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Lo que supone para la moda que Asos haya comprado Topshop
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UNA NUEVA ERA

Lo que supone para la moda que Asos haya comprado Topshop

Analizamos las implicaciones de esta millonaria compra

Foto: Karlie Kloss para Topshop.
Karlie Kloss para Topshop.

El universo de la moda fast fashion sufrió un cambio radical ante la quiebra de Topshop, la que antaño fuera la niña bonita del low cost. El último intento de la marca para recuperar el amor de las amantes de la moda había sido aliarse junto a Beyoncé e Ivy Park, pero al cesar el acuerdo, la cadena inglesa parecía abocada al desastre. Sin embargo, el titán de la moda online, Asos, vivía un momento de prosperidad. Si antes del coronavirus había perdido fuerza ante la proliferación de marcas de fast fashion de existencia únicamente virtual, como Boohoo (que acaba de comprar Debehams) y Fashion Nova, la pandemia resultó favorable para la plataforma.

La cadena textil registró un beneficio neto de 125 millones de euros al cierre de su año fiscal, una cifra que supone un resultado cuatro veces superior al alcanzado el año precedente. La facturación de Asos en el conjunto del ejercicio alcanzó los 3.595 millones de euros. Junto a Topshop, Asos adquirirá también Topman, Hitt y Miss Selfridge, una marca de moda asequible que cuando no existían firmas como Pretty Little Thing o Missguided, era la preferida de las que buscaban diseños asequibles, atrevidos y que ofrecieran la posibilidad de acercar las propuestas de pasarela al armario millennial.

Tras el derrumbre del interés por las marcas del grupo de Arcadia, la compra de Asos inyectará a las firmas una nueva vida. El titán, que cerrará el jueves la operación tras pagar 299 millones de euros, no se hará con las tiendas físicas y tan solo podrá mantener 300 puestos de trabajo, resultando por ello la compra en la pérdida de miles de puestos. “La adquisición de estas marcas británicas icónicas supone un momento excitante para Asos y para nuestros clientes y ayudará a acelerar nuestra estrategia como plataforma multimarca. Hemos tenido un papel fundamental a la hora de aumentar su crecimiento online, y bajo nuestro liderazgo, los llevaremos aún más lejos usando nuestro diseño, nuestro marketing, nuestra tecnología y nuestra experiencia logística”, asegura el consejero delegado de Asos, Nick Beighton.

Con esta compra, el gigante de moda planea poder plantarle cara a las nuevas plataformas que han conseguido con sus bajos precios y con su sorprendente capacidad de inspirarse en los looks de las famosas en cuestión de días posicionarse como las más atractivas para las generaciones más jóvenes. Aunque las tiendas se vieron obligadas a cerrar a causa de la pandemia, consiguieron que sus ingresos continuaran creciendo a través del canal online, por lo que la compra por parte de Asos no supone un riesgo titánico, sino una gran oportunidad.

Las compras de Asos y Boohoo indican que el futuro no es el high street, sino construir plataformas digitales con marcas como Topshop. Los gigantes de la moda británica planean controlar los retailers al incluir en sus imperios a las marcas que se han visto dañadas ante los alquileres de sus tiendas y la incapacidad de igualar sus resultados a los de los expertos del universo de la moda online. La velocidad y la agilidad son las claves del éxito de las marcas, y por supuesto son las expertas en el universo digital las que cuentan con estas cualidades.

Por más que el mundo digital domine la moda, la dimensión física continuará, tal y como asegura el CEO de la New West End Company, Jace Tyrell. Las históricas del comercio británico, como Oxford, Regent y Bond, contarán con cada vez menos tiendas físicas, pero no desaparecerán, sino que se transformarán en concept stores más experienciales, así como en cafeterías y espacios en los que los fans de las marcas no tengan que comprar necesariamente. De esta forma, la estrategia de las pop up stores de lujo se hace ahora con la moda asequible, que ha vuelto a situar a Asos como una pieza estratégica del negocio

El universo de la moda fast fashion sufrió un cambio radical ante la quiebra de Topshop, la que antaño fuera la niña bonita del low cost. El último intento de la marca para recuperar el amor de las amantes de la moda había sido aliarse junto a Beyoncé e Ivy Park, pero al cesar el acuerdo, la cadena inglesa parecía abocada al desastre. Sin embargo, el titán de la moda online, Asos, vivía un momento de prosperidad. Si antes del coronavirus había perdido fuerza ante la proliferación de marcas de fast fashion de existencia únicamente virtual, como Boohoo (que acaba de comprar Debehams) y Fashion Nova, la pandemia resultó favorable para la plataforma.

Asos Beyoncé
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