VANITATIS STUDIO

Anna Castillo: "Ahora los reporteros se cortan más al decirte lo guapa que estás"

Hablamos con la actriz sobre sus proyectos, sobre ser fotografiada con su pareja entre cañas y croquetas y sobre un 'guest star' insospechado: un sofá que tiene mucho que contar

Texto: Marita Alonso
Estilismo: Carla Aguilar
Fotos: Rubén Vega
Asistente de estilismo: María Vidal
Técnico digital: Orlando Gutiérrez
Maquillaje y peluquería: Pedro Cedeño
Producción: Cristina Diéguez
Agradecimientos: Flores Bora



Jamás pensé que comenzaría una entrevista utilizando un adjetivo que en mi mente solo se puede utilizar al hablar de Juan Carlos I, pero para hablar de Anna Castillo no basta con alabar sus dotes interpretativas, sino que es menester utilizar una palabra que se había reservado al tan polémico monarca: campechana. Anna podría ser la vecina de al lado o tu prima la enrollada, pero también es una de las actrices más portentosas de su generación, que con tan solo 26 años (me estoy empezando a marear solo de escribir su edad) ya tiene un Goya, sale en las portadas de las revistas del corazón junto a su chica, Lara Blanco (luego hablaremos de estas fotografías, pero he de hacer un ‘spoiler’: a ella tampoco le hace gracia ser fotografiada zampándose una croqueta), y una carrera repleta de éxitos y retos. Hace unos días se estrenaba ‘La línea invisible’, una serie de Movistar+ sobre el origen de ETA. Sin lugar a dudas, si hay una actriz 360º en nuestro país, esa es Anna.

¿Le dio miedo la posibilidad de sentir cierta empatía con el polémico personaje que interpreta? “Bajo mi punto de vista, no interpreto a un personaje malvado, aunque estuvo en el grupo que decidió pasar a la lucha armada de ETA. Por supuesto, se les fue de las manos, pero en realidad era gente muy joven que luchaba por unos ideales y contra la opresión. Por supuesto, puedo compartir sus valores, pero, lógicamente, no sus acciones. No he tenido que hacer un personaje que me haya costado justificar, y creo que cuando la gente vea la serie, se dará cuenta de que lo interesante es también ver el otro punto de vista. Sabrán que esos personajes tenían unos sueños y unas ideas de crear un lugar mejor”. En su voz se nota cierta cautela aderezada con una pizquita de precaución, pues hablar de ETA es siempre un tema espinoso. Precisamente en ‘Paquita Salas’, serie en la que también ha participado, Verónica Echegui interpretaba a un personaje que gritaba “me cago en España” y era presionada por la productora para disculparse por sus palabras para no hundir la producción en la que trabajaba. Anna no parece dispuesta a cagarse en nada ni nadie y sabe que ha de medir sus palabras al hablar de un asunto tan delicado.

Anna Castillo
Top de ZARA y pantalón vaquero de LEVI’S.


La chica del grupo

En más de una ocasión a lo largo de la charla señala que en la serie interpreta a “la chica del grupo”. ¿Ha notado que su personaje tenía que justificar sus acciones más que el resto por ser una mujer? “Entre ellos es uno más, pero cuando hay discusiones fuera del grupo, sí siente que se la valora menos. Entró siendo 'novia de', pero lo interesante es que tiene que lidiar con ciertos temas femeninos dentro de un contexto muy concreto”, explica. En la ficción ya sabemos cómo se siente, pero en la vida real, ¿le parece a Anna Castillo que las mujeres todavía tenemos que demostrar más las cosas? “Yo he crecido, como todos, inmersa en el machismo, pero desde hace algunos años he ido abriendo los ojos. Ahora noto que hay cierto pudor, por ejemplo, en alfombra roja, porque los reporteros se cortan más al decirte lo guapa que estás, lo desnuda o no que vas, lo incómodos que son tus tacones…. Pero sigue habiendo salidas de tono, claro. Como actriz, la brecha salarial sigue ahí, y va a seguir estando durante mucho tiempo, porque la gente no habla de sueldos. Yo siempre he tenido poco pudor con el dinero, pues es parte de nuestra cotidianidad. El problema es que nunca sabremos la realidad absoluta, a no ser que un día le pregunte a un productor cuánto le está pagando a este, al otro y cuánto me va a pagar a mí…”.

