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Mascarillas y corbatas: las nuevas pancartas 'fashion' de la política española
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MODA Y POLÍTICA

Mascarillas y corbatas: las nuevas pancartas 'fashion' de la política española

Descubre cómo utiliza la política los accesorios para mandar mensajes

Foto: Pedro Sánchez, con una mascarilla con la bandera de España. (Mediaset España)
Pedro Sánchez, con una mascarilla con la bandera de España. (Mediaset España)

Separar moda y política carece de sentido, pues cada vez queda más claro que diseños y accesorios pueden ser empleados para mandar mensajes no verbales incluso sin necesidad de que las letras sean las encargadas de materializarlos. Si bien es cierto que un mensaje escrito ha de ser lucido con precaución dentro del ámbito de la política (que se lo pregunten a Melania Trump y a su chaqueta follonera de Zara), cuando las palabras elegidas carecen de posibles dobles lecturas, entonces pueden ser por fin aplaudidas sin aristas. Esa fue la decisión tomada por Michelle Obama, cuyo collar de Bychari estaba compuesto por un verbo imperativo: 'vote' (vota). Sin embargo, la directora creativa de la marca quiere ahora alejarse de posturas políticas al asegurar que desea que su firma sea lucida por todas las mujeres del mundo al margen de cuáles sean sus ideales.

placeholder Pablo Iglesias, en 'Al rojo vivo'. (La Sexta)
Pablo Iglesias, en 'Al rojo vivo'. (La Sexta)

El otro día hablamos del mensaje oculto tras el pendiente de Pablo Iglesias, y también podríamos ver otro en la corbata verde de Pedro Sánchez. Para reunirse con Gabriel Rufián en la Moncloa, eligió el color monárquico por excelencia, y por si fuera poco, apostó por una mascarilla con la bandera de España. Pedro Piqueras no dudó en enfatizar la elección al dar la noticia. “Hasta ahora las mascarillas con la bandera parecían exclusivamente patrimonio distintivo o vestuario de los sectores más a la derecha”, indicaba el presentador de Telecinco con cierta sorna.

placeholder El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su reunión con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su reunión con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (EFE)

Eso sí: la bandera estaba colocada a la izquiera de la mascarilla. Cuando Macarena Olona, diputada de Vox, apareció en el Congreso de los Diputados en abril con una mascarilla verde militar con su pertinente bandera de España bordada, quedó claro que hay quien no tiene miedo al mensaje que manda y que sabe que la moda es un medio adecuado para hacerlo. Al fin y al cabo, a partir del siglo XIX los looks y las rutinas de belleza fueron armas con las que expresar ideas políticas y sociales, y ahora las mascarillas se han convertido en la herramienta preferida de la política para mandar mensajes. "Las figuras políticas que llevan banderas cosidas a las mascarillas no hacen otra cosa diferente a la propaganda electoral. Es un gesto patriótico. Particularmente no me gustan, sea cual sea la bandera, porque te quedas mirando de qué país es o qué significado tiene, y hasta que no tienes a la persona muy cerca, no acabas de ver si empatizas o si la causa te genera rechazo. Llevar mascarilla con bandera o de propaganda es como firmar contratos con un boli de merchandising", asegura la asesora de imagen Marta Pontnou.

placeholder El presidente francés Emmanuel Macron,  con una mascarilla con la bandera. (EFE)
El presidente francés Emmanuel Macron, con una mascarilla con la bandera. (EFE)

Emmanuel Macron lucía en mayo una mascarilla azul marino ribeteada con la bandera francesa, un diseño que costaba menos de 5 euros y que había sido diseñada en Francia. El ministro de Exteriores de Italia Luigi Di Maio apuesta por la mascarilla con la bandera italiana al completo, y ahora la bandera llega a España colándose incluso en la izquierda. El que los políticos elijan con cautela sus mascarillas lanza un mensaje claro que señalaba Vanessa Friedman en ‘The New York Times’: “Sugiere un compromiso de elegir de manera consciente una mascarilla cada día para acaparar la atención, además de demostrar buenos hábitos, conciencia cívica, cuidado hacia las personas a su alrededor o apoyar pequeños comercios”.

placeholder El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís. (EFE)
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís. (EFE)

