Arranca la 080 Barcelona Fashion: desfiles en streaming, espacio icono y charla con Otrura

Una de las citas fashion más esperadas en la industria patria ha llegado. Hoy arranca la 080 Barcelona Fashion, la número 27 de su historia, y por delante nos esperan cuatro días (del 26 al 29 de abril) de moda de la buena. Lo hace en un formato 100% digital con desfiles en streaming, un front row virtual, contenidos inéditos y exclusivos y un cartel de lujo con grandes nombres y firmas de la escena actual y nuevas incorporaciones de la mano de marcas emergentes.

Eso no es todo, para esta nueva edición digital (la segunda) cambia de localización y nos abre las puertas de uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona, seña de identidad del modernismo y obra cumbre de Antoni Gaudí. Conocido popularmente como La Pedrera, es el edificio Casa Milà, que estos días acoge la pasarela catalana y abre el mundo una de las joyas arquitectónicas de la ciudad.

En total, un plantel formado por 22 diseñadores, que cuenta con pesos pesados de la industria como Custo Barcelona, Lola Casademunt o Avellaneda, y también diseñadores de estreno como Álvaro Calafat o Pablo Erroz, que exhibirán sus nuevas propuestas al tiempo que marca la era digital. ¿El objetivo común? Afianzar su compromiso con la innovación, la creatividad y la sostenibilidad mientras abren sus colecciones al mundo, así es como se vive y se disfruta ahora la moda, y en eso la 080 Barcelona Fashion va a la cabeza.

De todo ello y mucho más hemos hablado largo y tendido con Otrura, la casa capitaneada por Sergio de Lázaro y Verónica Abián, estandarte de la marca España y de la moda contemporánea. Trabajan bajo una política de cero stock y la máxima personalización de las colecciones, y su objetivo primordial es poner en relieve el trabajo de los talleres y los oficios artesanales como valor en la industria. Parecen que van por el buen camino, ya que estamos frente a los flamantes ganadores del premio a la mejor colección en la última edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

Lo primero, felicidades, ¿cómo habéis recibido el premio a mejor colección de la MBFW? ¿Qué consecuencias a nivel repercusión mediática habéis percibido?

La verdad es que ha sido una sorpresa maravillosa que hemos recibido sin buscarlo o esperarlo y que aún estamos asumiendo, pero ha sido muy importante para nuestros talleres. Hemos conseguido lo que buscábamos, que era poner el foco en ellos y en las familias que hay detrás.

Contadnos como es el día a día en vuestro taller...

La verdad es que somos una pequeña familia. Preparamos las colecciones a partir de un tema de inspiración anual, de ahí nace el patrón de cada pieza, y asimismo vamos integrando poco a poco diferentes elementos con ese hilo conductor. Después empiezan a surgir más diálogos con los diferentes oficios que forman parte de nuestro taller, buscando que no solo hablemos del concepto a través del diseño patente, sino también teniendo presentes las soluciones técnicas que requiere cada prenda.

¿Cuál es para vosotros el verdadero significado del concepto 'slow fashion' y como lo aplicáis en vuestro trabajo?

Si os somos sinceros, el concepto de 'slow fashion' nos produce sentimientos encontrados. Creemos que nació obligado por las circunstancias y presiones del mercado, ante, puede, una falta de capacidad para comunicar los valores propios, el valor añadido de las pequeñas casas. Pensamos, humildemente, que la moda se desarrollará en dos velocidades, que cada empresa debe valorar cuál tomar en que momento y ser consecuente con ello. Nosotros no sabemos si hacemos 'slow fashion', pero sí sabemos que hacemos costura, marroquinería y calzado respetando a los talleres y a los clientes fabricando siempre en España.

¿Qué hay de cada uno de vosotros en la marca? ¿Cómo llegasteis a conectar y crear esta firma en común?

Verónica venía del mundo del marketing y del branding estratégico, y yo (Álvaro), del retail de lujo. Nos encontramos en un punto donde vimos que solo nos hacía ilusión crear algo, lo mejor que nuestras capacidades nos permitiesen para enamorar. Estábamos seguros de que existía un hueco en nuestro país para recuperar el concepto de una marca de excelencia global que no gravitase alrededor de un nombre, sino que lo hiciese alrededor de unos valores. No sé muy bien qué hay de los dos en Otrura, pero sí que sé que es como nuestro hijo. Al final, Verónica lleva la parte de comunicación y yo la creativa y de negocio, pero todas las decisiones son mutuas.

¿Cómo es la persona que viste Otrura?

Es alguien libre, alguien que inherentemente tiene la vista puesta en lo que hay detrás de una pieza, en cuanto al trabajo y las manos que la han confeccionado o cosido. Es alguien respetuoso y que busca sentirse emocionalmente ligado con su entorno, con sus seres queridos, con su hogar, con los olores... Y que valora el trabajo, toma decisiones y no hace caso a la indolencia.

¿Cuáles son los cambios más notables de montar un desfile para el entorno digital? ¿Cómo ha sido esta experiencia en la 080?

Obvio que hemos tenido que realizar un planteamiento conforme con el soporte y el canal en el que se va a distribuir. En la 080, tienes que ser sobre todo visual, entender que la duración debe ser menor, y que tienes que ser fiel a un hilo, enamorar visualmente.

¿Qué diferencias vamos a ver en la 080 con respecto a la colección ganadora de Madrid?

En Barcelona presentamos gran parte de la línea bautizada como 'Movimiento VII' para mujer y también retomamos nuestra colección de hombre. Nos hace especial ilusión volver al terreno masculino, ya que nuestros comienzos como marca estaban enfocados al calzado para hombre. Vamos a ver una silueta relajada para vestir al hombre y una mujer más estival.

A nivel general, ¿cómo creéis que ha cambiado la industria de la moda en el último año con la pandemia? ¿Y cómo os ha influido de manera directa?

A nivel estratégico no nos ha influido, ya teníamos premisas como el 'cero stock' o la personalización de las colecciones, por lo tanto no nos ha obligado a realizar ningún ajuste en este sentido. Sí que es cierto que ha frenado el crecimiento y el consumo, y actualmente creemos que hasta septiembre no empezaremos a ver más trafico económico en la sociedad o más bien que este llegue al sector de la moda, pero somos optimistas.

Para terminar, ¿cómo veis el futuro de la moda?

Maravilloso, positivo y con optimismo. La moda, lejos de ser algo frívolo, siempre ha sido reflejo de nuestra cultura, anhelos y controversias, y un camino para el desarrollo económico y social de los países. Por lo tanto, siempre tendrá futuro. Y en el aspecto de la búsqueda de la excelencia, aún más, sabemos que hay una nueva generación que está redescubriendo lo 'bien hecho', las piezas con alma, y que además sus decisiones de compra tienen raíces directas con sus valores.

Lo que sí que tenemos que hacer es unirnos más el sector, ir a una y no tener miedo a levantar la voz de una manera argumentada para reivindicar nuestro papel en la economía y en la cultura de nuestro país. Es así, cómo podremos tejer un nuevo futuro para el sector basado en la vanguardia y el saber hacer.