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¿Dónde se confeccionó el vestido de novia de Fabiola de Bélgica? ¿Y el de la duquesa de Alba?
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¿Dónde se confeccionó el vestido de novia de Fabiola de Bélgica? ¿Y el de la duquesa de Alba?

Descubrimos las direcciones olvidadas de los maestros de la moda en la capital española. Así era Madrid en la edad de oro fashion

Foto: La duquesa de Alba y Luis Martínez de Irujo, el día de su boda. (EFE)
La duquesa de Alba y Luis Martínez de Irujo, el día de su boda. (EFE)

La ciudad de Madrid todavía tiene una deuda pendiente con la moda. Si miran las fachadas de los edificios, les será complicado encontrar alguna placa que reconozca el trabajo de los grandes diseñadores y no es porque no los haya habido. Por ahora, solo está reconocido el taller de Jesús del Pozo, que tenía su sede en la calle Almirante de la capital. Poco más.

Así que les invitamos a un paseo por el Madrid de los años 50, lleno del glamour de Hollywood y de nobles que se convertían en reinas. De unos años en los que la moda se abría al prêt-à-porter mientras la costura languidecía con algunas de sus más brillantes creaciones.

placeholder El público observa una fotografía de Cristobal Balenciaga expuesta en el Museo Balenciaga de Getaria. (EFE)
El público observa una fotografía de Cristobal Balenciaga expuesta en el Museo Balenciaga de Getaria. (EFE)

Y puestos a comenzar un listado, habría que comenzar por el principio, y ese siempre es Cristóbal Balenciaga. El diseñador de Getaria, además de conquistar París, también tuvo sus talleres en nuestro país. En Madrid, de hecho, tuvo dos sedes. La primera de ellas se encontraba en la calle Caballero de Gracia 42, un lugar que abandonaría para trasladarse al número 7 de la Gran Vía (entonces llamada de José Antonio), en donde se instalaría ya entrados los años 40. Ese edificio diseñado con aires regionalistas por Jerónimo Mathet fue el lugar de peregrinación de muchas actrices aunque será más recordado por haber atesorado durante semanas el secreto del traje de novia de la reina Fabiola de Bélgica. Las manos españolas se encargaron de confeccionar esa diseño guardando un silencio propio de un secreto de Estado.

Manuel Pertegaz, por su parte, está a la espera de que el reconocimiento a través de una placa se materialice. El Ayuntamiento de Madrid, tras una iniciativa de la Asociación de Amigos del Museo del Traje, reconoció su aportación a la moda en 2019 y ahora busca el lugar donde colocarla. ¿Cuál sería el más indicado? Sin lugar a dudas, y pese a que el diseñador catalán tuvo varias sedes, ese sería el chalé de la calle Maestro Ripoll, 8, en El Viso. Allí estuvo su taller más emblemático que llegó a ser conocido por la sociedad madrileña como el Taj Mahal, por el color blanco de sus paredes. Y sí, allí es donde se confeccionó el vestido que Salomé lució en 1969 en el Festival de Eurovision.

placeholder Exposición de las creaciones de Manuel Pertegaz en Madrid. (EFE)
Exposición de las creaciones de Manuel Pertegaz en Madrid. (EFE)

No muy lejos de allí, bajando por el paseo de la Castellana, encontramos el impresionante edificio que albergaba el atelier más conocido de Flora Villarreal. Estaba situado en la primera planta del número 9 de dicho paseo (actual sede de la revista 'Vogue') y allí recaló Villarreal tras pasar por la calle Villalar y Monte Esquinza. Tras la puerta se encontraba un espacio con dos amplios salones, uno de ellos con chimenea, y suelo de madera, en los que presentaban sus colecciones. Además, contaba con tres talleres (fantasía, sastre y boutique) donde se confeccionaban sus creaciones, un despacho, un almacén, cuarto de modelos y cuarto de la plancha, todo lo que necesitaba una modista de primera línea que se encargó, entre otros, de la confección del vestido de novia de la duquesa de Alba.

Considerado como un de los más grandes creadores de moda de nuestro país y respetado por sus compañeros, Pedro Rodríguez llegó a Madrid tras abrir sus talleres de Barcelona y San Sebastián. Sería el año 1939 y se instalaría en la calle Alcalá, 54. Allí contaba con sus talleres de fantasía y sastrería donde se realizaban los encargos que recibía de la alta sociedad de la capital (Cayetana de Alba o Carmen Polo, entre otras). Con el tiempo, además, abriría también una tienda en el primer piso del Castellana Hilton, lugar de referencia en el Madrid de los 50.

placeholder La exposición 'La edad de oro de la alta costura. Colección textil Antoni de Montpalau', en el Museo del Traje. (EFE)
La exposición 'La edad de oro de la alta costura. Colección textil Antoni de Montpalau', en el Museo del Traje. (EFE)

Por último, otro lugar que deberíamos tener siempre en nuestra mente cuando hablamos de moda en Madrid es la calle Columela. En el número 2 de este singular espacio abrió su primera tienda la artista Sonia Delaunay. En ese piso, llamado Casa Sonia, desarrolló su labor como decoradora y diseñadora de moda una de las mujeres de referencia del arte del siglo XX. En esos momentos, hablamos de los años 1916 y 1917, el matrimonio Delaunay se refugiaba en nuestro país de la Revolución rusa y de la I Guerra Mundial, y Madrid los acogió y les dio la libertad creativa que necesitaban. Sonia se dedicó a decorar palacios y teatros, y a vestir a lo más granado de la sociedad española, como fueron, por ejemplo, las hijas de los marqueses de Urquijo, que tenían looks completos creados por Delaunay.

Y aquí termina nuestro paseo por el Madrid de la moda, un recorrido olvidado que nunca está de más recordar.

La ciudad de Madrid todavía tiene una deuda pendiente con la moda. Si miran las fachadas de los edificios, les será complicado encontrar alguna placa que reconozca el trabajo de los grandes diseñadores y no es porque no los haya habido. Por ahora, solo está reconocido el taller de Jesús del Pozo, que tenía su sede en la calle Almirante de la capital. Poco más.

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