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De Chanel a Dior, ¿cómo se afronta el reto de sustituir a un genio de la moda?
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FASHION ISSUES

De Chanel a Dior, ¿cómo se afronta el reto de sustituir a un genio de la moda?

Alcanzar la gloria o arder en los infiernos: los mejores y peores ejemplos de cómo dirigir una casa de moda que no es la tuya

Foto: Chanel Paris Haute Couture Fashion 2020. (EFE)
Chanel Paris Haute Couture Fashion 2020. (EFE)

Si Cristóbal Balenciaga levantara la cabeza, ¿creen que estaría orgulloso del trabajo que está realizando Demna Gvsalia como director creativo de su casa o que preferiría regresar a la tumba? Y Christian Dior, ¿entendería esas bailarinas feministas que presenta Maria Grazia Chiuri? La moda es un sector particular en el que alguien puede firmar con tu nombre diseños que tú no apruebas. Que se lo digan por ejemplo a John Galliano, que nada tiene que ver ya con la casa que lleva su apellido, o a Hubert de Givenchy, que despotricó de lo lindo cuando fue consciente del camino que tomaba su maison.

placeholder  John Galliano. (Getty)
John Galliano. (Getty)


Cuando un diseñador accede a la dirección creativa de una firma de moda se plantea una cuestión clave: respetar el ADN de la casa o romper con él. Y si apuesta por respetarlo, ver cómo lo interpreta años después de que se creara: “Tienes que ser muy consciente de la sociedad en la que vives”, explica Álvaro Castejón, que junto con Arnaud Maillard fundó la casa Alvarno y con quien se puso también a dirigir durante cuatro años la emblemática Azzaro. “Nosotros con Azzaro teníamos claro su ADN, que era el glamour de los 70, la diva y la mujer. Y ese espíritu era el que teníamos que adaptar al siglo XXI”. Para ellos, tomar una decisión drástica de ruptura solo se puede hacer teniendo detrás un gran presupuesto que ayude a entender ese cambio: “Romper con todo con un presupuesto mínimo es complicado”, explica Maillard.

Ejemplos de ambas opciones los podemos encontrar sin necesidad de buscar mucho. Por ejemplo, en nuestro país destacamos el ejemplo de Jorge Vázquez, que desde el principio decidió apostar por respetar legado de Pertegaz. Tras sumergirse en los archivos de la casa, optó por reinterpretar patrones, volúmenes y estampados, en unas colecciones que han actualizado el trabajo de este mito de la moda española. Algo más arriesgada fue la apuesta de Josep Font en la firma Jesús del Pozo. Tanto que hasta modificó el nombre. Delpozo tuvo mucho del universo de Font y, curiosamente, alcanzó con ello la proyección internacional de la que nunca gozó el recordado Jesús.

placeholder Jorge Vázquez saluda tras la presentación de su colección otoño-invierno 2019-20 en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid.
Jorge Vázquez saluda tras la presentación de su colección otoño-invierno 2019-20 en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid.

Una casa que también ha visto pasar por sus despachos varios directores creativos es Ángel Schlesser. En la actualidad la dirige Juan Carlos Mesa. También hemos hablado con él y nos dice: “Estoy acostumbrado a ponerme en la piel ajena, ya lo hice en Agatha Ruiz de la Prada o en Jesús del Pozo. Trato siempre de buscar los puntos en común. En el caso de Schlesser, era la visión minimalista. Yo soy muy fanático del minimalismo y si alguien destaca por eso en España, ese es Schlesser”. ¿Cómo afrontó entonces este reto? “Me gusta respetar el espíritu de la marca, así que opté más que por una revisión de los archivos, por verme todos los desfiles desde los 80 hasta ahora y quedarme con la esencia”.

