He recuperado mi pelo rizado con la mousse hidratante de esta peluquera española

Ahí va una historia capilar personal, de esas de “pelo complicado” que, bien tratado, se convierte en un pelazo.

Toda mi vida me he movido entre el pelo liso y el pelo rizado. Nacer con el pelo ondulado, lo que conlleva que sea seco y con tendencia al encrespamiento, fuerte y sobre todo muy abundante, en una familia de cabellos lisos ha hecho que mi relación con el pelo sea complicada.

De niña, mi madre optó por que lo llevara corto, “a lo chico”, decía yo. Odiaba con todas mis fuerzas tener que llevarlo así, pero la excusa era que mi pelo era complicado. A los 11 años por fin conseguí que dejaran llevarlo largo.

Tras duros momentos de un antiestético mullet a inicios de los 2000, la realidad ante mí era que mi pelo no era ni liso ni rizado, era ondulado y se encrespaba mucho. Siguiendo las lecciones de mis familiares y amigas, ninguna de las cuales tenía el pelo rizado, lo que hacía constantemente era secarlo con el secador y con un cepillo.

El frizz y el volumen eran tales que solo podía recogerme el pelo en una coleta. Años de instituto con ese “pelo descontrolado” como una vez se burló una niña de mí -a al cual solo deseo que ahora sea ella la que tiene un mal pelo-, un peluquero me habló, por primera vez en mi vida de potenciar mis rizos.

Comencé con un moldeado y mi vida cambió por completo. Tenía una rutina específica para lavar, hidratar y marcar los rizos, pero valía la pena. Con el paso de los años y la llegada de las planchas de pelo a mi vida, comencé a alisarlo y alisarlo y mi cabello natural ondulado se convirtió en mi melena de vacaciones o de esos días en los que no tengo tiempo para peinarme.

Lo que me lleva al presente. Si, tras lavar mi pelo, lo dejo secar al aire, sus ondas aparecen, pero ni todos los mechones tienen la misma definición, ni consigo controlar el encrespamiento. He probado cremas de peinado, mascarillas y todo tipo de cosméticos que me permitan recuperar mis ondas cuando me apetece.

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A veces parece que, para llevar el pelo rizado u ondulado tienes que seguir una rutina inamovible, que repetir siempre, para que la forma no se pierda. Como si fuera el único peinado disponible. En mi ideario, me encantaría llevar el pelo ondulado unos días y liso otros.

En esta constante búsqueda de productos fáciles con los que realzar la forma natural de mi pelo, decidí probar la espuma de una peluquera experta en cabello rizado, Conchi Arias, con la que en la redacción de Vanitatis trabajamos mucho para analizar looks de famosas y resolver dudas sobre temas de cabello.

El producto en cuestión es el Aqualift Curl Mousse de Campos Curly Hair, una espuma elaborada biotecnología que incorpora péptidos para lograr una mayor penetración de la hidratación y reparar la estructura capilar. Para aportar hidratación al rizo, incorpora aceite de jojoba, rico en ácidos grasos y, por tanto, capaz de nutrir el cabello, para que no pierda agua. Incorpora también aminoácidos de proteína de trigo, cuya finalidad es la de mejorar la flexibilidad de la fibra capilar y fortalecerla, rebotando la rotura.

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El primer pensamiento al hablar de una espuma capilar puede ser el de que va a dejar el cabello rígido, acartonado, lo que en el caso del pelo rizado se conoce como cast. En el caso del Aqualift, se trata más bien de una mousse. Su textura no es tan densa como la de una espuma, lo que permite que su aplicación sea mucho más fácil y deja el rizo flexible.

Para probarlo, después de lavar el pelo y retirar la humedad con una toalla (no de microfibras ni una camiseta, porque no soy tan profesional de curly), apliqué la espuma de raíces a puntas, con los dedos en forma de garra, trabajando en mechones no demasiado gruesos. La indicación posterior era la de mesar el cabello, empujándolo de abajo hacia arriba para que tomara forma ondulada. Lo dejé secar al aire y las ondas naturales reaparecieron, superdefinidas, elásticas y, lo más sorprendente, con brillo.

En su web explican que se puede utilizar de diferentes maneras, pudiendo incluso pasar un cepillo por secciones para repartir el producto, lo que aumentará el volumen o aplicarlo en bloque. En el caso de que el cabello sea muy poroso, la recomendación es aplicar antes un acondicionador sin aclarado.

Aunque el resultado comienza a ser visible a los pocos minutos, según pasan las horas los bucles se empiezan a subir, encogerse, definirse y, lo mejor de todo, es que sobreviven al efecto de la almohada. Es más, según lo vas ahuecando a lo largo del día, se vuelve más esponjoso. A diferencia de otras espumas o cremas, se puede pasar los dedos por el cabello sin que haya enredos o tirones y las puntas no se notan secas.

El veredicto es que vuelvo a amar mi melena de ondas irregulares.