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Qué hay detrás de los campos de lavanda de Brihuega, el perfume más allá de la foto de Instagram
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La Provenza española

Qué hay detrás de los campos de lavanda de Brihuega, el perfume más allá de la foto de Instagram

Si no has ido a hacerte una foto en los campos de lavanda, lo tienes anotado en tu lista de planes pendientes pero hay mucha historia, ciencia, experiencia y dedicación detrás de los campos morados de Brihuega

Foto: Lavanda de los campos de Brihuega. (Academia del Perfume)
Lavanda de los campos de Brihuega. (Academia del Perfume)

Ponte ese outfit que te compraste pensando en un verano en la Toscana o en la Provenza, camina unos metros entre las filas de lavanda repletas de abejas polinizadoras, tócate con una mano la cabeza y con la otra finge que tocas el cultivo (siempre de forma superficial porque si no te llevas un picotazo). Ya está, tienes la foto más codiciada de un verano de turismo nacional.

Sin embargo, las extensísimas plantaciones de lavanda de Brihuega (municipio de Guadalajara a una hora de Madrid), también conocido como ‘el jardín de la Alcarria’, tienen, sino una larga historia -las primeras lavandas se plantaron hace 45 años- sí de curioso.

“Son 1000 hectáreas de cultivos, lo que corresponde al 5% de la producción mundial de lavanda”, apunta Emilio Valeros, dueño de parte de estos cultivos en Brihuega, perfumista con más de 40 años de carrera, 30 de los cuales trabajando para Loewe y Académico 'Sillón Lavanda' de la Academia del Perfume.

La Academia del Perfume, fundación cultural sin ánimo de lucro, en su labor por la divulgación de la cultura del perfume, realiza todos los años un viaje a los campos de lavanda de Brihuega, con la ayuda de Emilio Valeros. Su misión es la de dar a conocer el cultivo de la lavanda y la extracción de su esencia, así como la riqueza que genera su impacto en la economía rural.

placeholder Emilio valero en los campos de lavanda de Brihuega. (Academia del Perfume)
Emilio valero en los campos de lavanda de Brihuega. (Academia del Perfume)

En pocos años, este pequeño municipio se ha popularizado por sus inmensas extensiones de campos de lavanda, convirtiéndose en ‘la Provenza española’, por su enorme parecido con los campos franceses, pero esto no se trata solo de un parecido visual.

Hace cerca de 45 años, tras realizarse un estudio de la tierra de la Alcarria, descubriéndose que las cualidades del terreno de Brihuega se parecían mucho a las de la Provenza. Sus tierras alcalinas, su temperatura moderada, la presencia del aire, su altura (1050 metros sobre el nivel del mar) incluso las abejas (actualmente junto a los campos de lavanda de Emilio Valeros hay 50 colmenas) convertían a este silencioso paraíso, que anteriormente estaba dedicado al cultivo de cereales, en el escenario perfecto en el que recrear los campos de lavanda de la Provenza.

placeholder Campos de lavanda de Brihuega. (Academia del Perfume)
Campos de lavanda de Brihuega. (Academia del Perfume)

“La lavanda precisa de terrenos calcáreos, arcillosos y que tengan mucho drenaje, es muy importante. Los estanques son el mayor enemigo de estas plantas, ya que son de secano, el agua las ahoga”, explica Valeros.

Foto: Campos de lavanda en Brihuega (Europa Press)

Fue entonces cuando se comenzó a cultivar lavanda y al poco tiempo también lavandín, resultado de la mezcla de lavanda y espliego y que se utiliza para ambientadores o detergentes (productos de uso doméstico), su producción y coste son más económicos, ya que, el rendimiento de productividad de la lavanda es muy bajo y se reserva la perfumería de lujo. A simple vista son fáciles de identificar por el color. Mientras la lavanda original es más de un color más claro, el lavandín es de un morado intenso, violeta.

placeholder Periodistas de belleza meimbros del juerado de los premios de la Academia del Perfume junto a Emilio Valeros, en campos de lavandín. (Academia del perfume)
Periodistas de belleza meimbros del juerado de los premios de la Academia del Perfume junto a Emilio Valeros, en campos de lavandín. (Academia del perfume)

A nivel práctico, más allá de lo bonitos que puedan verse los enormes campos en flor, la lavada, en concreto su esencia, está presente en el mundo de la perfumería, prácticamente desde la antigua Roma. Del latín, ‘lavare’, la lavanda se aplicaba al agua antes de dormir para conciliar el sueño, pero antes, incluso ya se utilizaba en la medicina y la gastronomía aunque, en efecto, hay registros de su uso para la elaboración de perfumes y baños desde hace más de 5000 años.

