Te guste o no, Paris Hilton ha cambiado la forma en la que nos vestimos

Por más que pienses que Paris Hilton es un referente de la moda o una choni, tenemos que decirte que la socialite ha cambiado la forma en la que nos vestimos. El que Lanvin haya apostado por ella como imagen supone un antes y un después en la moda, pues deja claro que el lujo es cada vez menos elitista y está más dispuesto a escuchar a lo que realmente triunfa en las redes sociales. ¿Que vivimos en un momento en el que se prefiere la lycra al tweed? Pues entonces Paris Hilton termina por convertirse en el epítome del lujo. Al fin y al cabo, ha sido imagen de Valentino junto a su madre y su hermana Nicky, por lo que si las marcas de alta gama confían en ella como aliada del glamour, ¿por qué íbamos nosotros a decir lo contrario?

La campaña de Lanvin se inspira en los retratos de las socialites de los años 50, entonces conocidas como 'los cisnes' y que hoy serían las omnipresentes influencers. Bruno Sialelli, director creativo de la marca, ha elegido a Paris Hilton como su mejor representante. “Instaló un nuevo paradigma basado en una forma de comunicación autogenerada que influyó a las nuevas generaciones”, explica a través de sus redes sociales la firma.

Antes estábamos habituados a verla vestir con diseños de Moschino, pues su director creativo, Jeremy Scott, siempre ha sido un acérrimo fan de la estética pop e incluso kitsch, pero este nuevo paso en la andadura de Paris por la moda resulta (casi) revolucionario.

Quizá recuerdes el vestido de malla metálica con el que dio sabor disco a las pistas de baile en 2002, y lo cierto es que ni Dua Lipa, ni Kendall Jenner, ni ella misma lo han olvidado. Kendall celebró su 21 cumpleaños con un vestido vintage embellecido con cristales Swarovski diseñado por el diseñador libanés Labourjoisie que era un tributo fashionista al diseño de la que fuera una de las mejores amigas de su hermanastra, Kim Kardashian.

El efecto Hilton es tan expansivo y actual que en la reciente gala de los Grammy, Dua Lipa también dio sabor Hilton a su armario al lucir en la afterparty un minivestido metalizado de Versace similar al de la socialite, que a su vez apostó por un diseño plata de Julien MacDonald que también rendía homenaje a su vestido cumpleañero.

Su estética de los 2000 es ahora tan relevante que Christian Cowant no ha querido prescindir de Paris Hilton en su fashion film 'A Fashion Thing', con el que el diseñador quiere traer la década en la que Paris era la estrella de la moda a la actualidad. La gran diferencia es que antes la moda miraba a la heredera por encima del hombro y con cierta ironía, pero ahora lo hace con respeto y admiración.

Los chándales velvet han regresado gracias al renovado furor de Juicy Couture y a que su amiga Kim Kardashian haya sacado diseños similares en su línea Skims, para los que se ha inspirado en los looks con los que su entonces jefa era constantemente fotografiada en la década de los 2000. Antes los medios de moda se reían de su afición a la logomanía, a la que consideraban choni y que en la actualidad es la reina de las redes sociales de las infuencers, de las fashionistas... y posiblemente de muchas de esas editoras de moda que entonces se burlaban de su amor por los logos.

Su top de estampado periódico de John Galliano, sus jeans de talle bajo y su saddle bag de Dior, omnipresente ahora en los armarios de las modelos más aclamadas y de las influencers, ya estaban en el suyo hace una década.

El que ahora marcas como Givenchy incluyan en sus colecciones diseños que dejan al aire el tanga nos hace pensar irremediablemente en los 2000, pero… ¿Sabéis quién siempre mostraba su ropa interior al aire? Sí: quien aparece en el título del texto y quien aparece en la imagen. ¿La conclusión? La ames o la odies, ha cambiado la forma en la que vestimos.

El que el director creativo de Lanvin, Bruno Sialelli, haya querido contar con ella al creer que realmente transformó la moda con sus looks fiesteros, y el que haya apostado por Mert Alas y Marcus Piggott para mostrar a una Paris ultrasofisticada y elegante, deja claro también que la socialite que antes conocíamos no era la real o, al menos, no era la única que da forma a esa Paris Hilton que hoy conquista al mundo del lujo y que está dispuesta a usar (literalmente) su propia voz para cambiar la forma en la que la vemos.