Es noticia
Menú
Ana Ibáñez: “Podemos bajar las frecuencias high beta que provocan el estrés con cosmética”
  1. Estilo /
  2. Belleza
VOCES EXPERTAS

Ana Ibáñez: “Podemos bajar las frecuencias high beta que provocan el estrés con cosmética”

¿Y si a través de un sérum o una crema podemos “bajar las frecuencias high beta que provocan el estrés”?, como afirma Ana Ibáñez, la próxima generación de productos de belleza tendrá mucho más que ofrecer que un simple efecto inmediato en l

Foto: Neuraé (Cortesía)
Neuraé (Cortesía)

El estrés es, sin duda, una de las grandes epidemias silenciosas de nuestro tiempo. Afecta a la respiración, a la digestión, a la concentración y, por supuesto, a la piel. Para la neurocientífica Ana Ibáñez, fundadora de los centros de entrenamiento cerebral Mind Studio —donde es conocida como “entrenadora de cerebros”—, entender cómo podemos intervenir en estas respuestas fisiológicas es clave para mejorar la calidad de vida. Y sí, según explica, también la cosmética puede convertirse en un aliado para modular el estrés.

placeholder El interior de un cerebro (Neuraé)
El interior de un cerebro (Neuraé)

Las frecuencias del estrés

Ibáñez parte de un principio neurocientífico: el estrés se relaciona con unas ondas cerebrales concretas, las llamadas high beta. “Cuando el cerebro produce estas frecuencias rápidas es muy difícil no sentir los síntomas del estrés: respiración agitada, dolores de cabeza o de estómago, bloqueo mental. Son esas sensaciones incómodas en las que te sientes fuera de ti”, señala

La manera más directa de rebajar estas frecuencias es a través del entrenamiento cerebral, el campo en el que ella lleva años trabajando. Sin embargo, Ibáñez ha identificado otras dos vías igualmente eficaces: los patrones respiratorios y, de forma sorprendente, la cosmética neuroactiva.

TE PUEDE INTERESAR

Pero su investigación no se detiene ahí. La neurocientífica insiste en explorar nuevas vías y ha encontrado en la piel un canal privilegiado para comunicarse con el cerebro.

La piel como espejo emocional

“Piel y emociones tienen una relación absolutamente directa. ¿Quién no ha notado una piel más luminosa durante las vacaciones, o, por el contrario, eccemas y psoriasis en periodos de estrés?”, plantea. El motivo está en los neuromediadores, mensajeros químicos que transmiten tanto buenas como malas noticias. La piel y el cerebro comparten este lenguaje, lo que abre un horizonte completamente nuevo en el ámbito del cuidado personal

La clave, explica Ibáñez, está en aprovechar este vínculo a través de sustancias específicas capaces de inducir respuestas cerebrales positivas. “Hay un extracto que se llama Aperua, procedente de una corteza de árbol, que logra que el cerebro reciba señales de que puede bajar el estrés. De esta manera, una rutina cosmética diaria deja de ser solo estética para convertirse en un ritual neuroactivo con impacto directo en nuestro bienestar”.

placeholder Puedes reducir el estrés con cosmética (Cortesía)
Puedes reducir el estrés con cosmética (Cortesía)

La visión de la neurocientífica trasciende el mero gesto cosmético: cada aplicación de crema, cada aroma o textura, puede convertirse en un lenguaje preciso y concreto para rebajar el estrés. Lejos de ser un lujo superficial, el cuidado de la piel se transforma en una herramienta de autocuidado integral, capaz de modular la mente y las emociones.

“Rebajar el estrés lo podemos hacer de muchas maneras y no deberíamos obviar que, a través de nuestro cuerpo, de la respiración y de lo que aplicamos en la piel, tenemos acceso directo a esa regulación”, insiste

La revolución neurocosmética

Fruto de estas investigaciones surge Neuraé, una nueva marca de belleza que Ibáñez define como “revolucionaria”. Su propuesta se basa en la tecnología N3, núcleo de cada producto, que combina neuroactivos, neurotexturas y neurofragancias. Todos ellos están diseñados para promover neuromediadores positivos o reducir la intensidad de los negativos, influyendo tanto en las emociones como en la apariencia de la piel.

placeholder Neuraé (Cortesía)
Neuraé (Cortesía)

La línea se estructura en tres rutinas que responden a necesidades emocionales y estéticas concretas:

  • Joie: busca reactivar la luminosidad de la piel y potenciar la sensación de alegría.
  • Enérgie: sorprende porque estimula la producción de endorfinas, al tiempo que limita la liberación de cortisol, la hormona del estrés.
  • Serenité: envuelve en calma, relaja y alisa la piel, ideal para quienes necesitan desconectar tras una jornada intensa.

“Para mí tiene todo el sentido unir la neurociencia al tratamiento. Es algo realmente innovador en el mundo de la belleza y nos abre un nuevo horizonte emocional”, resume Ibáñez

La propuesta de Ana Ibáñez inaugura un terreno donde ciencia y cosmética dialogan. No se trata únicamente de vernos mejor frente al espejo, sino de sentirnos más equilibrados, con una piel que refleje un estado emocional más armónico. En un contexto en el que el estrés parece inevitable, convertir la rutina de belleza en un refugio neuroactivo no suena nada descabellado.

El estrés es, sin duda, una de las grandes epidemias silenciosas de nuestro tiempo. Afecta a la respiración, a la digestión, a la concentración y, por supuesto, a la piel. Para la neurocientífica Ana Ibáñez, fundadora de los centros de entrenamiento cerebral Mind Studio —donde es conocida como “entrenadora de cerebros”—, entender cómo podemos intervenir en estas respuestas fisiológicas es clave para mejorar la calidad de vida. Y sí, según explica, también la cosmética puede convertirse en un aliado para modular el estrés.

Tendencias de belleza
El redactor recomienda