Este es el bolso de moda de las influencers
Se llama Book Tote y lo firma Dior. Y en él, sin duda, habrá de todo menos libros. Aunque por su tamaño cabe prácticamente de todo
Si tuviésemos que hacer una lista de bolsos icónicos y favoritos se nos vendrían muchos a la cabeza: el 2.55 de Chanel, el Birkin o el Kelly de Hermès, el Lady Dior de Dior, el siempre clásico Amazona de Loewe, el Neverfull de Louis Vuitton o el Baguette de Fendi que nunca pasa de moda, Le Pliage de Longchamp -el que todas nos podemos permitir-... Y la lista podría continuar con el Antigona de Givenchy, que muchas han desterrado en el armario, el Luggage de Céline -con tilde, de la época de Phoebe Philo-, el Bamboo de Gucci -que fue lo más en los 50-... A todos estos hay que sumar los que son la 'pomada' ahora. El Saddle de Dior -que fue desterrado y que ha vuelto con más fuerza que nunca-, el Puzzle de Loewe en más colores que el propio arcoíris -creado por JW Anderson-, el Dyonisus de Gucci -con el vivo sello de Alessandro Michele-...
En fin, que la lista de envidias y bolsos podría seguir sumando nombres, porque el universo de la moda no tiene límites pero nuestro armario sí. Porque no tiene tantas baldas ni presupuesto. En definitiva, que entre todas esas firmas hay una que destaca sobre las demás y esa es Dior. ¿La culpa? El Dior Book Tote.
Desde que María Grazia Chiuri pusiera un pie en la casa francesa -siendo la primera directora creativa de la firma-, Dior ha sido toda una revolución. Ya quisiera Che Guevara. No solo ha reinventado el Saddle -con el antiguo nos conformamos igual, snif-, sino que ha puesto de moda el capazo 'haute couture'. Nada del cesto de mimbre del mercadillo de Marbella o el regateado en los pueblos fronterizos de Portugal. El capazo que propone la diseñadora italiana es de piel, con asa corta, corte cuadrado y con tejidos diseñados para la maison.
Palabras de Dior: "Aporta una elegancia informal". Estamos completamente de acuerdo. Porque cabe el ordenador, el iPad, el eBook, el pijama, los pañales del niño, la agenda, el teléfono, la Moleskine, la compra del día y lo que haga falta. Y no lo sabemos porque tengamos uno -ojalá-, sino porque se ha convertido en una plaga de Instagram. Eso sí, en las cuentas que acumulan likes y en las respectivas cuentas que acumulan ceros.
En la lista de influencers encontramos desde las internacionales Chiara Ferragni, la brasileña Camila Coelho o Aimee Song de 'Song of Style'... A las españolas, como a Aida Domenech alias Dulceida o a Laura Escanes. Lo más llamativo es, que mientras algunas van con la mochila de Quicksilver de la universidad para que Ryanair no les -nos- cobre de más, o el maxibolso de Zara en el que te caben hasta las zapatillas de estar por casa, las celebrities 2.0 optan por posar -de forma muy natural, claro- con él en sus looks de aeropuerto.
Menos Eugenia Silva, que tiene estilo hasta para eso. Muchas de ellas, incluso, hasta tienen el bolso personalizado. Como cuando tú le pones un llavero porque al personalizar cualquier bolso te cobran 10 euros de más. O como cuando pones el lacito de colores porque, según tu madre, si no te pueden robar y así, de paso, queda más mono.
Práctico hasta decir basta, y elegante a raudales, el Book Tote de Dior es ya tendencia. Pensado para working girls, lo usan más girls que workers, pero cumple una función clara: ayudar a cargar con todo y hacernos suspirar por él.
Si tuviésemos que hacer una lista de bolsos icónicos y favoritos se nos vendrían muchos a la cabeza: el 2.55 de Chanel, el Birkin o el Kelly de Hermès, el Lady Dior de Dior, el siempre clásico Amazona de Loewe, el Neverfull de Louis Vuitton o el Baguette de Fendi que nunca pasa de moda, Le Pliage de Longchamp -el que todas nos podemos permitir-... Y la lista podría continuar con el Antigona de Givenchy, que muchas han desterrado en el armario, el Luggage de Céline -con tilde, de la época de Phoebe Philo-, el Bamboo de Gucci -que fue lo más en los 50-... A todos estos hay que sumar los que son la 'pomada' ahora. El Saddle de Dior -que fue desterrado y que ha vuelto con más fuerza que nunca-, el Puzzle de Loewe en más colores que el propio arcoíris -creado por JW Anderson-, el Dyonisus de Gucci -con el vivo sello de Alessandro Michele-...