Maria Grazia Chiuri afirmó durante sus primeros días en Dior que no podía basar sus diseños únicamente en el trabajo de un creador que solo estuvo diez años al frente de una casa que lleva 70 años en la moda. Hay que recordar que Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferré, John Galliano y Raf Simons, todos nombres de importancia vital en la historia del diseño, también dieron su punto de vista sobre el legado de Dior. Y todo eso, al final, configura la idea que tenemos en la actualidad de la firma. ¿O acaso Chanel solo fue tweed y camelias? Esa es realmente la parte en la que Karl Lagerfeld, que accedió a la maison en los 80, diez años después del fallecimiento de Coco, decidió basar toda su estrategia. “Fue el primero que lo hizo y lo hizo muy bien”, asegura Castejón, que junto con Maillard trabajó con el káiser. “Él fue quien sacó todos esos motivos y piezas claves que ha repetido hasta la saciedad y es quien ha configurado los emblemas de Chanel, desde la camelia hasta la cadena dorada o la doble C”. Eso sí, no debemos olvidar tampoco el trabajo de dos españoles en los años 30 y 50: Ana de Pombo revitalizó la casa Paquin y Antonio Castillo fue quien evitó que Lanvin desapareciera. Así que el éxito de Alber Elbaz casi se lo debemos más a un español que a la propia Jeanne (sin hacer de menos a la mujer que inventó la moda infantil o triunfó con el 'robe de style' en los años 20).

Foto: La duquesa de Alba y Luis Martínez de Irujo, el día de su boda. (EFE)


Y es que no siempre ponerse al frente de una casa consolidada asegura el éxito. Sarah Burton no ha logrado la repercusión de Alexander McQueen, que ha quedado más vinculada a Kate Middleton que a vanguardia en moda. Y eso que Burton fue una de las más estrechas colaboradoras del genio británico. Los intentos por resucitar firmas como Poiret, Vionnet o Fath han tenido más de fracaso que de éxito. Y Schiaparelli lucha todavía por encontrar un camino. Al frente de la firma se encuentra ahora Daniel Roseberry, que ha optado por el impacto mediático tirando de surrealismo. La pregunta es si en el siglo XXI la fundadora de la firma no se habría sentido más seducida por el fluxus, el landart o los grafitis de Banksy.

placeholder Sarah Burton. (Reuters)
Sarah Burton. (Reuters)

¿A quién podemos destacar entonces? ¿Quién ha dado de lleno en la diana? Para Juan Carlos Mesa, Alessandro Michele, en Gucci, y Pierpaolo Piccioli, en Valentino, son ejemplos de los que tomar nota: “Michele ha sabido a la perfección recuperar el legado de Gucci, y Pierpaolo ha conseguido recuperar ese espíritu del Valentino original, antes de la corrupción de los años y el peso del mercado”.

Arnaud Maillard destaca tres nombres, además de Karl Lagerfeld: “Riccardo Tisci en Burberry está sabiendo reinterpretar muy bien la casa. Igual que hizo Alber Elbaz en Lanvin. Nicolas Ghesquière fue la bomba en Balenciaga, es toda una referencia por lo que hizo ahí”. Y con Balenciaga volvemos al inicio del tema: ¿cómo interpretamos el trabajo del actual director creativo, Demna Gvasalia? Álvaro Castejón lo detalla: “Ha ido al concepto. Ha buscado ser rompedor como lo fue Balenciaga en los 50 y 60, con unos diseños más arquitectónicos y unos patrones muy estudiados y modernos. Te guste más o menos, es coherente con lo que era la casa en su mejor momento”. ¿Y saben una cosa? Yo esto lo descubrí un día en el Museo del Traje: allí en sus vitrinas dedicadas al maestro de Getaria aparecía un abrigo de este genio vasco que bien podría haber salido en el desfile de los acolchados XXL que presentó Gvasalia. Ahí lo entendí todo. Quizás muchas veces la clave está en buscar a fondo o quizás solo dejarse sorprender.

Si Cristóbal Balenciaga levantara la cabeza, ¿creen que estaría orgulloso del trabajo que está realizando Demna Gvsalia como director creativo de su casa o que preferiría regresar a la tumba? Y Christian Dior, ¿entendería esas bailarinas feministas que presenta Maria Grazia Chiuri? La moda es un sector particular en el que alguien puede firmar con tu nombre diseños que tú no apruebas. Que se lo digan por ejemplo a John Galliano, que nada tiene que ver ya con la casa que lleva su apellido, o a Hubert de Givenchy, que despotricó de lo lindo cuando fue consciente del camino que tomaba su maison.

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