, la regulación de los procesos metabólicos de la piel o la limpieza, ayudando a reducir la acumulación de células muertas, lo que explica el aumento de la luminosidad mencionado por la modelo. Sin embargo, el aspecto más destacado por las usuarias del sérum es el efecto tirantez inmediata, llegando incluso a compararse con el resultado de los inyectables.

La forma en la que Natalia Vodianova extiende el sérum también potencia los beneficios asociados a la fórmula al mejorar la penetración de los ingredientes activos, pero, sobre todo, al reforzar el efecto tensor. La sensación descrita por la rusa es la de un lifting. Tras depositarlo sobre la piel con leves presiones, lo distribuye con movimientos ascendentes, desde la mejilla hacia el pómulo aunque la zona en la que más se esfuerza es en la frente. Sus movimientos aquí son horizontales, con la intención de atenuar la profundidad de las arrugas del área. De nuevo, la preocupación aprendida de su madre.

Desde la marca, también inciden en la importancia de preparar la piel antes, bien sea con un tónico o con una esencia, que ayude a vehiculizar el cosmético, algo que la alumna aventajada Vodianova también hace en su rutina diaria. Visto el resultado que el sérum ha logrado en la piel de Natalia durante estos años, no nos extrañaría que en poco tiempo el producto dé el salto a su comercialización en Europa.