Correctores que se aplican en un solo paso: cubren, iluminan y no hace falta sellarlos

Según la estética de los años 90 presente en todas las tendencias de moda y maquillaje, además de los labios perfilados en marrón, los acabados matificados en la piel son lo más.

Pero, después de haber preparado la piel a base de cosmética y productos de maquillaje jugosos, pensar en volver a pasar polvos para sellar y matificar la piel parece una pérdida de tiempo.

Dar con la ansiada textura nube que combina la luminosidad de los maquillajes luminosos y los mates suele obligar a combinar cosméticos de ambas propiedades, restando naturalidad al acabado.

Si lo trasladamos a la difícil y sensible área de la mirada, la complicación aumenta. Qué hago: ¿aplico contorno de ojos, encima la base de maquillaje, el corrector y sello con polvos sueltos? El resultado suele ser un mejunje de productos que terminan acumulándose en los pliegues o patas de gallo.

La alternativa son los correctores con polvos micronizados. En su textura cremosa se infusionan partículas en polvo que ayudan a asentar el pigmento sin sumarle peso a la fórmula.

Un ejemplo de este tipo de fórmulas son los Terracotta Concealer de Guerlain que combinan las propiedades de las texturas fluidas y las de los polvos para crear un corrector líquido que iguale el tono, ilumine, difumine las imperfecciones y todo sin resecar la piel (logra 24 horas de hidratación) sin riesgo de transferencia, logrando una perfección natural y sin transferencia durante.

El acabado sobre la piel es aterciopelado, no enmascara y resulta pesado. Para conseguir que la piel no se cuartee con el paso de las horas, el corrector está enriquecido con aceite de argán.

Eliecer Prince, Makeup Artist de Guerlain, recomienda los correctores líquidos porque resultan mucho más sencillos de aplicar y trabajar. Al sumar al cóctel polvos y pigmentos, se consigue ese efecto difuminador único.

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Margarita Velasco

En la misma línea, pero con un potente carga de luminosidad y con una fórmula más ligera, encontramos el Prisme Libre Skin-Caring Concealer de Givenchy. También un corrector fluido, para lograr el efecto filtro que corrige y sella, al incorporar polvos micronizados (que logran el efecto difuminador), perlas reflectoras de la luz, peonía y arcilla, logrando el poder matificante, pero prescindiendo del talco. A nivel de maquillaje: corrige, ilumina y unifica, con el superpoder de mantener la hidratación hasta 24 horas.

Para explotar al máximo esta multifuncionalidad, Nerina Freán, National Makeup Artist de Givenchy, recomienda aplicar puntos precisos de luz: tres bajo las ojeras, uno a cada lado de las aletillas de la nariz y uno bajo la comisura de los labios. Estos puntos corrigen zonas que habitualmente están oscurecidas (ojeras) o enrojecidas (aletas de la nariz), además de igualar el tono, iluminar y corregir con un movimiento ascendente, efecto lifting con el que se rasgan los ojos o se limpian los labios de la boca.

Otro truco de maquilladora profesional, que conocíamos gracias Violette Serrat, Directora Creativa de Maquillaje de Guerlain, es aplicar el corrector en el centro de la frente y extenderlo hacia afuera con una brocha, para potenciar la luminosidad del rostro.

Prescindiendo de los polvos en su fórmula, pero consiguiendo un efecto similar de luminosidad y cobertura, en este caso modulable, también encontramos el Super BB Concealer de Erborian. No busca el acabado matificado de los correctores en polvo, pero en su lugar sí actúa como un tratamiento.

Con un 2 % de ginseng blanco (como todo buen contorno de ojos coreano), niacinamida: y escina, corrige, ilumina y estimula la microcirculación, especialmente útil en el caso de las ojeras rojizas. Es decir, no logra una corrección efecto filtro de Instagram, pero sí actúa como un tratamiento a largo plazo.

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