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Las estrategias 'Juego de tronos' de la moda italiana para hacerse con los millennials
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Las estrategias 'Juego de tronos' de la moda italiana para hacerse con los millennials

Mascotas, aliens y dragones son los ingredientes de la receta italiana para hacerse con la exigente y esquiva Generación Z

Foto: Imagen: Dolce & Gabbana
Imagen: Dolce & Gabbana

Atraer a los millennials: ese es el objetivo primordial de la moda y el responsable de que las marcas cambien sus estrategias de forma radical de temporada en temporada con la esperanza de entender lo que los integrantes de esta generación realmente quieren. Sin embargo, quizás la clave de esta fórmula sea comprender que lo que quieren hoy tal vez no lo quieran ya mañana. Si hay una semana de la moda que se centra en este complicado cometido, esa es la italiana. Las firmas han dado esta temporada una especial importancia a la escenografía y a la espectacularidad de los desfiles para lograr, por una parte, la atención de la Generación Z y, por otra, para conseguir esos cada vez más esquivos titulares.

Dolce & Gabbana es la marca que mejor comprende a los millennials. Para algo, al fin y a cabo, Stefano Gabbana dedica tres horas diarias a revisar las redes sociales, a comentar a sus seguidores y detractores y a fichar a nuevos rostros con un suculento número de followers que más tarde subir a la pasarela.

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Imagen: Dolce & Gabbana

Su desfile, 'Secrets and Diamonds', cuenta con modelos como Lady Kitty Spencer, Emma Weymouth y Maddi Waterhouse que, si no sabes quiénes son, indica que no vives pegada a las redes, como sí hace el dúo creativo. Mientras que muchos critican este afán de la marca por diseñar por y para una nueva generación cuyo poder adquisitivo todavía no le permite comprar un diseño de 5.000 euros, lo cierto es que los crecientes beneficios de la firma demuestran que lo están haciendo bien. Mientras mantienen felices a la futura generación de compradores de la marca, estos van invirtiendo en gafas de sol, perfumes, maquillaje y carcasas de móvil. Y aunque algunos tilden sus diseños de ridículos, como su bolso 'All you need is love and wifi', hay que dejar claro que estos, así como el bolso en cuestión, se agotan. Sí: el box bag de mensaje digno de Mr Wonderful cuesta casi 3.000 euros y ya está agotado. Minipunto para los Dolce.

Para que su público no solo logre una buena foto de Instagram, sino un poco de espectacularidad extra, los bolsos los mostraron sobre la pasarela drones. Y punto.

Los millennials quieren ver a sus ídolos, y una modelo escultural cuya madre es carne de reality, cuyo novio es una estrella pop y que cuenta con una Barbie propia es el icono por antonomasia. Por eso, Tommy Hilfiger ha vuelto a ceder el protagonismo del desfile a Gigi Hadid, que ha presentado su cuarta y definitiva colección junto a la marca. El show tuvo lugar en una suerte de pista de Fórmula 1 creada para la situación, con 212 metros de recorrido que Gigi recorrió tres veces.

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Imagen: Gtres

Donatella Versace quiso que la nostalgia se hiciera con la pasarela al llevar looks dignos de la película 'Fuera de onda' al desfile, donde los logos se convirtieron en los reyes indiscutibles y el patchwork hizo que el punk se revistiera de un halo deluxe.

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Imagen: Gtres

Pero si hay una firma ganadora, esa ha sido Gucci. Su desfile 'Cyborg' ha contado con dragones y con cabezas cortadas y se ha hecho con los memes y con las redes sociales, señal inequívoca de que ha ganado la partida. Incluso Emilia Clark, la actriz que interpreta a Khaleesi en 'Juego de tronos', ya ha preguntado en Instagram dónde puede hacerse con el dragón de la marca. Por si fuera poco, la firma ha fichado como musa al último icono millennial, Jessica Barden, la protagonista de la aclamada serie de Netflix 'The End of the Fucking World'.

Pero cuidado: si algo gusta más al público que un dragón es un dulce perrito y por ello la firma Tod´s hizo a Gigi Hadid desfilar con un perro debajo el brazo. ¿Se acordará alguien de la maxichaqueta y de los pantalones oversize que llevaba la modelo? Difícilmente. ¿Y del perrito en cuestión? Seguro. En una pasarela en la que todos quieren dejar huella, nada como una mascota ‘cuqui’ para hacer a los asistentes recordar un desfile que de otra forma habría pasado sin pena y gloria.

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Imagen: Moschino

Si algo le gusta al mundo es una buena teoría conspiranoica y Jeremy Scott ha hecho de su desfile el epicentro de las teorías más alocadas. La pregunta con la que abre el show es qué pasaría si Jackie Kennedy hubiera sido en realidad un alien, un giro de tuerca a la teoría que dice que Kennedy le confesó a Marilyn Monroe que los extraterrestres existen, razón por la cual ambos tuvieron que ser exterminados. ¿El twist final? El que algunas modelos desfilaran con la cara verde o azul, convertidas en aliens de la moda, y un cierre de desfile en el que la omnipresente Gigi Hadid indica al mundo que para alienígena, para musa y para estrella millennial, ella.

Atraer a los millennials: ese es el objetivo primordial de la moda y el responsable de que las marcas cambien sus estrategias de forma radical de temporada en temporada con la esperanza de entender lo que los integrantes de esta generación realmente quieren. Sin embargo, quizás la clave de esta fórmula sea comprender que lo que quieren hoy tal vez no lo quieran ya mañana. Si hay una semana de la moda que se centra en este complicado cometido, esa es la italiana. Las firmas han dado esta temporada una especial importancia a la escenografía y a la espectacularidad de los desfiles para lograr, por una parte, la atención de la Generación Z y, por otra, para conseguir esos cada vez más esquivos titulares.

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