Balenciaga sabe los trucos para atraer a la generación Z
Descubre cuáles son los secretos de Balenciaga para atraer a las generaciones más jóvenes al mundo del lujo
Últimamente las marcas nos sorprenden con la actitud de las modelos en sus lookbooks y en las fotografías de ecommerce. Las mujeres que posan para Zara llegan a hacerlo subidas a los fogones de la cocina enfundadas en zapatos de tacón haciendo que la cara de incredulidad con la que vemos cada campaña permanezca días imborrable. Balenciaga ha decidido, por su parte, sorprender también, pero para hacerlo no ha recurrido a poses insospechadas, sino a las que estamos habituados a ver en nuestro día a día, en especial, en las generaciones más jóvenes: sus modelos aparecen mirando sus teléfonos móviles ajenos a lo que ocurre fuera de sus pantallas.
Para la colección otoñal del año pasado, Demna Gvasalia ya daba a sus modelos instrucciones acerca de cómo mirar sus teléfonos, lanzando de esta forma el mismo mensaje: estamos tan obsesionados con ellos que forman parte ya no de nuestros looks, sino casi casi de nosotros mismos al ser prácticamente una extensión de nuestro cuerpo. Demna Gvasalia sabe convertir lo cotidiano en moda, y tras haber hecho de las camisetas de reparto la prenda it de la mano de Vetements, ahora repite fórmula con móviles e iPads para que la gente se sienta reflejada.
Sin embargo, no busca solo que nos identifiquemos con las imágenes, sino que reflexionemos de forma crítica acerca de nuestra actitud. Al mismo tiempo, Balenciaga vuelve a demostrar ser una marca experta en atraer al público más joven al seguir logrando con sus últimas imágenes promocionar los que son conocidos como caramelos para snobs o las llaves hacia el lujo, es decir, aquellos accesorios de precios más asequibles que el resto de la colección con los que sentirse parte de la comunidad Balenciaga pese a no invertir para ello ingentes cantidades económicas.
Ya en la colección resort demostraba con orgullo tener un bolso casi para cada look, muchos de ellos más pequeños, y lo cierto es que en la moda, el tamaño importa, pues la firma tiene un apartado en la web llamado 'accesorios pequeños'. No es que el tamaño sea lo importante en sí, sino los precios, pues al contrario de lo que ocurre con el Chiquito de Jacquemus, en muchas ocasiones, cuanto más pequeño, más asequible. Balenciaga se une de esta forma también a la venta de fundas móviles, ideales para iniciarse en el lujo y para servir como paso previo a la compra, por ejemplo, de unas de sus míticas deportivas.
Las imágenes de la colección pre-fall también se esfuerzan por mostrar los llaveros de la marca, otro clásico para adentrarse en el lujo sin tener que desembolsar cantidades desorbitadas, y no se olvida de introducir por fin el athleisure en sus diseños. Sudaderas y leggings, algunas con la llama olímpica que funciona como guiño a las Olimpiadas, sirven también para atraer a las nuevas generaciones, ansiosas por tener moda deportiva de las grandes marcas.
Balenciaga presenta la colección emulando las fotografías con marca de agua procedentes de los bancos de imágenes y recuerda a las fotografías de pedida de mano que inundan en las redes, donde es tan importante pedir matrimonio como, por supuesto, que el momento quede inmortalizado. De esta forma encuentra la excusa perfecta para que sus accesorios sean el foco de la imagen y al mismo tiempo se enmarcan en la narrativa que las redes han impuesto.
Últimamente las marcas nos sorprenden con la actitud de las modelos en sus lookbooks y en las fotografías de ecommerce. Las mujeres que posan para Zara llegan a hacerlo subidas a los fogones de la cocina enfundadas en zapatos de tacón haciendo que la cara de incredulidad con la que vemos cada campaña permanezca días imborrable. Balenciaga ha decidido, por su parte, sorprender también, pero para hacerlo no ha recurrido a poses insospechadas, sino a las que estamos habituados a ver en nuestro día a día, en especial, en las generaciones más jóvenes: sus modelos aparecen mirando sus teléfonos móviles ajenos a lo que ocurre fuera de sus pantallas.