¿Cómo debes cuidar tu cabello en invierno? Los expertos responden

El tiempo está loco. Lo asumimos. No hay tregua y, en cosa de una semana, el microclima cambia. Pero no podemos olvidar que el invierno, con todas sus letras, es (al menos, hasta ahora) sinónimo de frío, cambios drásticos de temperatura (culpa de las calefacciones), momentos de viento, dosis extra de humedad… Y si bien es cierto que estamos muy concienciados sobre cómo debemos adaptar la rutina de cuidado de la piel (sobre todo del cutis) para noquear las consecuencias de todos estos fenómenos, no sucede lo mismo con la cabellera. A pesar de que los meses más gélidos pueden suponer una firme amenaza capilar.

Los expertos nos confirman lo que ya sospechábamos: el pelo también sufre bastante en invierno. Al margen de lo que puedas percibir en su textura y aspecto, dicha estación tiene causas profundas que afectan más allá de lo obvio… Para comprender y evitar que el efecto gélido se te suba a la cabeza, hemos preguntado a los que más saben en la materia.

Amenazas capilares 'winter'

Rosa Sevilla, jefe técnico L'Oréal Professionnel, resume que, en términos generales, “las temperaturas invernales y los cambios climáticos deterioran el cabello, lo resecan y el oxígeno del aire oxida los pigmentos (tanto naturales como artificiales), a la vez que el cuero cabelludo se vuelve más sensible”.

En este contexto, Miriam Quevedo, CEO y fundadora de la propia firma Miriam Quevedo, nos describe las consecuencias de las amenazas más populares:

• Frío. Con las bajas temperaturas, “la glándula sebácea se inhibe y se cierra, por lo que se reduce la producción de grasa”. Confirma que como “dicha grasa retiene el agua en la piel, si se afina, se deshidrata y se resaca produciendo descamación”.
• Exposición al calor artificial. Es importarte resaltar los cambios de gradación, teniendo en cuenta que “pasar más tiempo en interiores, con la calefacción puesta, genera depósitos o residuos”. Además, Rodrigo Galo, peluquero colaborador de L'Oréal Professionnel, afirma que estos contrastes provocan que “el pelo se vuelva más vulnerable y quebradizo, perdiendo su elasticidad”.

• Uso de gorros. El gesto de cubrir el cabello, más allá de aplastarlo, genera asfixia y falta de oxigenación, además de un aumento de grasa. Miriam Quevedo afirma que cuando luces la prenda durante muchas horas, “se genera un microambiente con calor, vapor, sudor… que desequilibra el microbioma”. Desde Salón Nuduka de L’Oréal Professionnel añaden que el uso de estos accesorios puede desencadenar problemas como la electricidad estática y un aumento del frizz. Como una consecuencia es que estos accesorios pueden atrapar la humedad (contribuyendo a la sequedad capilar), recomiendan “utilizar gorros de materiales suaves, como lana o algodón y asegurarse siempre de que el cabello esté seco antes de cubrirlo”.

• Otras cuestiones meteorológicas. La humedad generalizada provoca un aumento del encrespamiento, mientras que la acción del viento aumenta el roce de las fibras, lo que incrementa la aparición de pequeñas roturas en las cutículas.
• Cambios en la alimentación. Los meses más fríos invitan a llevar una dieta repleta de platos de cuchara, pero con menos fruta o verdura, por lo que “vamos perdiendo nutrientes desde dentro”, asegura.

'Hair plan' para minimizar las consecuencias invernales

Entre los gestos generales, se recomienda apostar por una hidratación más intensa para prevenir las consecuencias 'frozen', sobre todo en “personas con tendencia a cuero cabelludo seco o muy seco, que se resecan aún más”. Algunas máximas generales que debes tener en cuenta es evitar permanecer con el cabello húmedo, ya que, sumado a las bajas temperaturas, puede intensificar la fragilidad capilar.

Así, es importante realizar siempre una doble limpieza con champús suaves que no contengan sulfatos, ya que estas sustancias “arrastran todas las impurezas y residuos, pero también la barrera protectora natural del cabello, que de por sí está reducida por el frío”, reconoce Miriam Quevedo.

Lo ideal es seleccionar opciones con activos calmantes que reduzcan la potencial irritación y empezar aplicándolos en el cuero cabelludo, aprovechando la espuma que se genera para trabajar la fibra. Su modus operandi es “empezar por los laterales de la cabeza, de delante hacia atrás, a través de masajes suaves circulares con las yemas de los dedos (nunca con las uñas para no arañar)”.

Como truco de aplicación para obtener un mejor resultado, Rodrigo Galo confiesa que “debes dejar actuar al champú antes de aclararlo. Con uno o dos minutos será suficiente para permitir que todos sus agentes e ingredientes hagan bien su trabajo”. Otro de sus tips es que, en momentos críticos, añadas un par de gotas de aceite al limpiador con el fin de que sumes “un extra de protección e hidratación”. Esencial: aclara bien cualquier resto de fórmulas antes de comenzar con el segundo paso.

Ya sabes que el uso de acondicionador o mascarilla es necesario, pero en estas frías fechas alcanzan el estatus de imprescindible todos aquellos que se centren en hidratar, nutrir y mimar la fibra (reparando y protegiendo), aportando beneficios extra sobre el microbioma capilar.

Fíjate bien en las características porque muchas de estas referencias también se pueden aplicar sobre el cuero cabelludo, lo que incrementa el poder de su actividad. Es importante pensar en las necesidades específicas que la melena presenta en este periodo, sin olvidar sus particularidades habituales, para trazar una correcta pauta aunque, a grandes rasgos, podrías mantener el uso del acondicionador en cada lavado y aplicar una mascarilla semanalmente.

El consejo top del peluquero Rodrigo Galo es guardarte un rato para recrear tu propio salón en casa. El protocolo es tan sencillo como, una vez que el pelo está recién lavado, retiras toda la humedad con una toalla y extiendes la mascarilla con los dedos, desenredando con un peine con púas anchas. Después, lo recoges bajo un gorro de ducha y aplicas calor con un secador, antes de dejarlo actuar unos 20 minutos. Por último, basta con aclararlo perfectamente y comprobar sus increíbles resultados.

Otras referencias imprescindibles en esta época son los exfoliantes específicos y los aceites nutritivos. Los primeros permiten “detoxificar el cuero cabelludo de todas las impurezas, residuos y toxinas que puedan asfixiarlo y prevenir la falta de oxígeno y nutrientes del folículo”, reconoce Miriam Quevedo. Con un uso semanal puede ser suficiente. Respecto a los segundos, se erigen como grandes aliados para neutralizar la falta de brillo invernal, por lo que lo recomendado es seleccionar uno que proteja la fibra, nutra y suavice de medios a puntas.