Foto: Algunos ingredientes exóticos conforman los perfumes más top. (Pexels/Mart Production)

Siglos más tarde, por ejemplo, en Versailles los guanteros de Grasse utilizaban la lavanda para reducir la intensidad del olor del cuero o durante la peste bubónica, cuando se introducía lavanda en las máscaras para matizar el fuerte olor. Además de su uso en perfumería, el experto también recuerda que la lavanda tiene propiedades antinflamatorias, "es cicatrizante, vale para picaduras de insecto y ahuyenta a los insectos".

placeholder La recolecta de la lavanda se realiza con una segadora y un tractor en el que se va depositando el cultivo. (Academia del Perfume)
La recolecta de la lavanda se realiza con una segadora y un tractor en el que se va depositando el cultivo. (Academia del Perfume)

Sus notas florales son muy particulares, pues pueden hacer que una fragancia parezca amaderada, pero las curiosidades de la lavanda continúan. Por ejemplo, su esencia no está en el tallo, “solamente está en la flor. En la flor hay una pequeña glándula, donde está contenida la esencia”, explica el perfumista.

Cuando se corta la flor, una precisión importante es la altura a la que se realiza el corte. Tras seleccionar los centímetros a los que se segará, la maquinaria agrícola corta de tal modo que no se dañe a la planta, es decir, que se corte la lavanda, pero que respete parte del tallo, para que, al año siguiente, vuelva a brotar la lavanda, realizando un proceso de poda que sanee.

placeholder Las lavandas de la izquierdas ya han sido recolectadas y las de la derecha no. (Academia del Perfume)
Las lavandas de la izquierdas ya han sido recolectadas y las de la derecha no. (Academia del Perfume)

Para capturar la esencia en su máximo esplendor, el momento preciso de cortar la flor de la lavanda es cuando caigan todos los pétalos, es el momento de cortar la flor, “cuando ya no está violeta, cuando está como está de color gris”, precisa Valeros. A continuación toca pasar por la destilería para extraer su esencia, tratarla y eliminar el ‘olor a caldero’.

El siguiente paso tiene lugar en la destilería, donde se extrae la esencia de la lavanda. Convertida en capital patria de la lavanda, además de contar con 1000 hectáreas, también tiene 3 destilerías.

placeholder Proceso de destilería de la lavanda. (Academia del perfume)
Proceso de destilería de la lavanda. (Academia del perfume)

La carrera del perfumista Emilio Valeros no solo se remonta a hace 40 años, viene de mucho atrás, de niño veía a su padre realizar mezclas, lo que le llevaría a estudiar química en Grasse (enclave fundamental de la perfumería con sus rosas). Tras años de trayectoria profesional elaborando perfumes para firmas como Loewe, Emilio Valeros revolucionaría la destilería de la región al combinar los procesos tradicionales con biotecnología y técnicas que de menor consumo energético.

Desde aquellos primeros cultivos de lavanda hace más de 40 años hasta la proliferación de miles hectáreas y destilerías en la región, la entrega de Brihuega con la lavanda continúa. Al popular Festival de la Lavanda, en el que los campos se convierten en improvisadas gradas de conciertos de música en directo, se le suma la próxima apertura en Brihuega del primer museo del perfume de España. El Convento de San José -Bien de Interés Cultural- del siglo XVII albergará al Museo de la Lavanda y el Perfume.

Ponte ese outfit que te compraste pensando en un verano en la Toscana o en la Provenza, camina unos metros entre las filas de lavanda repletas de abejas polinizadoras, tócate con una mano la cabeza y con la otra finge que tocas el cultivo (siempre de forma superficial porque si no te llevas un picotazo). Ya está, tienes la foto más codiciada de un verano de turismo nacional.

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