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El arriesgado experimento genético de Alexander McQueen y Puma
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El arriesgado experimento genético de Alexander McQueen y Puma

La marca, esa cosa (usando 'cosa' con toda la intención posible) que a los diseñadores les enseñan a crear desde que están en las escuelas de

Foto: El arriesgado experimento genético de Alexander McQueen y Puma
El arriesgado experimento genético de Alexander McQueen y Puma

La marca, esa cosa (usando 'cosa' con toda la intención posible) que a los diseñadores les enseñan a crear desde que están en las escuelas de moda, es algo en lo que los espíritus creativos se mueven de un modo mucho más torpe que las grandes corporaciones, que al fin y al cabo están en su salsa. Puestos en esta tesitura, los grandes siempre acaban vendiendo sus marcas a conglomerados (LVMH como ‘monstruo de las galletas’ de la moda) a la vez que se lanzan a la diversificación de sus diseños, implantando su marca en todo tipo de objetos o mediante la colaboración con casas de ropa deportiva, que están encantadas de vincular su nombre al de un creador de alta costura y añadir un cero a la derecha del PVP.

Casas como Nike, Adidas o Puma han ganado mucho con esta sinergia, rematando una jugada que comenzó con la asunción de los preceptos de la ropa deportiva en el street wear a lo Yamamoto. Los que tienen más que perder son los diseñadores, que al fin y al cabo ceden un nombre reputado a una colección más popular que las propias y que pueden acabar haciéndole a uno demasiado popular. La tercera, Puma, ha lanzado recientemente la última versión de su colaboración con Alexander McQueen: nada extraño si tenemos en cuenta que Puma fue adquirida en abril por PPR, gigante del lujo francés entre cuyas marcas se cuentan Gucci, Yves Saint Laurent… y el propio McQueen.

Como de sinergias va la cosa, el icono de Alexander McQueen-Puma es el ManCat, nada más y nada menos que una fusión entre el hombre (McQueen) y el animal (Puma). El logotipo es “una metamorfosis física que simboliza la colaboración”, aseguran desde la empresa. La imagen ha sido creada a partir de la fotografía de Nick Knight, que se ha unido al diseñador en la aventura deportiva.

Esta joint venture es para los creadores “inesperada y única”. A partir de la unión entre tradición y tecnología, la colección pretende mostrar una yuxtaposición de influencias y una línea visualmente contemporánea, en definitiva, que sea sofisticada en el concepto e intrínsecamente artesanal. La inspiración de la colección parte de la propia naturaleza humana, de la anatomía del cuerpo, en especial del pie, con referencias específicas a las estructuras de los tendones. Para el otoño-invierno de este 2007 el estudio de anatomía continúa con la exploración del cuerpo a través de scaners y rayos X.

Tecnología, sofisticación y diseño, mucho diseño. Esa ha sido la receta de Puma para pasar en poco tiempo de la casi bancarrota al cuarto lugar entre las firmas deportivas, ya sea con Philippe Starck o con el propio McQueen.

La marca, esa cosa (usando 'cosa' con toda la intención posible) que a los diseñadores les enseñan a crear desde que están en las escuelas de moda, es algo en lo que los espíritus creativos se mueven de un modo mucho más torpe que las grandes corporaciones, que al fin y al cabo están en su salsa. Puestos en esta tesitura, los grandes siempre acaban vendiendo sus marcas a conglomerados (LVMH como ‘monstruo de las galletas’ de la moda) a la vez que se lanzan a la diversificación de sus diseños, implantando su marca en todo tipo de objetos o mediante la colaboración con casas de ropa deportiva, que están encantadas de vincular su nombre al de un creador de alta costura y añadir un cero a la derecha del PVP.