Maite Pérez, experta en feng shui, propone sacar de tu casa estas 3 cosas de inmediato

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Si alguna vez has sentido que tu habitación, en lugar de ser un refugio de calma y paz, se ha convertido en un espacio que te genera agobio o te impide descansar como deberías, este mensaje es para ti. Según Maite Pérez, especialista en Feng Shui, la clave no siempre está en redecorar o reorganizar, sino en eliminar ciertos elementos que perturban la energía de este espacio, en particular.

Desde su conocida cuenta de Instagram @activafengshui, tal y como hemos comprobado, la experta en esta disciplina oriental ha compartido tres recomendaciones esenciales que, según ella, pueden marcar un antes y un después en la calidad del descanso y el equilibrio emocional dentro del hogar. “Transformar tu dormitorio puede comenzar simplemente por sacar lo que no aporta”, ha asegurado en esta publicación.

En concreto, el primer gran enemigo del bienestar, según esta experta, son los aparatos electrónicos. Televisores, teléfonos móviles, ordenadores o incluso los despertadores digitales emiten ondas y luces que alteran el descanso natural. Para la creadora de contenido, estos dispositivos interfieren en la energía del dormitorio y dificultan el sueño profundo, por lo que sugiere retirarlos del cuarto cuanto antes.

El segundo elemento a eliminar es la ropa sucia o acumulada. Aunque muchas personas recurren a dejar prendas sobre una silla o cesto, Pérez ha señalado que este hábito impide la circulación fluida de la energía. “La ropa amontonada representa estancamiento”, ha manifestado con claridad. De hecho, liberar el espacio de estas acumulaciones puede aportar una sensación inmediata de orden y ligereza.

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V. G.

Y, finalmente, el tercer consejo de la experta es deshacerse de los objetos rotos o sin uso. Más allá del desorden visual, estos artículos representan energías detenidas o fragmentadas. Para Maite Pérez, un dormitorio debe mantenerse despejado, funcional y armonioso: cada objeto debe tener un propósito. Tanto es así que eliminar lo que ya no sirve es una forma sencilla, pero poderosa de recuperar el equilibrio en este espacio tan íntimo.