Anna Castillo
Camiseta de CARLOTA BARRERA, pantalón de ZARA y gabardina de MANGO.


El miedo a la derecha

Anna Castillo no esconde su ideología política. Muy aplaudida fue su respuesta cuando la diputada de Vox Alicia Rubio explicó por qué no veía mucho cine. “Todas las niñas quieren ser Frozen y quieren hacer que Frozen sea lesbiana. Las niñas querrán el vestidito y la amiguita de Frozen”. Anna estalló. "Yo no quiero el vestidito, quiero la amiguita de Frozen. Pero qué mierda es esta. Nunca ha habido un referente gay en Disney y la homosexualidad existe. No hace falta que nos lo den para que exista. Ya que existe, dalo. Yo he ido a un colegio de curas. ¿Me ve sotana, señora?", dijo Castillo.

Anna Castillo
Body y pantalón de PEDRO DEL HIERRO.


Lecciones de profesión y vida

Todavía está por confirmar la fecha del estreno de la película ‘La vida era eso’, la ópera prima de David Martín de los Santos en la que comparte pantalla con Petra Martínez. Resulta difícil no establecer ciertos paralelismos con ‘Viaje al cuarto de una madre’, cinta que comparte con Lola Dueñas, al volver a lidiar un reto interpretativo entre dos mujeres de edades muy diferentes. “En mis experiencias tanto con Petra como con Lola, he visto algo que no vivo con las actrices de mi generación, y es ese agradecimiento por tener personajes interesantes que interpretar. Ellas se esfuerzan el doble y actúan con unas ganas que a las de generaciones posteriores, a veces, se nos olvida. Petra tiene 75 años, pero es la persona con más energía con la que jamás he trabajado. Me daba como envidia cuando la veía actuar y desenvolverse”, dice con admiración. Es consciente de lo afortunada que es por vivir en un momento en el que las actrices, por fin, cuentan con una amplia gama de registros interesantes y de personajes complejos.

Por eso, le pregunto si no se plantea marcarse un Reese Witherspoon, que, como tantas otras actrices de Hollywood, ha creado su propia productora para financiar proyectos interesantes. “¡Sería lo más! Tengo un grupo de WhatsApp con mis amigas, en el que están Belén Cuesta y Macarena García, que se llama Big Little Lies, y hemos hecho un montaje con nuestras caras sobre las de las protagonistas. Me encantaría marcarme un Reese. Es que volviendo al tema de antes, supongo que cuando te pones en contacto con mujeres que han vivido otras épocas, al ver cómo actúan, te sirve como recordatorio de que te lo tienes que currar mucho ahora, porque no sabes cómo van a ir las cosas”. Por cierto, su cara..., ¿sobre la cara de qué actriz de la serie está en el montaje? “Todos sabemos que la guapa es Zoë Kravitz, pero yo soy Shailene Woodley”, asegura. (Un inciso: si eres capaz de teclear el nombre y el apellido de la actriz sin chequear Google, te admiro. Pero sigamos con nuestra princesa y su castillo…).

Anna Castillo
Chaqueta de MARELLA y pantalón de BA&SH.


