Las hermanas Olsen: looks por los que son dos iconos de moda únicos

Mary-Kate y Ashley Olsen (1986) reinan silenciosamente en Manhattan. Las diseñadoras mueven los hilos de su marca The Row con auténtica destreza. Todos sus accesorios se convierten en un éxito con lista de espera, algo harto difícil, ya que ninguno baja de las cuatro cifras.

Complementos solo aptos para un tipo de mujer acaudalada y conocedora de que más allá del gusto está el estilo. Aquí nos encontramos con el de estas dos gemelas que salieron de una serie televisiva y han sufrido una metamorfosis similar a la de Victoria Beckham.

Vivieron una infancia extraña, adulta, trabajando desde que eran dos bebés en ‘Padres forzosos’, quizá por eso han sido dos mujeres prematuras y a los 21 años fundaron su firma. En ese momento asumieron el papel de empresarias maduras en una firma que se podría calificar con el mismo adjetivo.

¿Su primera modelo de campaña? Una influencer, sí, pero de otro orden, la mismísima Lauren Hutton, que por aquel entonces contaba con 63 años. Sus primeras prendas ya eran una declaración de intenciones: tonos neutros, patronaje impecable y sastrería adulta.

Sus siguientes campañas fueron un eco de la primera, intachables prendas de exterior, maxigafas, bolsos XXL de corte impoluto… Los críticos no podían cerrar la boca ante la consistente colección que les rendía año tras año, y ellas en cada evento posaban como las mejores embajadoras de un estilo propio que borró su pasado televisivo de las mentes especialistas en moda y las encumbró hasta hoy al olimpo de los grandes creadores norteamericanos.

Madurez, en su moda y en sus relaciones, todos pusieron el grito en el cielo cuando Mary-Kate (las dos miden 1,57 m) empezó a pasear de la mano de Olivier Sarkozy, hermano del ex primer ministro francés, del que le separaban la friolera de 17 años. El matrimonio tan solo duró cinco años, y Mary-Kate Olsen hace tres solicitó el divorcio por la vía rápida, según documentos judiciales obtenidos por el portal 'TMZ'.

Por otro lado, Ashley dio a luz a su hijo, Otto, hace unos meses en Nueva York junto a su marido, Louis Eisner, con quien se casó en diciembre del año pasado. Historias diferentes en dos mujeres con un mismo estilo.

Su mochila de cocodrilo negra de 39.000 dólares era una declaración de intenciones, no quieren llamar la atención de cualquiera. Coherentes en cada gesto, su estilo no se ha modificado a lo largo de estos años en las alfombras rojas de los grandes eventos, siempre invitadas a la Met Gala, a los CFDA y a cualquier reunión fashion en la capital de la moda americana.

Han formado parte de nuestra memoria colectiva desde siempre, pero ahora desde una faceta muy diferente. Ellas además no compiten, no presentan colecciones a lo loco, están mucho más en la línea de su compatriota Tom Ford que en la senda de las marcas comerciales con un objetivo constante. Su éxito es su secreto y lo guardan con la misma discreción que viven su vida personal.

Ellas han creado una forma diferente de entender la sofisticación y la moda, con un toque genuino y aire místico que nos encanta. En este mundo en el que el consumo y los logos parecen gobernar, se han rendido al movimiento que promueve la celebritie Julia Restoin Roitfeld (hija de la famosa estilista Carine Roitfeld), el #lessismore, muy en la línea de lo que decía Armani: menos es más. Si nuestra economía acompañara, prometemos que seríamos fieles a su 'menos ropa pero toda de The Row'.