La Alta Costura de Schiaparelli y Giambattista Valli

Schiaparelli presenta su colección de alta costura en un momento en el que la marca goza de una viralidad inusitada gracias al diseño con el que Lady Gaga cantó en el acto inaugural de la pasada semana. Sus recién presentadas propuestas también pueden relacionarse ya con un look muy comentado en las redes sociales, ese con el que Kim Kardashian celebró las Navidades, un llamativo corsé verde con marcados abdominales confeccionado con cuero y una falda de terciopelo de seda y grandes pendientes que, ya advirtió su director creativo, Daniel Roseberry, en Instagram, eran un preludio de lo que veríamos en sus propuestas de alta costura. No mentía.

Roseberry ha querido dejar claro que el nuevo camino de la icónica firma va a ser diferente al del resto. Mientras que es habitual relacionar la alta costura con vestidos de princesa, Roseberry aboga por un camino alternativo que ha desplegado en la Semana de la Alta Costura. ¿El veredicto? De ponerse una princesa uno de los diseños de la nueva era de Schiaparelli, sin lugar a dudas sería una bien diferente a las tradicionales.

Al corsé con sello Kardashian podemos sumar un vestido 'shocking pink' con marcados abdominales y generosos bíceps con el que el texano quiere romper esa idea que cree la alta costura tiene de que las mujeres han de ser hiperfemeninas. La colección aúna el saber hacer artesanal de la marca con siluetas y tejidos y prendas, como vaqueros y chaquetas bomber, sorprendentes dentro del universo Couture.

Pendientes hiperbólicos, botines que marcan los dedos de los pies con punteras metalizadas y máscaras dan forma a unos accesorios que no tienen pensado quedar relegados a un segundo plano.

Por su parte, Giambattista Valli ha llevado su particular universo, ese en el que sí hay princesas -tampoco dispuestas a no acaparar todas las miradas-, a la sevillana casa de Pilatos. Tras visitar Sevilla en diciembre, el diseñador le ha escrito una carta de amor a la ciudad a través de sus diseños.

Mientras que Daniel Roseberry ha querido alejarse de la imagen de princesa Couture, Valli ha luchado por huir de las escenografías imponentes que en su opinión resultan excesivas en demasiadas casas de moda para centrarse en la ropa. Volúmenes imposibles y metros de tafetán dan forma a una colección hecha para ser recordada.