Los CEO del lujo son las nuevas estrellas de las marcas
Antes los CEO eran los grandes desconocidos de la industria de la moda, pero hoy son más visibles y poderosos que nunca. Descubre qué ha cambiado en la moda para que así sea
Si tuviéramos que hablar del rey de la moda, no señalaríamos ni a Marc Jacobs ni a Virgil Abloh, sino a Bernard Arnault, que, por cierto, es ya el segundo hombre más rico del mundo. Mientras que antes los directores creativos de las firmas de moda eran las estrellas de la industria, ahora las cosas están cambiando y son los CEO de las marcas los que se están haciendo con todas las miradas y aplausos.
Bernard no responde ya a la imagen del todopoderoso de la moda (LVMH posee firmas como Christian Dior y Givenchy) que antaño no se dejaba apenas ver en los desfiles y cuyo nombre se oía hasta la saciedad sin saber casi nadie quién era en realidad este mesías. Arnault acude a los desfiles con orgullo e inmortaliza cada uno de los looks presentados con la misma devoción que un influencer dispuesto a llenar sus redes sociales con las mejores imágenes.
Él posa con las celebridades que son embajadoras de sus marcas y con los diseñadores que son aplaudidos por sus creaciones, pero el cambio real es que los directores creativos no son tan venerados como él, pues en el fondo -y en la superficie- Bernard Arnault es el jefe de todos. Sí: Bernard es el jefe de Rihanna, de Virgil Abloh y de Charlize Theron. Bernard es el rey Midas de la moda, y su presencia en las fotografías de cualquier noticia que involucre a una de sus marcas es esencial para dar poder a la noticia y a la firma.
Mientras que antes la pareja creada por el director creativo y el CEO se aseguraba de fijar la mirada siempre en el primero, teniendo el CEO un papel discreto (como por ejemplo, el que tenía Robert Duffy, siendo Marc Jacobs la estrella de la pareja laboral y Duffy manteniendo su papel de silente acompañante), ahora el CEO es el rey del mambo… Perdonad: de la moda.
El silencio en la actualidad y la discreción no tienen ya sentido en estas relaciones. Cuando la tragedia de Notre-Dame tuvo lugar, François-Henri Pinault, presidente de Kering, se encargó de anunciar a través de la cuenta del conglomerado de lujo que cedería 100 millones de dólares para financiar la reconstrucción de la catedral. La familia Arnault, por su parte, donó 200 millones de euros.
Hoy los CEO posan vestidos de los pies a la cabeza de las marcas que engloban sus grupos, utilizan las redes sociales para hablar de sus firmas y resolver situaciones de crisis y sirven para dar fuerza a sus conglomerados a través de un nombre y, sobre todo, una imagen cada vez más visible.
Si tuviéramos que hablar del rey de la moda, no señalaríamos ni a Marc Jacobs ni a Virgil Abloh, sino a Bernard Arnault, que, por cierto, es ya el segundo hombre más rico del mundo. Mientras que antes los directores creativos de las firmas de moda eran las estrellas de la industria, ahora las cosas están cambiando y son los CEO de las marcas los que se están haciendo con todas las miradas y aplausos.