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Marc Jacobs deja Louis Vuitton para centrarse en su propia compañía
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Fin de una era

Marc Jacobs deja Louis Vuitton para centrarse en su propia compañía

16 años son muchos años. Hasta para una relación creativa, feliz y prolífica como la que Louis Vuitton y Marc Jacobs han mantenido desde 1997. El

Foto: En el último de desfile de Marc Jacobs para Louis Vuitton hubo homenajes como este a la caligrafía de Stephen Sprouse
En el último de desfile de Marc Jacobs para Louis Vuitton hubo homenajes como este a la caligrafía de Stephen Sprouse

16 años son muchos años. Hasta para una relación creativa, feliz y prolífica como la que Louis Vuitton y Marc Jacobs han mantenido desde 1997. El noviazgo se ha acabado oficialmente esta mañana, tras el que ha sido su desfile final para la maison francesa. Una ovación cerrada de un público entusiasmado y una pasarela llena de autorreferencias y de homenajes a esos tres lustros de creación ha cerrado un periodo tras el cual se abre una nueva etapa para Jacobs y su socio de toda la vida, Robert Duffy. Su idea es centrarse en su propia firma para hacerla todavía más fuerte e incluso acabar sacándola a Bolsa en unos dos o tres años. Y, de momento, cuentan con el apoyo de Bernard Arnault (presidente de LVMH, el conglomerado del lujo que es dueño de la tercera parte de la compañía del diseñador neoyorquino) para todo ello.

En Louis Vuitton España todavía no tienen comunicado oficial, pero remiten a todos los efectos a la información que ha aparecido esta mañana la biblia de la moda, WWD. Y eso sí, aseguran que los términos de la separación son totalmente amigables. No hay drama por lo tanto en la salida de Jacobs, que deja un hueco difícil de llenar. Aunque los medios especializados se han apresurado a ocuparlo con un nombre: Nicolas Ghesquière, ex director creativo de Balenciaga (de donde no se fue en términos tan amistosos) e íntimo, según afirma The Telegraph, de Delphin Arnault, hija del dueño de LVMH y segunda de a bordo en Louis Vuitton.

A Marc Jacobs Louis Vuitton le debe mucho: la revisión de sus bolsos icónicos (con unas ventas disparadas hasta el infinito desde hace más de una década). las colaboraciones con artistas de vanguardia como Stephen Sprouse, Richard Prince, Takashi Murakami y Yayoi Kushama, que marcaron un camino que otros ha seguido después. Pero, sobre todo, sus espectaculares creaciones de prêt à porter, algo de lo que la casa carecía hasta su llegada y que ha elevado a la altura de fenómeno global. Además de convertir sus desfiles en uno de los espectáculos más esperados y extravagantes de las semanas de la moda de París. Jacobs ha presentado a las modelos de Luis Vuitton subiendo y bajando de un ascensor decimonónico, entrando en la sala del desfile en un tren de vapor de verdad, en unas escaleras mecánicas creadas para la ocasión...

Pero no es el único movimiento sísmico de la industria de la moda. Hace solo unos días, Marco Zanini confirmó por fin que va a ser el encargado de crear la imagen de la mítica firma Schiaparelli para el siglo XXI, tras la colección tributo que Christian Lacroix elaboró en julio. Zanini se estrenará en enero con la Alta Costura que va a crear desde el mismo emplazamiento desde el que madame Schiaparelli imaginabasus irreverentes obras: el nº 21 de la Plaza Vendôme de París. A su marcha de Rochas le sigueAlessandro Dell'Acqua, que se hará cargo de esta firma francesa. Y hace apenas una semana Loewe anunciaba el fichaje de JW Anderson, una incorporación sorprendente y muy alabada por los críticos.

16 años son muchos años. Hasta para una relación creativa, feliz y prolífica como la que Louis Vuitton y Marc Jacobs han mantenido desde 1997. El noviazgo se ha acabado oficialmente esta mañana, tras el que ha sido su desfile final para la maison francesa. Una ovación cerrada de un público entusiasmado y una pasarela llena de autorreferencias y de homenajes a esos tres lustros de creación ha cerrado un periodo tras el cual se abre una nueva etapa para Jacobs y su socio de toda la vida, Robert Duffy. Su idea es centrarse en su propia firma para hacerla todavía más fuerte e incluso acabar sacándola a Bolsa en unos dos o tres años. Y, de momento, cuentan con el apoyo de Bernard Arnault (presidente de LVMH, el conglomerado del lujo que es dueño de la tercera parte de la compañía del diseñador neoyorquino) para todo ello.

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