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Los tocados se vuelven accesibles
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Los tocados se vuelven accesibles

En los últimos años se han puesto de moda los tocados, las diademas, las cintas en la frente y, en definitiva, una gran cantidad de accesorios. Ya

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Los tocados se vuelven accesibles

En los últimos años se han puesto de moda los tocados, las diademas, las cintas en la frente y, en definitiva, una gran cantidad de accesorios. Ya no sólo se utilizan para las bodas. Son muchas las mujeres que a diario adornan su cabeza con detalles coquetos, divertidos o sofisticados.

Actualmente, el problema suele ser el precio tan elevado que tienen estos complementos, quedando su uso reducido únicamente a ocasiones especiales. Por suerte, van surgiendo marcas que han sabido captar esta demanda y que han ajustado los precios sin perder por ello la calidad y el diseño. Algunas conocidas por todos, como Zara, Blanco o Accesorize, tienen a la venta ‘detallitos’ muy curiosos para el cabello.

Pero si buscas más exclusividad en el diseño y, sobre todo, a buen precio, una de las firmas más originales es Los Tocados de Olivilla. María ‘Olivilla’ es una joven empresaria con doble personalidad: mente cuadriculada en el trabajo y una explosión creativa fuera de él. Su pasión por la moda viene desde que, siendo una niña, su abuela le enseñó a coser un botón y se sintió tan orgullosa que ‘customizó’ los vestidos de todas su muñecas cosiéndoles un botón en la parte frontal.

A modo de curiosidad, cabe destacar que el nombre de la firma viene de su creadora. ‘Olivilla’ es como la llaman cariñosamente algunos de sus amigos, y viene de su nombre, Oliva… Una ocurrencia de su padre, dado que a su madre le encantan las aceitunas.

En el colegio comenzó haciendo anillos, broches y collares para sus amigas y como al final todo llega, hace tres años a ‘Olivilla’ comenzaron a invitarle a bodas y aprovechaba para adornar sus vestidos con accesorios diseñados por ella misma, detalles muy particulares que siempre llamaban la atención. Poco a poco, sus amigas y familiares empezaron a encargarle tocados. Después, se extendieron los pedidos a las amigas de sus amigas y de sus familiares… Viendo lo bien que le estaba funcionando el “boca a boca”, comenzó a pensar en una página web donde exponer sus creaciones.

Ahora, aparte de la posibilidad de comprarlos por encargo, ‘Olivilla’ vende en pequeñas tiendas, tanto en Madrid como en San Sebastián, que cuidan mucho las marcas que comercializan y buscan exclusividad, calidad y diseño.

Los precios de Los Tocados de Olivilla son asequibles para todos los bolsillos. Un precioso tocado para el pelo puede costar entre 30 y 50 €. Las cintas y diademas alrededor de 20 €. Esto último, unido al buen gusto de sus creaciones, son las claves del éxito de esta joven firma que no ha hecho más que empezar.

Los tocados a lo largo de la historia

La moda de las diademas y los tocados no es una novedad. Si retrocedemos en el tiempo, veremos que en Mesopotamia y Egipto se usaban como complementos al vestuario y en las ceremonias rituales. La diadema más antigua de la que se tiene referencia pertenecía a una princesa cuya tumba se halló en Abydos, y está datada del año 3.200 antes de Cristo. En la Antigüedad Clásica (Grecia y Roma), para las clases altas peinarse era una ceremonia en la que ya participaban especialistas del cabello, “tonsores”. El pelo solía recogerse sobre la cabeza especialmente mediante cintas, pañuelos y diademas. En la Edad Media, el uso de los tocados era muy moral. Las mujeres buscaban taparse el cabello y su uso vino condicionado por el pudor. Ya en el Renacimiento, predominaron las redes con pedrería y los casquetes de terciopelo. En el Barroco, por su parte, crecieron los volúmenes y se volvieron más atrevidos, llegando en el periodo Rococó a lucir tocados sofisticados con joyas engarzadas. Es sabido que María Antonieta llegó a colocar en su peinado una jaula con un pájaro en su interior. Con la Revolución Francesa, el cabello volvió a adoptar un estilo mucho más natural. En el Romanticismo y Realismo del S.XIX volvieron los detalles coquetos, los lazos y las grandes pamelas.

Sin embargo, ha sido en el S.XX cuando los recogidos han supuesto un mayor derroche de imaginación y creatividad. En los años 20, el charlestón impuso las lentejuelas; en los 30, Chanel, las cintas de raso con una perla; en los años 40 y 50, los sombreros tipo gánster; y en la década de los 60, Jackie Onassis puso de moda el sombrerito estilo azafata. Con los 70, los hippies impusieron sus cintas en la frente y, así, en estos últimos años hemos podido ver una gran variedad de estilos.

En los últimos años se han puesto de moda los tocados, las diademas, las cintas en la frente y, en definitiva, una gran cantidad de accesorios. Ya no sólo se utilizan para las bodas. Son muchas las mujeres que a diario adornan su cabeza con detalles coquetos, divertidos o sofisticados.