Por eso, cuando Begoña Villacís combina sus mascarillas con sus looks y elige diseños especiales, deja clara su postura. El que no se perdiera la presentación de Madrid es Moda y lo hiciera con una llamativa mascarilla verde deja claro que la política tiene una importante colección de mascarillas en su armario.

placeholder La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

Por su parte, Ada Colau ha apostado en alguna ocasión por una mascarilla arcoíris, su forma de mostrar su apoyo a la comunidad LGTBIQ+.

placeholder El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acompañado por el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y el delegado de Economía, Miguel Ángel Redondo. (EFE)
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acompañado por el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y el delegado de Economía, Miguel Ángel Redondo. (EFE)

José Luis Martínez-Almeida tampoco ha dudado en que su mascarilla deje claras sus posturas, y por ello le hemos visto lucir un modelo de estampado de pata de gallo confeccionado en Togo por misioneros, que buscan recaudar donaciones para el fondo de emergencia covid-19 de la Iglesia católica.

placeholder El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, conversa con el presidente del BBVA, Carlos Torres. (EFE)
El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, conversa con el presidente del BBVA, Carlos Torres. (EFE)

A Pablo Iglesias le hemos visto apostar por un modelo de la firma 198, un reivindicativo diseño de 7,95 euros. "Si llevan mascarillas hechas por diseñadoras o diseñadores comprometidos socialmente con el sistema de producción textil, o bien han sido compradas para recaudar fondos por alguna causa justa, siempre es un valor añadido que te hará empatizar con la figura política, que al final es lo que necesitan para las campañas electorales", explica Marta Pontnou, asesora de imagen. Pero ¿qué ocurre con el universo de las corbatas? Pablo Casado cree que han de mandar mensajes claros. Por ello le echó en cara a Pedro Sánchez no llevar una corbata negra. “Sea humilde y póngase la corbata negra que usó para homenajear a las víctimas francesas del Bataclan”, espetó el líder del PP. Los colores y su significado cambian dependiendo del contexto: si el presidente hubiera apostado por el color negro al día siguiente, este gesto habría sido visto como la forma de darle la razón a la oposición.

"Las corbatas juegan en distancias cortas, haciendo guiños a tu interlocutor con pequeños dibujos que pueden arrancarle una sonrisa o bien dejarte indiferente", asegura Marta Pontnou. "Las corbatas son la única licencia que te puedes permitir para ser un poco creativo. Los trajes tienden a ser de colores oscuros grises o azules, y con la corbata puedes jugar algo más, aunque en realidad no tienes mucho margen, porque es una pieza muy pequeña cuyos detalles se ven poco tanto en televisión como en foto", matiza la asesora de imagen.

placeholder Isabel II de Inglaterra, durante la grabación del mensaje en Buckingham Palace. (Buckingham Palace / AFP)
Isabel II de Inglaterra, durante la grabación del mensaje en Buckingham Palace. (Buckingham Palace / AFP)

Por otra parte, cuando la reina de Inglaterra se dirigió al país enfundada en un look verde, nadie se echó las manos a la cabeza, mientras que cuando Pedro apuesta por una corbata verde, alegamos que lo hace para apoyar a la monarquía. ¿La conclusión? La forma más clara de que los mensajes sean entendidos son las banderas y las letras, pero si abogamos por la sutilidad, hemos de hacerlo siendo conscientes de que estamos dejando la puerta abierta a las interpretaciones.

Separar moda y política carece de sentido, pues cada vez queda más claro que diseños y accesorios pueden ser empleados para mandar mensajes no verbales incluso sin necesidad de que las letras sean las encargadas de materializarlos. Si bien es cierto que un mensaje escrito ha de ser lucido con precaución dentro del ámbito de la política (que se lo pregunten a Melania Trump y a su chaqueta follonera de Zara), cuando las palabras elegidas carecen de posibles dobles lecturas, entonces pueden ser por fin aplaudidas sin aristas. Esa fue la decisión tomada por Michelle Obama, cuyo collar de Bychari estaba compuesto por un verbo imperativo: 'vote' (vota). Sin embargo, la directora creativa de la marca quiere ahora alejarse de posturas políticas al asegurar que desea que su firma sea lucida por todas las mujeres del mundo al margen de cuáles sean sus ideales.

Pedro Sánchez Pablo Casado
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