Así funciona el láser con el que Milena Smit se ha quitado la rosácea
En su visita al programa de 'La Revuelta', la actriz explicó que se había sometido a un tratamiento láser para eliminar la rosácea de su piel, pero ¿cómo funciona?, ¿ofrece resultados definitivos?
Estamos acostumbrados a oír hablar de la rosácea, incluso a identificarla, aunque en muchas ocasiones se confunda con piel sensible o una irritación puntual.
En realidad, la rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica, en la que aparece enrojecimiento de la piel en zonas concretas del rostro, lo más habitual es que se concentre en las mejillas o el tercio medio, pero dependiendo de cada caso, la rojez puede localizarse en áreas más amplias.
Suele surgir en la adolescencia y se caracteriza por esas pequeñas arañitas vasculares visibles (telangiectasia), eritema (piel roja), pápulas e incluso pústulas (como granitos, en ocasiones con y sin pus).
En los últimos años, hemos normalizado los casos de rosácea e incluso algunas celebrities como Dani Martín o Sofía Vergara han mostrado fotografías de su rostro en un ‘brote’ o han contado su experiencia y trucos para vivir con esta enfermedad.
Sin embargo, mientras a estos famosos sí estamos acostumbrados a verles con alguna rojez, cuando hace unos días Milena Smit contaba que ella padecía rosácea, resultaba una sorpresa, puesto que la tez de la actriz siempre se ve impoluta.
En plena entrevista de ‘La Revuelta’, Milena contestaba a una pregunta de David Broncano confesando que nunca se había hecho un retoque estético, para acto seguido recordar que sí se había sometido a un tratamiento láser para borrar la rosácea, lo que explicaría por qué nunca hemos visto la más mínima rojez en su rostro.
Lo primero es identificar el tipo de láser al que se refería Smit. La Dra. Bonina, médico estético y Directora Médica de la Clínica Bonina, explica que en su centro tratan la rosácea con Luz Pulsada Intensa (IPL). “Es un tratamiento seguro y eficaz que actúa sobre la dilatación capilar y las venitas que dan esa rojez en la cara, mejorando su aspecto sin dañar la piel de alrededor (fototermólisis selectiva)”, precisa.
En casos más graves, otra opción son los láseres KTP o Colorante pulsado. Curiosamente, el tratamiento de la rosácea tanto con láser como con IPL existe des hace muchos años y tiene una gran acogida, ya que ofrece resultados eficaces y es un tratamiento seguro. El único ‘efecto secundario’, si es que puede llamarse así, es que el mismo día del tratamiento la piel puede verse algo enrojecida, pero es un efecto efímero.
El matiz viene en que, en realidad, no se elimina la rosácea, ya que es crónica, sino que se puede tratar y controlar. El tratamiento de la rosácea actúa a varios niveles, ya que se pueden aplicar tratamientos lumínicos, tópicos e incluso a nivel oral, lo que permite controlarla, siempre dependiendo de su grado. Aunque el tratamiento con láser puede llegar a hacerla imperceptible, “siempre estará ahí y puede haber un brote en algún momento, por eso siempre hacemos revisiones periódicas para mantenerla a raya e incluso alguna sesión de IPL de refuerzo”, explica la doctora Bonina.
Para que el efecto sea más notable, no vale con una sesión de IPL y el número siempre dependerá de cada caso, “la pauta más habitual es de varias sesiones, aunque se empieza a apreciar la mejoría desde la primera sesión; pero al menos cuatro suelen ser necesarias, y según la gravedad de cada paciente pueden ser necesarias más sesiones”.
Es en estos más graves entran por ejemplo enfermedades como hipertrofia tisular, que se puede apreciar más en hombres y en la nariz, lo que se conoce como rinofima. “Este crecimiento del tejido va deformando la nariz por ese aumento de la vascularización mantenido en el tiempo y sin tratar”, llegando en casos extremos a necesitar un tratamiento quirúrgico para recuperar la forma de la nariz.
Determinar exactamente a qué se debe la rosácea y por qué, de repente, aparece esa rojez en nuestro rostro y ya nos acompaña toda la vida, lo que el mundo médico cree es que es multifactorial. Es decir, pudiendo tener un componente genético, “hormonal (con posible implicación de los estrógenos, por eso es más frecuente en mujeres), factores neurovasculares (mayor sensibilidad de los capilares a estímulos mínimos) y empeora con factores externos como el sol, comidas copiosas/picante, alcohol, cambios bruscos de temperatura, etc.”.
Al tratarse de una enfermedad crónica y multifactorial, la única opción al alcance de quien padece rosácea es evitar, precisamente, todo lo que la empeore, como el alcohol, los alimentos picantes, la exposición solar, lavarse la cara con agua muy caliente o utilizando jabones agresivos, entre otros. La recomendación de la doctora Bonina, por supuesto, es consultar con un médico estético de confianza o dermatólogo con experiencia en rosácea.
Estamos acostumbrados a oír hablar de la rosácea, incluso a identificarla, aunque en muchas ocasiones se confunda con piel sensible o una irritación puntual.
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