Relaciones de conveniencia

Aunque Anna es siempre una de las mejor vestidas en la alfombra roja, parece ser que el mérito es de Freddy Alonso (su estilista), pues no duda ni un momento sobre cómo definir su relación con la moda. “Es un poco forzada, porque no es algo que me habría salido a mí de forma genuina. Soy muy relajada para estas cosas de 'ponerme guapa', pero la moda me parece superinteresante a medida que he ido conociendo más este mundillo”. No puedo evitar comentarle que ya he visto dos momentos influencer de alta categoría en sus redes: Loewe le ha enviado el codiciado bolso Balloon y en Instagram ha posado con un sofá maravilloso que huele a cohecho desde aquí… “¿De verdad quieres que te diga lo que ha pasado con ese sofá? Pues te lo digo: fui YO la que lo pidió, y me hicieron un gran descuento. Cuando me hice mayor, me di cuenta de una cosa muy fuerte: los sofás son carísimos. Por eso escribí a una marca que tenía un sofá que me encantaba, y me dijeron que si subía una foto, me hacían un pedazo de descuento. ¿Que qué dije? Que pa’lante, claro. Eso es ser un poco influencer, ¿no? Luego llega una marca que te regala algo que te gusta y qué menos que dar las gracias. Loewe me llevó a París a ver su desfile y cómo no se lo voy a agradecer...”.

Anna Castillo
Camisa de PSOPHIA y braguita de SANDRO.


Relaciones fugaces...
y las que son menos

Al hablar ‘La vida es eso’ sobre la levedad de los vínculos, me interesa saber si le parece que en el mundo en el que ella se desenvuelve, las relaciones son efímeras y algo vacías. “Yo comparto mi vida con quien la quiere compartir conmigo. Tengo amigos de este mundillo y otros que no tienen nada que ver. Hay quien cree que esta profesión es superficial, pero he aprendido a ser desapegada. En un rodaje vives 24 horas con la misma gente y nos cogemos cariño, pero no son mis amigos del alma. No es que sea fría, es que he tenido que aprender a pasar página, porque después vas a hacer otro proyecto y te va a tocar volver a dar lo mejor de ti a otra gente. No es que seamos falsos, es que para sobrevivir has de despegarte emocionalmente para que no se te vaya la cabeza”.

Hablando de gente a la que se le va no la cabeza, sino las maneras, ¿le preocupa volverse una diva y dejar de ser esa mujer campechana (segunda vez que utilizo la palabreja, lo sé. A la tercera, exijo mi despido)? “Yo creo que no me va a pasar, porque ¿qué es lo que te tiene que pasar para que te vuelvas tontorrona? Por bien que me estén yendo las cosas, sigo siendo igual y estoy tranquilísima. Yo creo que hay gente que es más influenciable y vive con cierta desestabilidad, por lo que sí termina en una situación complicada de gestionar…”, dice reflexiva.

Anna Castillo
Americana, camisa y pantalón de ÁNGEL SCHLESSER.


Hablando de cosas difíciles de gestionar, le menciono que acaba de salir en la portada de una popular revista junto a su chica. “¡Es que es la segunda vez que me sacan! La primera fue en Cádiz y salgo con Lara (su pareja), porque es lo que más les interesa de mi vida, y ahora me han fotografiado de cañas. En las fotos de dentro estoy horrorosa. Me molesta que me hagan fotos cuando me como una croqueta, pero es que encima ¡salgo fea! Mi novia es majísima y no se enfada, pero pobrecita”.

Anna Castillo no esconde su relación en sus redes sociales, y no lo hace por la misma razón por la que precisamente Dulceida, que acaba de publicar un vídeo hablando de la visibilidad de diferentes parejas, habla con toda naturalidad de su mujer: porque ambas entienden que lo NORMAL es hacerlo. Cuando Anna subió una foto junto a Lara por primera vez, no le dio muchas vueltas. “Siempre había subido foto con mis novios, y lo había hecho porque estaba enamorada. Cuando estás enamorada, te gusta que la gente lo sepa, y por eso subes fotos. Cuando me enamoré de Lara hice lo mismo, no hay un trasfondo. Jamás pensé en lo que iban a decir”, asegura. Anna no lo sabe, o quizás sí, pero cada gesto que hace, cada foto que sube y cada caricia que da sin miedo al qué dirán, cambia las cosas. La vida era eso: no ocultar. La línea invisible es esa, la que pasas sin pretenderlo y te ayuda a visibilizar. Lo que Anna no sabe, o quizás sí, es que gracias a ella, la siguiente generación, por fin, estará más cerca de no tener que esconderse en ningún 'castillo'.