Todo al camel: cinco looks monocromáticos perfectos para ir a la oficina

Camel, nude, pardo, maquillaje, ocre o caramelo. La gama tonal de la temporada se declina en todo el espectro cromático propio del otoño. La moda hunde sus raíces en las diferentes variedades de esos colores tierra que ya causaron furor a finales de la década de los 90 y principios de los 2000. Pocas prendas y accesorios –independientemente de su categoría o patrón– escapan a estos tonos que rinden homenaje a la madre naturaleza.

El invierno se conjuga pues en tonos áridos. ¿Los causantes de este ‘cambio climático’ fashion? Muchos. El precursor fue, sin duda, Simon Porte Jacquemus. El modisto marsellés se inspiró en el zoco de Marrakech para mostrarle al mundo una colección de vestidos inspirados en la tradición magrebí con la que quiso rendir tributo a Yves Saint Laurent. Su propuesta, donde los colores tierra se convirtieron en los protagonistas, también se ha hecho extensible a otras como las de Hermès –que hace de abrigos de paño y vestidos de lana en estas tonalidades su bandera–, Miu Miu y sus cazadoras de charol de inspiración ochentera o Lacoste, que trae looks inspirados en Laponia.

Si tejidos como el borreguito o el tartán se han convertido en los verdaderos best sellers del momento, ¿por qué no probar con esta tendencia que eleva al marrón a los altares de la sofisticación? Prueba con alguno de estos looks monocromáticos para ir a la oficina; no hay sequía fashion que valga.

Cowgirl

Imposible escapar de la tendencia western. Botas, sombreros fedora y cinturones cuajados de tachuelas son solo algunos de los complementos con los que aderezar cualquier conjunto de invierno. Pero ¿y si llevamos la tendencia a pantalones, camisas o cazadoras? Isabel Marant, Sandro, Versace o Levi’s son solo algunas de la firmas que tienen la fórmula para llevar los colores tierra en clave cowgirl a la oficina. Sin olvidar, por supuesto, los botines blancos que, por la gracia de Calvin Klein o Dsquared2, han regresado al zapatero de cualquier insider.

De izquierda a derecha: Pantalón de pana de Avellaneda; Brazalete y pendientes de Yanes Young; Gafas de Ralph Lauren; Botín de Tod’s; cazadora de ante en color maquillaje de Sandro; pañuelo de Dior; Bolso de La Portegna; Botines de Tod’s.

Rumbo al Polo Norte

Texturas como la pana, el ante o el pelo son tres de los tejidos estrella de todos los inviernos. Por los siglos de los siglos y por la obra de algunas firmas como Etro, Coach o Inuñez. La estética furry se suaviza y se convierte en algo apetecible –como los jerséis de Balenciaga– y el calzado propio de los habitantes de Laponia aparece en este hemisferio en clave abrigada y cool. ¿La gama cromática? Crudos, ocres y beis. Porque los días grises propios del invierno también necesitan algo de luminosidad.

De izquierda a derecha: Pantalón de piel de Uterqüe; Sandalias con tachuelas y suela de borreguito de Birkenstock; Pendientes de Mercedes Salazar; Sortija de Alibei; Cazadora de pana y borreguito de C&A; Bolso de ante tricolor de Coccinelle; Pañuelo de Louis Vuitton; Bota de pelo de Mou.

Masculino singular

Hay vida más allá del traje sastre. Lo saben en Loewe, Carven, Michael Kors o Versace. Estas son algunas de las firmas que apuestan por dotar a la mujer de una masculinidad sin parangón. También en colores tierra y donde los maxiabrigos, los pantalones de talle alto o de pinzas o los jerséis sobredimensionados. La nueva feminidad pasa por las prendas estructuradas que hacen de los cuadros príncipe de Gales o las rayas algunos de los estampados estrella del momento.

De izquierda a derecha: Abrigo de cuadros de Ralph Lauren; Jersey de Woolrich; Pendientes de aro en oro amarillo de Aristocrazy; Zapatillas modelo 990, de New Balance; Gafas de sol de Marc Jacobs; Bolso de piel de Yliana Yepez; Pantalón vaquero blanco de J Brand.

Una mañana en el campo

El otoño y sus reminiscencias country invitan a traer el Lejano Oeste a este lado del Atlántico. Para dar el salto al ruedo en clave sofisticada y chic. Aparecen los flecos en abrigos o chaquetas que firmas como Givenchy o Gucci proponen con maestría. Detalles que dotan de una inusual vida a cada prenda que los contiene. Faldas, botas y sombreros de ala ancha son otros de los aliados de un duelo donde la triunfadora siempre serás tú.

De izquierda a derecha: Falda de C&A; Gafas de sol de Polaroid; Sombrero de Woolrich; Bota de Zara; Jersey de Uniqlo; Abrigo camel con flecos, de Max Mara; Bolso de piel con asa en carey de Adriana Castro.

Fluido y chic

Resulta imposible escapar de la apariencia fluida de ciertas prendas. Da igual que el invierno esté a la vuelta de la esquina. Los patrones con siluetas ‘paper bag’ que proponen Versace o Burberry hacen del effortless una de las grandes enseñas estéticas de la temporada. Camisas livianas combinadas con jerséis de punto, así como mezclas de texturas que invitan a hacer del invierno todo un alarde de patrones primaverales escritos en colores tierra.

De izquierda a derecha: Camisa en seda de Mónica Cordera; Jersey con cuello cisne de Uniqlo; Collar de Unode50; Bolso de ante y piel de Alumbra; Zapatos con cordones y piel de borrego de Stuart Weitzman; Gafas de sol de Michael Kors; Pantalón de seda con lazo de Mónica Cordera.

Escala de marrones

Lana, seda, borreguito y ante. Cuatro texturas que, mezcladas pero no agitadas, se convierten en una de las combinaciones más sobresalientes de esta tendencia. Cinco propuestas que van desde el bolso a las botas y que puedes comprar con tan solo un clic.

1. Falda marrón de Marni (223 euros). 2. Cazadora de borreguito de Levi’s (104 euros). 3. Bolso modelo Saco elaborado en piel de Mansur Gavriel (715 euros). 4. Botines modelo Boogie en gamuza de Aquazzura (625 euros). 5. Pañuelo modelo Plaid Gold de Lovat & Green (105 euros).