La camisa hawaiana más allá de lo kitsch
Para lucirla con orgullo hacen falta varias cosas, a elegir: bien ser paisano de Barack Obama y haber nacido en Hawai, bien tener muy poca vergüenza.
Lo único seguro sobre el origen de la camisa hawaiana es eso, que surgió en el archipiélago del Pacífico y que fue la primera exportación que salió de las fábricas textiles de las islas. El resto es confusión y según sea la fuente, así será la historia. Hay quien dice que fue el comerciante Ellery Chun el que popularizó sus diseños en los años 30, algo que según asegura su mujer hizo para mantener su negocio a flote durante la época de la Gran Depresión.
La pieza se convirtió en el recuerdo perfecto que los turistas se llevaban de vuelta al continente tras una visita a Hawai y los locales comenzaron a utilizarla en ceremonias especiales como las bodas: había nacido un icono local de la moda.
Sin embargo, el escaso turismo no era suficiente para popularizar la prenda mundialmente. Alfred Shaheen, que falleció el pasado mes de diciembre, fue el hombre que le dio una vuelta al concepto después de la Segunda Guerra Mundial y consiguió lanzar la prenda al estrellato convertiendo un simple souvenir turístico en una pieza de tendencia. Los estampados de las camisas hawaianas suelen variar y dependen en gran medida de quién sea el comprador final: los isleños, que la consideran una pieza formal que sustituye al traje y la corbata, prefieren los dibujos tradicionales polinesios.
El interés de Shaheen por la calidad le llevó a controlar todo el proceso de fabricación de las camisas y consiguió asociar su nombre con el de las grandes estrellas del momento: Elvis Presley, por ejemplo, lucía una camisa roja diseñada por Shaheen en la portada de la banda sonora de la película Blue Hawai, de 1961.
El rey no fue el único icono de la época en dejarse ver con una camisa hawaiana. De aquí a la eternidad fue un auténtico pase de modelos y tanto Montgomery Clift como Burt Lancaster y Frank Sinatra las utilizaban como parte del vestuario de sus personajes. El presidente Harry Truman las tenía como básico de fondo de armario mientras permaneció en la Casa Blanca y otras estrellas como John Wayne, Bing Crosby o Johnny Weissmuller también tenían las suyas.