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Muere Antonio Miró, el diseñador que reinventó el traje sastre
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LA ENTREVISTA

Muere Antonio Miró, el diseñador que reinventó el traje sastre

El creador catalán que revolucionó la moda de las décadas de los 80 y 90 ha fallecido de un infarto

Foto: Foto: Antonio Miró (Cortesía)
Foto: Antonio Miró (Cortesía)

Antonio Miró, uno de nuestros diseñadores patrios más innovadores, ha fallecido hoy en Barcelona. Nacido en Sabadell hace 74 años, ha sabido vestir al hombre y a la mujer con un toque característico. En 1968 inauguró su primera tienda, Grog, y en 1976 creó la marca que lleva su nombre. Ha recibido multitud de premios como el Cristóbal Balenciaga o el Laus. Produjo diseños para el vestuario de películas, conferencias y exposiciones. En 1992 tuvo como encargo confeccionar el vestuario de la organización de los Juegos Olímpicos y en 1995 su línea de muebles. Sus colecciones llenaron desfiles en Barcelona y también lo hizo en París y Tokio.

En una entrevista para este medio en 2008 declaró que en moda "no tenemos nada que envidiar al resto de Europa. Antes viajabas a Londres y encontrabas mucha diferencia. Hoy por hoy, estamos al mismo nivel o incluso superior". Su visión sobre la moda de ese momento era muy positiva, alababa medidas como el estudio antropométrico encargado por el Ministerio de Sanidad. Una acción que revolucionó el mercado y que él valoraba como "una medida muy acertada tendente a unificar y clarificar el tema de las tallas en España".

Foto: Antonio Miró. (EFE)

Vivía el presente y cuando se le pedía que se definiera decía: "Estoy aquí, equivocado y feliz". No temía a las críticas y aceptaba todo lo que pudieran decir de él. Adoraba refugiar su tiempo en el sofá frente a 'Sed de mal', de Orson Welles, o entre las páginas de aquel libro de color amarillo en 'La montaña mágica' de Thomas Mann. Aunque su obra literaria favorita, aquella que le cambió la vida, era 'Sangre fría', de Truman Capote, libros de los que hablaba como de viejos amigos y que no dudaba en releer. Y lo que más le gustaba en aquel momento era "ver como mi hijo pequeño disfruta cuando se marcan goles en un partido de fútbol".

Cuando no trabajaba, algo que hizo intensamente, era un aficionado a la gastronomía, incluso llegó a reconocer que lo único que no haría en la vida, aunque le tocara la lotería, sería no quedarse en casa; de hecho, afirmaba que "seguiría con mi misma vida. No cambiaría nada". Tenía carácter, no sentía presión social ante nada, ni nadie y decía claramente: "Si no quiero ir, no voy a los sitios". Y pese a que hablaba con honestidad de todo, reconocía algo curioso: "La verdad es que en esta vida he mentido mucho".

placeholder El diseñador catalán Antoni Miró, durante la entrevista que concedió a EFE. (EFE/Albert Olivé)
El diseñador catalán Antoni Miró, durante la entrevista que concedió a EFE. (EFE/Albert Olivé)

Gran observador, adoraba sentarse y ver a los ciudadanos y ciudadanas con prendas confeccionadas por él, y aunque su vocación era una, la que fue, la de creador, afirmaba que "si volviera a nacer, me gustaría hacer otras cosas, muchas, todo lo contrario de lo que he hecho". Detestaba "las esperas en los aeropuertos, los viajes", y amaba "querer a una persona".

El diseñador ha fallecido casi a la vez que su mítica firma estandarte de aquella Barcelona del ‘disseny’ y que puso a la ciudad en el mapa internacional. La empresa entró en liquidación concursal judicial el 2 de diciembre de 2020. Después de 35 años siendo uno de los líderes de la moda masculina del país, no pudo con el covid.

A la pregunta 'no se quisiera morir sin', contestó: "Sin tener miedo". Esperamos que lo haya cumplido.

Antonio Miró, uno de nuestros diseñadores patrios más innovadores, ha fallecido hoy en Barcelona. Nacido en Sabadell hace 74 años, ha sabido vestir al hombre y a la mujer con un toque característico. En 1968 inauguró su primera tienda, Grog, y en 1976 creó la marca que lleva su nombre. Ha recibido multitud de premios como el Cristóbal Balenciaga o el Laus. Produjo diseños para el vestuario de películas, conferencias y exposiciones. En 1992 tuvo como encargo confeccionar el vestuario de la organización de los Juegos Olímpicos y en 1995 su línea de muebles. Sus colecciones llenaron desfiles en Barcelona y también lo hizo en París y Tokio.

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