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Las pasarelas quieren que vuelvas a arreglarte: así va a ser el proceso
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DESESCALADA FASHIONISTA

Las pasarelas quieren que vuelvas a arreglarte: así va a ser el proceso

Descubre cómo volver a arreglarte sin perder la salud mental en el intento

Foto: Imagen: María Escoté para Desigual.
Imagen: María Escoté para Desigual.

Basta con echar un vistazo a las pasarelas de moda internacionales para darnos cuenta de que no somos los únicos que tenemos ganas de salir de fiesta y de volver a arreglarnos: la industria de la moda también quiere que volvamos a ponernos nuestras mejores galas y que dejemos de ir vestidos de chándal. El athleisure ya llevaba tiempo entre nosotros, pero el confinamiento, el teletrabajo y el toque de queda han hecho que nuestro armario recuerde más al de un entrenador personal que al de Carrie Bradshaw. La ropa no sirve únicamente para cubrir nuestros cuerpos, sino para expresarnos, y al mirar las fotografías de nuestros móviles, nos daremos cuenta de que la narrativa que nuestros looks cuentan es la de una nueva normalidad que de normal no tiene absolutamente nada, pero tampoco de escapadas, fiestas y reuniones cara a cara.

A medida que vamos viendo la luz al final del túnel, junto a la llegada del buen tiempo, nos vamos despojando de nuestras chaquetas acolchadas y nuestros leggings para abrazar el color, los minivestidos y los diseños con atrevidas aberturas. El cottagecore sirvió para que siguiéramos prestando atención a nuestros looks, aunque desde un prisma bucólico y relajado, pero ahora la moda quiere que subamos la apuesta. Las celebridades apuestan por la alta costura y por la exclusividad de los modelos ‘custom made’ para asistir de forma virtual a las entregas de premios, para las que han vuelto a arreglarse como antes de la pandemia. De acuerdo, al vestirnos no cabe duda de que vamos a tener cuidado de no ostentar en exceso y de no ofender a nadie, pero también vamos a celebrar el arte de arreglarnos, de cambiarnos de look diez veces, de quejarnos porque no tenemos nada que ponernos y de preguntar a nuestras amigas qué se van a poner.

Las marcas comienzan a ofrecer propuestas que claramente indican que el hogar va a dejar de ser el centro de operaciones. ¿Dónde si no es en la pista de baile o en un divertido evento afterwork vamos a ponernos la nueva colaboración de María Escoté para Desigual? ¿Acaso los diseños de Simone Rocha para H&M estaban concebidos para ser llevados en el salón de casa? ¿Las propuestas de Beyoncé para Ivy Park son para entrenar en solitario ante el ordenador o para presumir de lookazos? La moda quiere que volvamos a arreglarnos, y para volver a hacerlo conviene hacerlo con mesura, como cuando eliminas un alimento de tu dieta y vuelves a incorporarlo.

placeholder Milena Smit, vestida de María Escoté para Desigual.
Milena Smit, vestida de María Escoté para Desigual.

Aprovecha la llegada del buen tiempo y apuesta por mules o por kitten heels (no te lances de lleno a los taconazos), elige pantalones acampanados de tejidos ligeros (nada de diseños rígidos) y atrévete con colores brillantes antes de abrazar con fuerza (¡lo harás pronto!) los estampados más atrevidos y pop. Así se hace la desescalada fashionista hacia un armario dispuesto a comerse el mundo: con calma, con ganas y con mucho color.

Basta con echar un vistazo a las pasarelas de moda internacionales para darnos cuenta de que no somos los únicos que tenemos ganas de salir de fiesta y de volver a arreglarnos: la industria de la moda también quiere que volvamos a ponernos nuestras mejores galas y que dejemos de ir vestidos de chándal. El athleisure ya llevaba tiempo entre nosotros, pero el confinamiento, el teletrabajo y el toque de queda han hecho que nuestro armario recuerde más al de un entrenador personal que al de Carrie Bradshaw. La ropa no sirve únicamente para cubrir nuestros cuerpos, sino para expresarnos, y al mirar las fotografías de nuestros móviles, nos daremos cuenta de que la narrativa que nuestros looks cuentan es la de una nueva normalidad que de normal no tiene absolutamente nada, pero tampoco de escapadas, fiestas y reuniones cara a cara.

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