Cuatro formas de sacarle partido a tu traje de chaqueta en otoño

Cuentan que el 'casual business' nació allá por los años 80 del siglo pasado en Silicon Valley. Fue entonces cuando, en la actual meca tecnológica del estado de California, las plantillas de trabajadores de pequeñas empresas –eminentemente masculinas– comenzaron a preocuparse más por sus balances de resultados que por la indumentaria elegida a la hora de acudir a su puesto de trabajo. ¿La razón? Estos empleados pasaban más tiempo delante de las pantallas de sus ordenadores que en interminables reuniones con uno o varios interlocutores.

De esta forma, aquel relax estético de los códigos de vestimenta tradicionales abría paso a polos, pantalones chinos o camisas y el traje clásico lo usaban los directivos de estas escuetas compañías. A partir de ahí, el concepto fue 'in crescendo'. De hecho, en 1992, el departamento de marketing de la firma americana Dockers creó un manual de estilo para saber llevar el 'business casual' que repartió entre sus responsables de recursos humanos. A partir de ahí, comenzaron a diluirse los cánones del preceptivo uso de la corbata y se normalizó aquello de saber vestir de calle, pero con distinción.

En ocasiones, y sobre todo para aquellos a quienes se les exige vestir según unos unos códigos de vestimenta –al menos– de lunes a jueves, resulta complicado decir adiós a la dictadura del traje. Pero ¿es posible marcar la diferencia aun llevando la indumentaria masculina por excelencia? La respuesta es sí. Y el otoño se convierte en la estación idónea para darle el giro definitivo.

1. Todo al 'color block'

Parece que el 'business casual' ha extendido ya sus tentáculos más allá de empresas y oficinas; desde la cumbre del G8 a la Cámara de los Comunes británica. Incluso importantes entidades como JP Morgan o Goldman Sachs han empezado a aceptar conjuntos más informales en sus departamentos informáticos. Aquellos que quieran mejorar su marca personal pueden optar por un conjunto con americana cruzada y polo negro.

Americana cruzada y pantalón de la colección 'Limited Edition' de Massimo Dutti (169 y 69,95 euros); polo de punto de Zara (29,95 euros); cinturón modelo Cervo de Hackett (100 euros); y mocasines de Pierre Darré (77 euros), disponibles en Yoox.com

2. Escala de azules

Cuando combinar una americana y un pantalón no encaja ni en la indumentaria del día a día de Mark Zuckerberg, nada como optar por un traje completo sin corbata. Es la opción menos encorsetada y más relajada. Con ella es posible conseguir el respeto de cualquier interlocutor sin que esto signifique una rebaja en su estatus.

Americana y pantalón de sarga disponibles en Zara (79,95 y 39,95 euros); camisa modelo Skyblue de Scalpers (59 euros); reloj modelo La Bohème de Cluse (c.p.v.); zapato modelo Spencer I de Bowtie (188,50 euros).

3. Tiempo para el microestampado

Las piezas que conforman el 'business casual' se superponen del mismo modo que las regletas de la mesa de mezclas de un DJ. Es preciso buscar el equilibrio hasta con un traje de tejido microestampado. Por ello, resulta imprescindible no sobrecargar y hacer que las prendas que se sitúen debajo del mismo sean planas: desde una camisa blanca o un polo de color azul marino hasta llegar a un jersey de cuello a la caja llegado el tiempo en que el otoño comience a hacer de las suyas.

Traje modelo Havana con estampado pata de gallo disponible en Suitsupply (299 euros); jersey de cuello cisne a la venta en Zara (19,95 euros); bolsa modelo Pelham Wilton de Hackett (595 euros); y zapatillas modelo Court Royale de Nike (55 euros).

4. El regreso de la pana

El mohair o la pana irrumpirán de nuevo el próximo otoño-invierno. Estampados como el tartán e incluso el terciopelo se trasladan al armario del hombre y abandonan su uso exclusivo para las noches de fiesta. Parece que el tejido estrella de la España del felipismo transita hacia nuestros días en clave 'millennial' y cool. Adiós a la camisa y bienvenidos sean los botines de piel capaces de lustrarse por sí mismos hasta en las jornadas de lluvia.

Americana y pantalón modelo Corduroy de J.Crew (466 y 247 euros); jersey de cuello a la caja disponible en Stradivarius (15,95 euros); botín de piel de Massimo Dutti (99,95 euros); y pañuelo de seda de Zara (9,95 euros).

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