Lily Allen, la última de una larga lista de chicas Chanel

“Quiero ser rica, quiero dinero, no me interesa la inteligencia, ni el sentido del humor, quiero toneladas de ropa y diamantes”. Estas líneas de la canción The Fear de Lily Allen son probablemente las que hicieron que Karl Lagerfeld la haya elegido para su campaña de complementos de Otoño/ Invierno 2009/2010. A todos les ha sorprendido la decisión del kaiser de que la niña mimada del pop británico se haya convertido en su nueva musa para Chanel.

 

En la campaña, Lily Allen se convierte en un clon de la elegante y refinada, todo lo que ella no es, Holly Golightly, Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. La sesión en blanco y negro, fiel al estilo Lagerfeld, retrata a la cantante junto a Baptiste Giacobini. El modelo también protagonizó la anterior campaña de Lagerfeld junto a la veterana Jerry Hall. La campaña inspirada en Chérie, una novela de Colette,relata la historia de amor entre un joven de apenas 20 años y una mujer que le dobla la edad, de ahí la elección de la ex de Mick Jagger.

En cambio, esta vez, la decisión de la casa francesa no ha sido muy bien aceptada. Algunas clientas no se ven identificadas con la cantante inglesa y otras simplemente siguen en shock de que Allen, que no representa los habituales cánones de la marca: delgadez y elegancia, haya sido la elegida. Lily Allen no tiene nada que ver con las grandes del cine y de la moda a las que nos tiene acostumbrados Chanel: Catherine Deneuve, Keira Knightley, Vanesa Paradis, Nicole Kidman, Autrey Tautou, Estella Warren.

Aún así, el kaiser tiene una extraña predilección por las celebrities famosas y habla de Lily como “una muchacha simpática y divertida”. Tampoco le habrá disgustado enterarse de que una de las primeras cosas que hizo Allen, después de lanzar su primer disco, fue comprarse un vestido de Chanel que le costó más de 2000 libras.

 

 

AUDREY TAUTOU