Madrid elogia el fetichismo hecho tacón

Estilizadas, femeninas y sofisticadas. La visión que tenía Christian Dior de la mujer de los años 40, cuando presentó la colección New Look, nunca podría haber sido completa sin la presencia de los tacones de aguja. Icono de la femineidad y de la sensualidad, a él está dedicada la más reciente exposición del Museo del Traje madrileño, que se inaugura este viernes.

Tacones de aguja. Fascinación y seducción trata de hacer un recorrido por su evolución desde los años 50 hasta la actualidad, un paseo en el que las (y los) fetichistas podrán admirar ejemplos del calzado italiano y extranjero elaborados por totems de la moda como Manolo Blahnik, Christian Louboutin o Jimmy Choo.

 

“Artistas y diseñadores lo tratan como una escultura, una verdadera obra de arte. Sociólogos y semiólogos lo ven como un símbolo de poder y agresividad femenina”, cuenta la periodista Rachele Enriquez: demasiado, quizás, para un simple zapato, pero es que los stilettos son mucho más que un complemento: son casi un estilo de vida.

¿Cómo surgió el tacón de aguja? ¿Dónde? ¿Sabía que hasta la década de los años 50 no fue posible producir tacones los suficientemente sólidos y resistentes? La exposición trata también de desarrollar una investigación histórica sobre su origen y no se limita al aspecto más puro de la moda, esto es a su imagen, diseño y prototipo: también habla sobre su papel como elemento producido, distribuido y vendido, esto es, como bien de consumo en nuestro universo fetichista de los objetos.